EL REPOSO DE DIOS
¿Guardar el sábado
significa entrar en el reposo de Dios?
Jack Gent
Tomado de The
Archives
¿Se ha preguntado Ud. alguna vez cómo es
que el sábado era una sombra de la realidad que habría de
reemplazarlo, y que esa realidad era Cristo? Sé que tenía
que ser así porque las Escrituras son muy claras sobre este punto.
Sin embargo, a causa de la manera en que fui criado, me era difícil
verlo.
Col. 2:16 --
Por
tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida o en cuanto a días
de fiesta, luna nueva, o días de reposo. Estas son sombras de las
cosas que habrían de venir; la realidad, sin embargo, se encuentra
en Cristo.
No se podrían pronunciar palabras más claras,
pero veamos si las Escrituras nos muestran cómo es esto.
Gén. 2:2,3 --
Para
el séptimo día, Dios había concluído la obra
que había estado haciendo; así que en el séptimo día
reposó de toda su obra. Y bendijo Dios el día séptimo
y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra
de la creación que había hecho.
¿Ve Ud. la diferencia entre la descripción
del séptimo día y la descripción de los seis días
anteriores? Después de cada uno de los seis días de la creación
hay siempre esta afirmación que pone fin a cada uno de ellos: "Y
fue la tarde y la mañana el cuarto cuarto," por ejemplo. Esta afirmación
fue omitida después de la descripción del séptimo
día. Al séptimo día no se le asignó un punto
de terminación. En el séptimo día, después
de los seis días de la creación concluída, Dios reposó.
Adán y Eva entraron al reposo de Dios, en el cual
habrían de disfrutar de una relación personal con su Creador,
una relación que no terminaría nunca. El supremo amor a su
Creador y el amor del uno por el otro era su mayor deleite. Se les dio
un mandamiento -- no comer del árbol del conocimiento del bien y
el mal. El castigo por quebrantar este mandamiento era la muerte. Si honraban
este mandamiento, este reposar en la presencia de Dios continuaría
por la eternidad.
Luego vino el pecado por comer del fruto prohibido en
violación de esta orden directa de Dios. Esto produjo la separación
entre ellos y Dios, como el pecado siempre lo hace. El reposo de Dios terminó
para ellos y fueron expulsados del jardín.
Dios tiene sólo una manera de traer al hombre de
vuelta al reposo de Dios, y es a través de Cristo. Si el sábado
fuera una sombra del reposo de Dios en Cristo, el hombre no podría
ser introducido a este reposo sin el derramamiento de la sangre del cordero
pascual, que apuntaba al grande y sacrificial Cordero de Dios. En consecuencia,
el cordero fue muerto --
la sangre de la Pascua es rociada --
el Señor saca a su pueblo redimido --
(puesto aparte y separado de los
egipcios entre los cuales vivía)
se cantó el cántico de redención
(Éx. 15:1-18) --
se dio el maná del cielo --
(que representaba a Cristo).
Ver Juan 6:58 -- "Éste [Él mismo]es el
pan que bajó del cielo. Vuestros padres comieron maná y murieron,
pero el que come de este pan vivirá para siempre." Fue entonces,
y sólo entonces, cuando el sábado se estableció expresamente.
"Esto es lo que el Señor ha dicho, 'Mañana
es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová.'
(Véase Éx. 16:22-30).
Como sombra del reposo en Cristo, dos cosas son absolutamente
esenciales:
(1) Que sea dado consecutivo a la redención y por
esa misma razón.
(2) Que sea dado solamente a aquéllos así
redimidos, como marca o señal de su redención.
Éx. 19:4 --
Vosotros
[los israelitas] vísteis lo que hice a los egipcios, y cómo
os tomé sobre alas de águilas, y os traje a mí.
Aquí se habla de que ellos fueron redimidos de
una vida de esclavitud en Egipto, para convertirse en una nación
especial para Dios sobre todas las naciones. Fue a este pueblo redimido,
y a él solamente, a quien se le dio la orden, "acuérdate
de santificar el día sábado."
Deut. 5:15 -- Acuérdate
que fuiste esclavo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te
sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido, por lo cual
Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.
¿Podría haber lenguaje más claro
que éste? Que la sangre vertida por el cordero pascual los había
separado de su servidumbre en Egipto y los había traído a
Dios por tipo. Esta era la base para esta afirmación de Dios --
"Por lo tanto el Señor tu Dios te ha mandado que guardes el día
de reposo."
Por supuesto, tenemos prueba absoluta de que esta orden
fue dada solamente a los israelitas en el tiempo de su permanencia en Sinaí,
a partir de este texto:
Deut. 5:2-3 -- El
Señor nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb [Sinaí].
No con nuestros padres hizo el Señor este pacto, sino con nosotros
todos los que estamos aquí hoy vivos.
Luego, desde los versículos 6-21, Moisés
les lee los Diez Mandamientos. Nuevamente, esto es tan claro que cualquiera
que dispute esto debe, por necesidad, continuar su disputa con el Señor.
Si Dios hubiese anunciado, y les hubiese dado, su sábado a todos
los hombres, esta maravillosa conexión con una redención
plena no tendría ningún significado.
Neh. 9:9-14 -- Y
miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste
el clamor de ellos en el Mar Rojo, e hiciste señales y maravillas
contra Faraón, contra todos sus siervos y contra todo el pueblo
de su tierra ...
Con columna de nube los guiaste de día, y con columna
de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de
ir. [El los está redimiendo de su esclavitud en Egipto.]
Y les anunciaste tu santo sábado, y les diste
mandamientos, decretos, y leyes por mano de tu siervo Moisés.
¡Cuán impresionante es este tipo! El verdadero
"reposo de Dios" sólo puede ser conocido por aquéllos que
han obtenido la redención a través de Su sangre, y el perdón
de sus pecados. Estrictamente hablando, el sábado era una señal
entre Dios y sus redimidos hijos de Israel.
Eze. 20:12 -- Y
les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal
entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que
los santifico.
Es fundamental que veamos que a ellos no se les ordenó
que guardaran el sábado para ser santificados. Era una señal
de que Él, por la muerte del cordero, los había santificado,
es decir, los había separado de los egipcios para Sí mismo;
y ellos habían de guardarlo como señal de que ellos habían
sido separados para Dios. Es imposible decir que este reposo sabático
fue dado a todo el mundo, y luego decir aquí, en muchos lugares,
que era una señal de que ellos habrían de ser santificados
del mundo para Dios. Esto produciría afirmaciones contradictorias.
No se les ordenó obedecer para que fueran redimidos, sino porque
habían sido redimidos.
Nótese cuán fiel a la sombra es la realidad,
el tipo al antitipo. En el antitipo, nadie tiene esta señal sobre
él: paz con Dios. Nadie entra en Su reposo, sino sólo los
que creen, sólo los que se acercan a Dios a través de la
redención que es en Cristo.
Cualquiera que intente mejorar su oportunidad de obtener
la salvación obedeciendo la ley, perfeccionando su carácter,
o por medio de algún otro digno proyecto, lo hace bajo la maldición
de Dios.
Gál. 3:10 --
Todos
los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición.
Gál. 4:4 --
Cuando
tratáis de justificaros por medio de la ley, vuestra relación
con Cristo queda por completo cortada.
En todas la religiones del hombre, él nunca puede
entrar al reposo por sus obras. Cesar de las obras es la única base
posible para entrar en el reposo. Dios cesó de sus obras en la creación
y entró en aquel reposo, habiendo concluído todo. ¿Cuánto
contribuyeron Adán y Eva a esta obra creadora que condujo a este
reposo? Nada, por supuesto, y ninguna participación era posible
o necesaria.
¿Y no concluyó Cristo su obra de redención?
¿Y no le ha levantado Dios de entre lols muertos? "El cual, habiendo
expiado por sí mismo nuestros pecados, se ha sentado a la diestra
de Dios." Todo el cielo está de acuerdo en que la obra de redención
está concluída. El Redentor se ha sentado, y Dios le ha coronado
de gloria y honor. El cielo entero exclama: "¡Digno es el Cordero!"
Considérese el problema de cualquiera que, en presencia
de esto, diga: "¡No! Esa redención concluída no es
suficiente. Ella sola nunca puede darme la paz con Dios. Debo añadir
mis buenas obras, mi justicia, mi perfección de carácter,
etc." ¿Nos da Dios una lección con la sombra (sábado)
para informarnos de cómo Él mira nuestros esfuerzos para
suplir Su obra perfecta -- a la cual apuntaba la sombra?
¿Recuerda Ud. al hombre que fue sorprendido recogiendo
leña en sábado -- poco después de haber iniciado el
peregrinaje en el desierto? (Núm. 15:32). Se preguntó qué
se debía hacer con él. El Señor dijo: "Irremisiblemente
muera aquel hombre."
Los hombres pueden presuntuosamente negar el testimonio
del Espíritu Santo en favor de la obra concluída por Cristo.
Pueden pensar que es cosa liviana quebrantar ese sábado, ese reposo,
sólo recogiendo unos pocos pedazos podridos de sus propias obras.
Piense en esto. Si la sombra fue protegida por una sentencia
de muerte, ¿cuáles serán las consecuencias para el
alma que se atreva a pecar contra el Espíritu Santo menospreciando
la gran salvación, el sábado eterno del reposo en Cristo?
Ahora, ¿no hay algo muy peculiar en la prohibición
de llevar a cabo toda suerte de trabajo en sábado? Aquí la
paga de las obras es muerte; no sólo es muerte la paga del pecado,
sino que, si las obras se ejecutan -- sí, si se ejecutan cualesquiera
obras para salvación, para el reposo, para la paz -- la paga de
tales obras será la muerte eterna. ¿Puede algo ser más
malvado, más cruel, para nuestras propias almas, que confiar en
algún otro evangelio de las obras para salvación, negando
así el evangelio de la gracia de Dios? ¿Puede algo ser más
insultante, más desagradable a Dios, por cualquier clase de obras,
que negar el sábado del reposo de Dios en Cristo? ¡Cuán
impresionante, entonces, es Cristo con el sábado en todo aspecto!
Así como la sombra del sábado no admitiría
ninguna carga y ningunas obras, así también Cristo -- la
sustancia -- el reposo de Dios -- es necesario que permanezca solo.
Mat. 11: 28-30 --
Venid
a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os
haré descansar.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso
para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Este es "el corazón del evangelio." Este es Jesús
ofreciendo reemplazar el yugo de la ley de ellos, que representaba la justicia
de ellos, por Su perfecta justicia, si sólo creyeran en Él.
Deut. 6:24, 25 --El
Señor nos mandó obedecer todos estos decretos [el pacto sinaítico]
y temer al Señor nuestro Dios, para que prosperemos siempre y conservemos
la vida, como hasta hoy.
Y si somos cuidadosos en obedecer toda esta ley delante
del Señor nuestro Dios, como él nos lo ha mandado, ésa
será nuestra justicia.
La justicia de ellos se había basado en su observancia
de la ley -- una tarea imposible -- una tarea que nadie sino Cristo pudo
jamás cumplir. No creyendo que él era quien aseguraba ser,
rehusaron aceptar esta maravillosa oferta. Estoy seguro de que la consideraron
demasiado fácil y simple para que fuera real. Pablo dice de estos
mismos israelitas:
Rom. 10:3,4 --
Porque
ignorando la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no
se han sujetado a la justicia de Dios.
Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo
aquel que cree.
La justicia que viene de Dios a consecuencia de la resurrección
de Cristo es un don gratuiito a todo aquél que cree en Él.
Cualquiera que trate de aumentar esta justicia para salvación, ya
sea por la obediencia a la ley, la observancia del sábado, o cualquier
otra causa digna, a la vista de Dios es tan culpable como el hombre que
recogía leña en la época de la sombra. (Sábado).
Reconsideremos que este reposo, que se exigía en
relación con el sábado, era un reposo físico y era
extremadamente estricto aún en relación con actos de menor
importancia (como el recoger unos pocos palos de leña). Llevar cualquier
clase de carga física estaba prohibido:
Jer. 17:21,22 --Esto
es lo que dice el Señor: Guardaos por vuestra vida de llevar carga
en el día de reposo y de meterla por las puertas de Jerusalén.
No saquéis carga de vuestras casas en el día de reposo, ni
hagáis trabajo alguno...
En presencia de estas órdenes de no llevar carga
alguna en sábado, es notable la acción de Jesús al
sanar al que había estado inválido por 38 años. (Juan
5:1-18). Lo de este hombre era una dolencia crónica que había
durado largo tiempo, no una situación de urgencia. Jesús
pudo haberle dicho: "Levántate," y el hombre habría sido
sanado. Pero, para enseñar una lección, también le
dijo: "Toma tu lecho y anda." Jesús le pidió a este hombre
que deliberadamente quebrantara la ley. Jesús no estaba demostrando
la manera correcta de guardar la ley, sino que estaba mostrando que la
ley estaba en proceso de llegar a su fin, y que Él tenía
la autoridad para hacer que esto ocurriera.
Juan 5:18 --
Por
esto los judíos aún más procuraban matarle, porque
no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también
decía que Dios era su propio Padre..
Ésta era una acusación que él nunca
negó. En otro episodio de sanamiento, el de un hombre que había
sido ciego desde su nacimiento, Jesús podría haberle restaurado
la vista con una sola palabra, pero nótese cómo lo hizo:
Juan 9:6 -- ...escupió
en el suelo, hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos
del ciego, y le dijo:"Vé a lavarte en el estanque de Siloé."
Esta tampoco era una situación de urgencia, y se
hizo en sábado, incluyendo trabajo, tanto de parte de Jesús,
que hizo lodo con la saliva, como de parte del hombre, que tenía
que viajar al estanque de Siloé para lavarse del lodo.
Nuevamente, ésta no era una lección para
demostrar la correcta observancia del sábado, como lo exigía
la ley, sino para mostrarles que la sombra (el sábado) estaba siendo
reemplazada por la realidad (Cristo), al cual la sombra apuntaba. Este
reemplazo de la sombra por la sustancia se completó en la cruz.
Col. 2:13-17 -- Y
a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de
vuestra naturaleza pecaminosa, Dios os dio vida juntamente con Cristo.
El nos perdonó todos nuestros pecados, habiendo cancelado el código
escrito [Pacto Sinaítico] con sus regulaciones, que nos era contrario
y se nos oponía; lo quitó de en medio, clavándolo
en la cruz. Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto
a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual
es sombra de lo que ha de venir; la realidad, sin embargo, es Cristo.
Esto debería resolver el asunto para siempre. Cuando
se trata de abolir las creencias que nos son queridas, aún la Palabra
de Dios a veces parece no ser suficiente -- para nuestra eterna vergüenza.
Note otra vez:
Rom. 14: 5 --
Uno
hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos
los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia
mente.
¿Puede Ud. visualizar a Pablo predicando y usando
este texto en el funeral del hombre de Núm. 15:32-36, que había
sido muerto por recoger unos pocos palos de leña en sábado?
No debería sernos difícil ver que ha tenido lugar un cambio
drástico en las reglas que gobernaban la conducta durante la dispensación
de la sombra, el sábado semanal con su descanso físico, en
comparación con el reposo continuado, el reposo espiritual de Dios,
la obra que Cristo completó en la cruz para nuestra salvación.
La santificación del séptimo día
era la expresión del reposo de Dios en una creación completada,
y era el tipo del reposo de Dios en una redención completada.
Ahora, considere esto. ¿Qué papel jugó
el hombre en la creación? Exactamente el mismo que podría
jugar en la redención. En el caso de Israel, la redención
era la obra de Dios mismo. El enviar pan del cielo era la obra de Dios
mismo; y como recipiente de la gracia de Dios, el sábado se le dio
a Israel entonces. De ninguna otra manera puede Ud. entrar al reposo de
Dios en Cristo, sino como deudor de la ilimitada gracia de Dios, que no
perdonó a su propio Hijo unigénito.
En el libro de Hebreos tenemos importante información
relativa al reposo sabático en la dispensación del Nuevo
Pacto:
Heb. 3:7-15 -- Hoy,
si escucháis su voz, no endurezcáis vuestros corazones como
lo hicísteis en la rebelión, durante el tiempo de prueba
en el desierto, donde vuestros padres me probaron y vieron mis obras por
40 años.
A causa de lo cual me disgusté contra esa generación,
y dije: "Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido
mis caminos." Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi
reposo. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón
malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los
unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que
ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
De acuerdo con estas palabras del Espíritu Santo,
estos israelitas incrédulos, durante su peregrinaje en el desierto,
jamás entrarían en el reposo de Dios a causa de su rebelión
y su incredulidad. La Biblia no puede estar hablando aquí del reposo
sabático semanal exigido por la sombra al entrar en ella fielmente
cada día de sábado. Este es el Espíritu Santo hablándonos
a nosotros, que vivimos en la dispensación del Nuevo Pacto. Este
pasaje no puede estar hablando a aquéllos de épocas pasadas
porque sólo en la cruz de Cristo alcanzaron su cumplimiento la ley
y sus reglamentos, incluyendo el sábado.
Aquí se nos exhorta a entrar en el reposo de Dios,
que es como era el reposo en el que Adán y Eva entraron después
de la creación, un reposo espiritual cada día. Es "ese reposo"
el que nos da la paz con Dios en el conocimiento de que nuestra redención
por medio de Cristo se completó en la cruz. Hemos de exhortarnos
los unos a los otros diariamente, entre tanto que se dice Hoy, de
manera que ninguno de nosotros sea endurecido por el engaño del
pecado.
Heb. 4:1-11 --
Por
lo tanto, puesto que la promesa de entrar en su reposo todavía permanece,
tengamos cuidado no sea que alguno de nosotros parezca no haberlo alcanzado.
Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como
a ellos [los judíos que oyeron el evangelio de la boca de Jesús];
pero no les aprovechó el oir la palabra, por no ir acompañada
de fe en los que la oyeron. [Rehusaron aceptar a Cristo como el Mesías].
Pero
los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo:
"Por tanto, juré en mi ira: 'No entrarán en mi reposo.'"
De la misma manera que los israelitas que habían
sido redimidos de la esclavitud en Egipto, y sus descendientes, tenían
derecho al reposo físico del sábado semanal, así también
el reposo espiritual (el reposo de Dios) está limitado a todos los
que creen en Cristo y han lavado sus pecados en la sangre de Cristo en
la cruz. Han sido redimidos y apartados del mundo, y han entrado en el
reposo de Dios. Este reposo es la paz con Dios en la certeza de la vida
eterna por medio de Cristo.
Heb. 4 (Cont.) --
Aunque
las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.
Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: "Y
reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día."
Y otra vez aquí: "No entrarán en mi reposo." Falta que algunos
entren en él, y aquéllos a quienes se les anunció
la buena nueva no entraron por causa de desobediencia.
Éstos tienen que ser aquellos judíos incrédulos
del tiempo de Cristo porque el evangelio fue primero presentado por Jesús
en aquel tiempo. Estaban guardando "el reposo" de la Sombra en cada día
de sábado, pero no entraron al reposo de Dios, tal como es presentado
en el nuevo pacto, a causa de su incredulidad. Con toda seguridad, Dios
se está refiriendo a aquéllos en el tiempo presente que,
mezclando buenas obras, obediencia a la ley, observancia del sábado,
etc. en un esfuerzo para asegurar su salvación, caen en esta misma
clasificación y no pueden entrar en este reposo.
Me gusta mucho la siguiente afirmación, pero no
puedo recordar la fuente. -- La religión falsa dice: "La buena conducta
resulta en la salvación," mientras la religión verdadera
dice: "La salvación resulta en buena conducta."
Heb. 4 (Cont.) --
Otra
vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo,
por medio de David, como se dijo antes: "Hoy."
Por lo tanto, Dios de nuevo establece un cierto día.
¿Qué día había establecido anteriormente? Sólo
podría ser el sábado. ¿A qué día se
refiere cuando dice: "Dios otra vez determina un día"? De acuerdo
con el texto que mencionamos más arriba, sólo puede ser Hoy.
Esta era una oportunidad perfecta para que Dios especificara si otro día
había sido solemnizado para convertirse en un día sábado
diferente. Él no hizo esto porque el sábado original era
una sombra de Cristo, y cuando Él reemplazó el sábado
en la cruz, ese día había servido su propósito, y
ahora toda nuestra atención debe volverse hacia Cristo, en vez de
hacia cualquier día en particular.
Se deja que la iglesia decida y elija el día en
que nos reunirnos para adorar a Dios de manera regular, pero esta decisión,
aunque le agrade al Señor, no convierte a este día en un
día santo. Toda la santidad de ese día fue transferida a
Cristo, y ninguna parte de esa santidad ha de ser compartida con otro día.
El día que Él escogió es Hoy y cada día,entretanto
que se llame Hoy.
Heb. 4:8 y sig. --
Porque
si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después
de otro día. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.
Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus
propias obras, como Dios reposó de las suyas.
¿No está resultando tan claro como el cristal
que el reposo sabático bajo el nuevo pacto no puede referirse al
reposo asociado con la sombra? En la cruz, Cristo pagó un precio
más que suficiente por nuestra salvación. Nada más
se necesita, y nada más es aceptable. Aquéllos que creen
en Él son purificados de sus pecados por Su Sangre y son santificados
o separados del mundo.
Así como Cristo reposa de Su obra terminada en
la cruz, los redimidos también entran en ese reposo. El reposo en
el que ellos entran es un reposo de las obras como medio para alcanzar
cualquier parte de la salvación, porque ésta es concedida
de manera completa y sin costo alguno para el pecador. El Espíritu
Santo entra en la vida del redimido y hace que produzca las obras del Espíritu,
no de manera alguna para que obtengamos la salvación, sino porque
ésta ya ha sido obtenida por medio de Cristo.
Fil. 2:13 --
Porque
Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer,
por su buena voluntad.
Para el que no ha cesado, y no quiere cesar, de sus propias
obras, estos pensamientos serán verdaderamente horrorosos. Hablar
del sábado como una sombra que ha pasado no puede ser soportado
por nadie, excepto por aquéllos que han sido atraídos a la
presencia de Dios y el reposo eterno en Cristo.
Pablo no nos deja ninguna razón para dudar de que
la ley dada en Sinaí ha sido reemplazada.
2 Cor. 3:7-11 -- Y
si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras [los Diez Mandamientos]
fue con gloria ...¿cómo no será más bien con
gloria el ministerio del Espíritu? Si el ministerio de condenación
fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio
de justificación ... Y si lo que perece tuvo gloria, mucho más
glorioso será lo que permanece.
Antes de que alguno se sienta tentado a pensar en cómo
zafarse de la obvia conclusión que exige este texto, considere los
versículos que siguen:
2 Cor. 4:2-4 -- Antes
bien, renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni
adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la
verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.
Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los
que se pierden está encubierto, en los cuales el dios de este siglo
[Satanás] cegó el entendimiento de los incrédulos
para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo.
Confío en que estas palabras no se refieran a nadie
que lea este folleto.
De vuelta arriba
El sábado