MI RENUNCIA AL ADVENTISMO
DEL SÉPTIMO DÍA

Dudley Marvin Canright, 1914

Capítulo 4

ORIGEN, HISTORIA, Y FRACASOS
DEL ADVENTISMO

Tomado de The Interactive Bible



Cada cierto tiempo, desde los días de Cristo hasta ahora, han surgido individuos, y a menudo sectas, proclamando que la Segunda Venida está a las puertas y que ellos son los mensajeros designados por Dios para amonestar al mundo. Precisamente sobre este punto, Jesús advirtió a su iglesia: "Mirad que nadie os engañe.... Pero aún no es el fin". Mat. 24:4-6. Pero se dijo en seguida que Jesús vendría antes de que Juan muriera. Los tesalonicenses hubieron de ser corregidos por Pablo por esperar el Advenimiento en su tiempo. II Tes. 2: 1-8.

A mediados del siglo segundo surgieron los Montanistas. La Enciclopedia Schaff-Herzog dice: "Unas visiones extáticas anunciando la cercanía de la Segunda Venida de Cristo.... fueron anunciadas como revelaciones  divinas". Art. 'Montanismo'". Como los Adventistas del Séptimo Día, adoptaron una disciplina severa - condenaban el uso de ornamentos, las relaciones con el mundo, etc. Crearon una nueva sensación, consiguieron numerosos seguidores, y florecieron durante un siglo o más.

El adventismo del siglo décimo

Lo siguiente ha sido tomado de la obra "Historia de la Iglesia Cristiana", de M. Reuter, D. D., Siglo 10, Capítulo 2, págs. 202, 203: "Sin embargo, entre las numerosas opiniones que atrajeron desgracia sobre la iglesia latina y que de tanto en tanto produjeron violentas agitaciones, ninguna ocasionó un pánico tan universal, ni impresiones tan terribles de terror o desaliento, como la idea, prevaleciente durante este siglo [décimo], de la inmediata cercanía del día del juicio". "Se dejó que los edificios públicos y privados se deterioraran, y hasta fueran derribados, bajo la impresión de que ya eran inútiles, puesto que la disolución de todas las cosas estaba a las puertas".

Los hombres de la Quinta Monarquía de Inglaterra, más o menos en 1660, "creían que había llegado el tiempo en que las cuatro grandes monarquías de la visión profética de Daniel habrían de ser sucedidas por la quinta, que habría de romper en pedazos a todas las demás, y 'permanecer para siempre'". La Enciclopedia Johnson, artículo Los Hombres de la Quinta Monarquía. Se propusieron establecer el reino derribando el gobierno inglés.

Los Irvingianos de Inglaterra "declaran la pronta venida de Cristo"; tienen "profetas", "revelaciones", "lenguas", "dones", etc. Han reunido grandes congregaciones y están esparciéndose por el mundo.

Sweedenborg, Ann Lee, Joanna Southcott, Joe Smith, etc. todos hicieron de la pronta venida de Cristo la base de sus sistemas, como es bien sabido. De aquí que los movimientos de esta clase no sean nada  nuevo.

El Adventismo del Séptimo Día se originó en el bien conocido movimiento de William Miller, quien fijó el tiempo del fin del mundo para 1843-1844. Ahora aseguran que el movimiento del Sr. Miller estaba en lo cierto, y en la providencia de Dios. Afirman estar simplemente llevando adelante la misma obra que él inició. En todos los libros y sermones de ellos, apuntan a 1844 como su origen, y respaldan la obra de los Milleristas en 1843 y 1844. Lo siguiente, tomado de la Sra. White, aclarará el punto: "Vi que el gráfico de 1843 había sido dirigido por la mano del Señor, y que no debería ser alterado; que su mano estaba sobre el gráfico y ocultó un error en algunas de las cifras". Early Writings, pág. 64. ¡Dios les ayudó a cometer un error! "Vi que Dios estaba en la proclamación del tiempo en 1843." Spiritual Gifts, Vol. I, pág. 133. ¡Así que Dios quería que ellos fijaran esa fecha! "Vi que estaban en lo correcto al calcular los períodos proféticos; el tiempo profético terminó en 1844". Pág. 107. Y nuevamente: "El movimiento Adventista de 1840-1844 fue una gloriosa manifestación del poder de Dios". Great Controversy, Vol. IV, pág. 429. El pastor White dice: "Sostenemos que el gran movimiento acerca de la cuestión del Segundo Advenimiento, que comenzó con los escritos y las conferencias públicas de William Miller, ha sido, en sus características principales, el cumplimiento de la profecía. Consistentemente con este punto de vista, también sostenemos que, en la providencia de Dios, el Sr. Miller fue levantado para llevar a cabo una obra específica". Life of Miller, pág. 6. Así, se verá que los Adventistas del Séptimo Día todavía creen y defienden los movimientos Milleristas de 1843 y 1844. En realidad, afirman que todas las demás iglesias que no aceptaron ni respaldaron la obra de Miller habían sido rechazadas por Dios a causa de esto. Así dice la Sra. White: "Como las iglesias rehusaron creer el mensaje del primer ángel [la obra de Miller], rechazaron la luz del cielo y cayeron del favor de Dios". Early Writings, p. 101.

Aquí tenemos, entonces, el origen del Adventismo del Séptimo Día, la fuente de la cual comenzó a fluir. Como un arroyo es como su fuente, examinémosla. El pastor y la Sra. White, el pastor Bates, Andrews, Rhodes, Holt, Edson, y todos los fundadores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, estuvieron en el movimiento de Miller, ayudaron a fijar y a predicar sobre la fecha de 1843 y 1844, y continuaron la obra Adventista después.

La obra del Sr. Miller es tan bien conocida que sólo necesitaré referirme a los hechos acerca de ella. William Miller nació en Pittsfield, Mass., en 1782, pero se crió en Low Hampton, N. Y. Era granjero, con sólo los pobres beneficios de una escuela rural. Ingresó a la iglesia Bautista. Como en 1831, aseguró que había descubierto, por medio de las profecías, el tiempo exacto, el año mismo, y finalmente el día mismo en que Cristo aparecería y tendría lugar el fin del mundo. Tuvo éxito en convertir quizás a cincuenta mil personas a sus puntos de vista. La primera fecha fijada fue 1843. Falló. Luego fijó un día en Octubre de 1844, y ese también falló. Desde entonces, muchas otras fechas han sido fijadas por los seguidores del Sr. Miller, y todas han fallado. Más de cincuenta años han  pasado, y el fin todavía no ha llegado.

¿Cuál fue la gran carga de Miller, el sólo punto sobre el cual discrepó con las iglesias evangélicas? Todas estas iglesias creían en la Segunda Venida personal de Cristo con la misma fuerza que Miller. Amaban a Jesús y predicaban el Segundo Advenimiento, hasta el punto de enseñar que estaba a las puertas. Pero los Milleristas decían que conocían el TIEMPO en que habría de ocurrir, y que ese tiempo era 1843-1844. Apostaban todo a esta fecha. La cuestión era clara y definida. Todos los que no respaldaban EL TIEMPO QUE ELLOS HABÍAN FIJADO eran "de la oposición", "enemigos", "estaban en la oscuridad", "eran siervos malos", rechazados por Dios y perdidos, sólo porque no querían creer en fijar un tiempo para el fin. He aquí las palabras de Miller: "Creo que el tiempo puede ser conocido por todos los que deseen entender.... Entre Marzo 21 de 1840 y Marzo 21 de 1844, de acuerdo con el método judío de calcular el tiempo, Cristo vendrá". Life of Miller, pág. 172. Jesús dice: "No sabéis cuándo será el tiempo". Marcos 13:33. Pero los Milleristas pensaban que ellos sabían más que Cristo Jesús. Así que condenaron a todos los que no estaban de acuerdo con ellos. He aquí un ejemplo moderado de lo que decían y del espíritu que les poseía: "Esta es la verdad de Dios; es tan verdadera como la Biblia". "No hay posibilidad de error en este cálculo del tiempo". "Los que rechazan esta luz se perderán". "Los que no acepten este argumento son reincidentes", etc. History of the Advent Message, pág. 596. Y este es el espíritu que les ha guiado desde entonces - un espíritu áspero, de acusación contra todos los que no están de acuerdo con sus cifras, interpretaciones, y teorías.

Pero las fechas que ellos fijaron llegaron y pasaron sin la más mínima consideración para sus cifras y hechos, sus pruebas y demostraciones, sus oraciones y predicciones. El implacable anciano Tiempo, el verdadero probador de cada teoría, siguió marchando adelante y lo demolió todo. Esto demostró el disparate y el error de los Adventistas. La predicción de Miller fue un miserable aborto. Predicó y propagó una falsedad. Predicó que el fin del mundo vendría en 1843, y no ocurrió. Lo predijo para 1844, y no sucedió. Si alguna vez se demostró que un movimiento en la tierra fue un embuste y un fracaso, ese fue el Millerismo. Pero, si el Millerismo fue un fracaso, entonces el Adventismo del Séptimo Día lo es también, pues el Millerismo es la fuente de la cual ha fluído el Adventismo del Séptimo Día, y ése es el fundamento sobre el cual se construyó. Deut. 18:22: "Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él". Esta es, ciertamente, una prueba sencilla y justa. De acuerdo con esta regla, el Señor no estaba en el movimiento de Miller.

"Pero, ¿no estaban los Adventistas de 1843-1844 muy confiados en que estaban en lo cierto?" Confiados no es la palabra adecuada. Estaban SEGUROS de que estaban en lo cierto, SABÍAN que estaban en lo cierto porque lo habían probado todo con la Biblia, todas y cada una de las palabras, positivamente. La Biblia lo decía así; negarlo era negar la Biblia. Pero fracasó igualmente. Así ocurre con los Adventistas de la actualidad. Son el pueblo más positiivo del mundo, aunque han cometido un gran número de terribles y garrafales errores.

Que nadie sabe el momento del segundo advenimiento se enseña tan claramente como lo pueden enseñar las palabras. Leamos lo siguiente:  "Pero del día y la hora , nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre". "Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor". "Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis". "Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir". Mat. 24: 36, 42, 44; 25:13. "Mirad, velad, y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo". Mar. 13:33. "No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad". Hech. 1:7. Jesús dijo: "No sabéis cuándo será el tiempo". Miller decía: "Nosotros sabemos cuándo es el tiempo". Jesús dijo: "No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones". Miller decía: "Nosotros los conocemos todos". Jesús dijo: "Nadie sabe el día". Miller decía: "Nosotros sabemos el día exacto". ¿Quién tenía razón? Las decepciones de los Adventistas, una y otra vez, durante los pasados cincuenta años, al fijar la fecha del fin del mundo, han demostrado su locura. El movimiento Adventista entero fue concebido en el error, nació equivocado,  y debe morir en desgracia. "Pero, ¿no eran honestos los Adventistas?" No hay duda de ello, pero eso no prueba nada en cuanto a la corrección de su posición.

Los frutos del millerismo

"Por sus frutos los conoceréis". Como por cuatro años, el Millerismo creó una gran excitación en unos pocos estados. Las iglesias se dividían o se disolvían, los pastores abandonaban la grey para "dictar conferencias" acerca del "tiempo", mientras los argumentos y las disputas estaban a la orden del día. En miles de casos, al acercarse la fecha fijada, los Adventistas, no sólo abandonaban sus empleos y sus negocios, sino que regalaban sus propiedades. Las cosechas eran dejadas sin recoger y la mercancía era distribuída sin costo alguno, de manera que muchos que habían sido acaudalados se quedaron sin un centavo. Después de que la fecha pasó, éstos últimos quedaron en la indigencia, y sus familias sufrieron. Muchos tuvieron que ser arrestados y puestos bajo custodia para proteger a sus familias. Entonces el más desordenado fanatismo brotó aquí y allá, lo cual atrajo desgracia sobre el nombre mismo de la religión. Muchos decían que el Señor había venido, que el tiempo de oportunidad había terminado, que era pecado trabajar, que todas las propiedades debían ser tenidas en común, que todas las iglesias eran apóstatas, Babilonia, etc. Algunos Adventistas tenían esposas espirituales, algunos se pasaron a los Cuáqueros, muchos regresaron a las iglesias, algunos se dieron a la desesperación, y cientos cayeron en la duda y la infidelidad - exactamente lo que podía esperarse que sucedería. La gloriosa doctrina del Segundo Advenimiento fue cubierta de vergüenza, Satanás se regocijó, mientras la causa de Cristo se perjudicó grandemente. Como prueba de estos hechos, me refiero al testimonio de miles que ahora viven, y a las obras publicadas por los mismos Adventistas. De esta manera, el pastor Uriah U. Smith se ve obligado a decir: "El Cuerpo Adventista era una unidad [en 1844] y su testimonio sacudió al mundo. Repentinamente, su poder fue quebrantado, su fuerza paralizada. Pasaron más allá del punto de lo que esperaban, y no vieron sus esperanzas realizadas. Que se había cometido un error en alguna parte, nadie podía negarlo. Desde ese punto en adelante, la historia de de la mayoría de aquel pueblo, que una vez había sido feliz y unido, ha estado marcada por la discordia, las divisiones, la confusión, la especulación, los nuevos errores, las nuevas decepciones, la desintegración, y la apostasía". El Santuario, págs. 13, 14.

Pablo dijo: "Dios no es Dios de confusión". I Cor. 14: 33. Entonces, Dios ciertamente no fue el autor del Adventismo, pues la confusión que produjo no tiene paralelo en la historia religiosa. Por cada alma que se salvó, diez se perdieron a causa de esta confusión. Inmediatamente después de 1844, los Adventistas se dividieron en numerosos grupos, cada uno contradiciendo y condenando a todos los demás. En vez de renunciar a todo aquéllo, como las personas cuerdas deberían haber hecho, cada uno se propuso encontrar alguna "explicación" de su error. Apenas si había dos de ellos que estuviesen de acuerdo entre sí, mientras que cada uno estaba seguro de tener la verdadera explicación. Su completa confusión queda bien ilustrada por la siguiente anécdota contada por el mismo Sr. Miller: La primera persona en su propia parroquia que abrazó plenamente sus puntos de vista fue una anciana, una humilde cristiana. El Sr. Miller le envió sus papeles cuando los hubo leído. Una semana recibió dieciséis hojas diferentes, todas pretendiendo ser publicaciones Adventistas, pero la mayoría abogaban por ideas contradictorias. Miller se las envió a la anciana. Pronto ella le pidió que fuera a verla, y cuando él llegó, tuvo lugar la siguiente confirmación: "¿Ha leído Ud. todos estos documentos?" "Los he examinado". "Pero, ¿son todos documentos Adventistas?" "Dicen que sí". "Bien, entonces", dijo ella, "ya no seré más Adventista. Tomaré mi vieja Biblia y me quedaré con ella". "Pero", dijo Miller, "nosotros no tenemos confianza ni en la mitad de lo que dicen estos documentos". "¿Nosotros?", exclamó la anciana, "¿quiénes son NOSOTROS?" "Bueno", contestó Miller, "NOSOTROS somos los que no respaldamos estas cosas". "Bien, pero quiero saber quiénes son NOSOTROS". "¡Vamos!, todos nosotros los que estamos basados en el antiguo fundamento". "Pero eso no me dice quiénes son NOSOTROS". "Bueno", dijo Miller, cuando contaba la historia, "yo estaba confundido, y no pude darle ninguna información sobre quiénes éramos NOSOTROS". History of the Second Advent Message, págs. 414, 415.

Y así ha continuado hasta la fecha. ¿Qué creen los Adventistas? Pregunte qué idioma habló la gente después de que el Señor les confundió las lenguas en la torre de Babel. El Adventismo es una segunda Babel. Pero los Adventistas del Séptimo Día dicen: "Estamos unidos; creemos lo mismo". En parte es cierto, pero ellos son sólo una rama de esta Babel del Adventismo. Ha resultado una tal proliferación de errores y herejías del Adventismo, como no se puede encontrar en la historia de la iglesia hasta ahora. Fijación de fechas, visiones, milagros, fanáticos, falsos profetas, el sueño de los muertos, aniquilación de los impíos, la no resurrección de los malvados, el futuro tiempo de prueba, la restauración, la comunidad de bienes, negación de la divinidad de Cristo, que no hay diablo, que no hay bautismo, no hay organización, etc. ¡Válgame! ¡Y este es el pueblo enviado con un "mensaje" para amonestar al mundo! Más les valiera aprender y ponerse de acuerdo sobre cuál es su "mensaje", antes de correr a proclamarlo.

Los otros Adventistas fijaron el tiempo del fin del mundo para 1843, 1844, 1847, 1850,. 1852, 1854, 1855, 1863, 1866, 1867, 1868, 1877, y así sucesivamente, hasta que uno se enferma de contar. No habiendo aprendido nada del pasado, cada vez se sienten tan confiados como antes. Esta obra fanática ha atraído la desgracia sobre la doctrina del Segundo Advenimiento, de manera que no se habla tanto de ella en otras iglesias como antes. El estudio de las profecías ha caído en descrédito a causa del imprudente curso de acción de los Adventistas. Ninguna persona seria puede dejar de ver esto.

Los Adventistas del Séptimo Día y la fijación de fechas

Los Adventistas constantemente se jactan de que ELLOS nunca fijan fechas; que ELLOS no creen en eso. Pero se engañan a sí mismos y engañan a otros cuando hablan así. El pastor White, su dirigente, predicó tres diferentes fechas para la venida del Señor, 1843, 1844, 1845. He aquí sus propias afirmaciones sobre esto. "Estaba feliz en la fe de que Cristo vendría aproximadamente en el año de 1843". Life Incidents, pág. 72. Luego cuenta cómo lo predicaba. De 1844, dice: "Expresaba mi convicción de que Cristo vendría el día décimo del mes séptimo judío de ese año [1844]". Págs. 166, 167. "Es bien sabido que muchos estaban esperando que el Señor viniera en el mes séptimo de 1845. Creíamos firmemente que Cristo vendría entonces. Algunos días antes de que llegara la fecha, yo estuve en Fairhaven y Dartmouth, Mass., con un mensaje sobre esta fecha". A Word to the Little Flock, por James White, p. 22. Así que su dirigente era fijador de fechas. La Sra. White, su profetisa, participó en la fijación de las fechas de 1843 y 1844. Ella misma dice: "Creíamos firmemente que la predicación de fechas específicas era de Dios". Testimonies, Vol. I, p. 56. De la primera fecha, ella dice: "Con cuidado y con temblor, nos acercamos a la fecha en que esperábamos que nuestro Señor apareciera". Luego, ella cuenta su decepción. Testimonies, Vol. I, pág. 48. Otra vez: "Nuestras esperanzas se centraban ahora en la venida del Señor en 1844". pág. 53. Ella era una fijadora de fechas. Los pastores Bates, Andrews, Rhodes, y toda la primera cosecha de Adventistas del Séptimo Día estuvieron en la fijación de fechas para 1843, 1844. Todavía respaldan la fijación de fechas de Miller para 1843 y 1844 como correcta y aprobada por Dios. ¿Cuánta verdad hay, entonces, en sus afirmaciones de que nunca han fijado fechas? Pero ellos dicen: "NOSOTROS no guardábamos el sábado cuando fijábamos las fechas; por lo tanto, ¡NOSOTROS nunca fijamos fechas!" Eso es demasiado frágil. El ladrón dice: "Yo no tenía puesto este abrigo cuando robé las ovejas; por lo tanto, nunca las robé". Dicen que han proclamado los TRES mensajes. Bueno, el primer mensaje ocurrió en 1844, cuando fijaron fechas. ¿Son el mismo pueblo o no?

Repetimos, ellos respaldan la obra del Sr. Miller como si fuera de Dios. Pero Miller es responsable de todas las fijaciones de fechas por parte de los Adventistas desde su tiempo porque ellos son el legítimo resultado de su obra. Él comenzó fijando una fecha. Lo hizo una segunda vez. Les enseñó cómo hacerlo. Él engendró la idea. La inculcó en todos sus seguidores. Ellos entonces simplemente recogieron y continuaron lo que él había comenzado. Los Adventistas del Séptimo Día aseguran ser los Adventistas originales, y respaldan la obra de Miller. Al hacer esto, respaldan el establecimiento de fechas, y deberían con justicia llevar sobre sí todo el oprobio de ese asunto de fanáticos.

Pero, ¿no se levantan los Adventistas del Séptimo Día para explicar por qué fueron chasqueados en 1843, y nuevamente en 1844, y por los siguientes cuarenta años desde entonces? Oh, sí. Pero, naturalmente, nosotros sospechamos un poco del hombre que se ve obligado a estar explicando constantemente su conducta. Las obras rectas no necesitan ser explicadas. ¡Dicen que el Señor hizo que se chasquearan en 1843 a propósito, para probar su fe, eso es todo! ¡En 1844, cometieron sólo un errorcito, eso fue todo! Entonces enseñaban que la tierra era el santuario. Pero averiguaron que el santuario estaba en el cielo, ¡y que Jesús había venido realmente, en cierto sentido, ese mismo año! Así que estaban en lo cierto, después de todo. ¿No lo ven Uds.? Claro como el día. Ahora han quitado todo eso de los molestos hechos de la tierra, donde podemos someterlo a prueba, y lo han llevado a las hermosas teorías del cielo, donde nadie puede ir a informar sobre hechos que podrían arruinar sus teorías. Ahora pueden especular y argumentar sin peligro. Pero los hombres sobrios y pensantes pueden ver a través de todo esto. Es meramente una improvisación para salirse de una dificultad.

La confesión de Miller - Se opone al Adventismo del Séptimo Día

Hace mucho que todos los otros Adventistas renunciaron a la fecha fijada de 1843-1844 por considerarla un error. "La mayoría de los Adventistas asumieron la posición de que EL TIEMPO había sido un error de juicio humano". History of the Second Advent Message, pág. 383. Oigamos al Sr. Miller mismo: "Al pasar la fecha que yo había anunciado, reconocí con franqueza mi decepción.... Esperábamos la venida personal de Cristo en esa fecha; contender ahora que no estábamos errados es deshonesto. Nunca deberíamos avergonzarnos de confesar con franqueza nuestros errores. No confío en ninguna de las nuevas teorías que surgieron de ese movimiento, a saber, que Cristo vino entonces como el Esposo, que la puerta de la misericordia se cerró, que no hay salvación para los pecadores, que ha sonado la séptima trompeta, o QUE ÉSTO FUE EL CUMPLIMIENTO DE LA PROFECÍA EN NINGÚN SENTIDO". History of the Advent Message, págs. 410, 412.

A partir de esto, vemos lo siguiente: 1. Miller, el fundador y cabeza de ese movimiento, aceptó que era un error. 2. Repudió la idea de que fuese el cumplimiento de la profecía en algún sentido. 3. Él apunta especialmente a la posición de los Adventistas del Séptimo Día como completamente errónea. Conocía todo acerca de los argumentos de ellos sobre los mensajes de los tres ángeles, el santuario, el sábado, etc., y sin embargo, no sólo los rechazó, sino que fervientemente amonestó a su pueblo contra ellos, de manera que muy pocos de los Adventistas originales los aceptaron. Sobre este punto, oigamos a la Sra. White misma: "Vi a dirigentes que observaban atentamente a William Miller, temiendo que abrazara el mensaje del tercer ángel y los mandamientos de Dios. Como se inclinó hacia la luz del cielo, estos hombres tramaron algún plan para distraer su atención. Vi que se ejercía influencia humana para mantener su mente en la oscuridad y detener su influencia entre ellos. Al final WILLIAM MILLER LEVANTÓ SU VOZ CONTRA LA LUZ DEL CIELO". Spiritual Gifts, Vol. 1, p. 167.

De esta manera, el padre y fundador del Adventismo condenó y se opuso a la posición que los Adventistas del Séptimo Día habían tomado en relación con su propia obra. Tuvo el buen sentido de ver, y fue lo bastante honesto para confesar, que era un error. Pero ellos no quisieron admitirlo. Sabían más que él mismo. Insistían en que era un maravilloso cumplimiento de Apoc. 14: 6, 7. Miller lo niega. De esta manera, se verá que los Adventistas del Séptimo Día dan a la obra de Miller una interpretación que él mismo condenó. Ni un solo hombre prominente en la obra de Miller abrazó jamás los puntos de vista de los Adventistas del Séptimo Día, sino que se opusieron siempre a ellos como fanáticos y como sostenedores de un punto secundario en disputa. Ninguno de los dirigentes del Adventismo del Séptimo Día, como White, Andrews, Bates, Rhodes, etc., ocupó nunca un lugar importante en la obra de Miller, aunque todos estuvieron en él; y sin embargo, ellos afirmaron más tarde ser los únicos que tenían el punto de vista correcto acerca de  ella. Todos los demás estaban "en la oscuridad," eran "vírgenes fatuas", "apóstatas", etc. ¡Qué modestos!

Errores de los Adventistas

Un pueblo que ha cometido tantos errores como el Adventista debería ser muy modesto en sus afirmaciones, y debería ver que ha sido guiado por hombres, no por el Señor. 1. Fijaron la fecha del fin del mundo para 1843, y fallaron. 2. La fijaron de nuevo para 1844, y fallaron. 3. El pastor White, el dirigente de los Adventistas del Séptimo Día, fijó 1845 como el año del fin, y falló otra vez. 4. En 1844, sostuvieron que la tierra era el santuario; otro error, como ahora lo admiten. Después de 1844, todos sostenían que el tiempo de oportunidad para los pecadores había terminado - un terrible error. Véase el capítulo 8 de este libro. 6. Durante diez años, los Adventistas del Séptimo Día comenzaron el sábado a las 6:00 p. m. en vez de a la puesta de sol, como lo hacen ahora. ¡Esto significa que quebrantaron el sábado cada semana! 7. Mantuvieron a sus hijos fuera de las escuelas por años, porque decían que el tiempo que quedaba era tan corto que ya no necesitarían educación. ¡Esos niños ahora tienen nietos! 8. ¡Regalaron sus posesiones en 1844, porque decían que no las necesitarían después de ese tiempo! 9. No querían votar, porque eso los asemejaba a las iglesias caídas. Ahora votan libremente. 10. Sostenían que era erróneo tomar el nombre de una iglesia, porque eso era Babilonia. Ahora tienen un nombre. 11. La organización de la iglesia era errónea, porque era como la de Babilonia. Ahora se organizan. 12. Por años, dijeron que plantar árboles era negar la fe, pues nunca crecerían hasta dar fruto. 13. Guiadas por una revelación de la Sra. White, las hermanas se ponían vestidos cortos con pantalones. Ninguna de ellas los usa ahora. 14. Por cincuenta años, no quisieron recoger dinero en sábado. Ahora lo hacen todas las semanas. 15. Por cincuenta años, han estado esperando que el fin del mundo ocurriera dentro de los próximos cinco años, y todavía no ha sucedido. 16. Dijeron que Jesús vendría a la tierra en 1844. Ahora dicen que era un error, que él entró al santuario celestial a hacer juicio. De esta manera: "Los Adventistas de 1844... creyeron que el Esposo vendría; y SÍ VINO - no a esta tierra, como ellos erróneamente supusieron, sino a las BODAS." "Ellos simplemente confundieron la CLASE de venida a la que se refería la Escritura". U. Smith, en La Parábola de las Diez Vírgenes, pág. 13, 14. Él reconoce que: 1. Calcularon el tiempo equivocadamente en 1843. 2. El lugar era equivocado. 3. El suceso era equivocado. Ahora dejémoslo que añada que 4. Todo el asunto era un error, y ¡él estará en lo cierto! 17. Luego dijo que la puerta se había cerrado, Mat. 25: 10; ahora dicen que esto era un error, que todavía está abierta. Así: "No puede haber ningún otro lugar para la puerta cerrada, excepto el otoño de 1844." El pastor White, en Present Truth, Mayo de 1850. "La puerta todavía está abierta, y otros invitados pueden entrar". U. Smith, en La Parábola de las Diez Vírgenes, p. 17, Febrero de 1889. ¡Éste es el pueblo que siempre SABE que tiene la razón! 18. Una vez adoptaron una rígida dieta vegetariana - nada de carne, nada de mantequilla, sólo dos comidas al día, etc. - pero sólo fue un fracaso. Esta dieta mató a muchos y arruinó a muchos más, hasta que tuvieron que modificarla y vivir como las demás personas.

Éstos son sólo ejemplos de los numerosos errores que los Adventistas han cometido; y ¡esto lo han hecho con una profetisa inspirada que estuvo a la misma cabeza del movimiento durante cuarenta y cuatro años! Estos hechos simples e innegables solos deberían ser suficientes para abrir los ojos de todos para que vean que el Señor no les ha guiado en su obra.


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