EL SABADISMO RE-EXAMINADO
Robert D. Brinsmead
Capítulo 4
Gálatas 4:10,11
Tomado de Gospel
Outreach
Guardáis los días,
los meses, los tiempos, y los años. Me temo de vosotros, que haya
trabajado en vano con vosotros. Gálatas 4:10,11.
El libro de Gálatas es posiblemente la primera
epístola que Pablo escribió. Una fecha plausible es aproximadamente
el año 49 d. C. - justo antes de la conferencia de Jerusalén
registrada en Hechos 15. Esto significaría que el libro fue escrito
en Antioquia justo antes de que Pablo asistiera a la conferencia. Los cristianos
de Jerusalén habían llegado a Antioquia arguyendo que, a
menos que los creyentes gentiles se circuncidaran y vivieran en sujeción
a la ley como los cristianos judíos, no podrían salvarse
(Hechos 15:1). Algunos de estos cristianos judaizantes también habían
ido a Galacia y persuadido a los conversos de Pablo de que debían
circuncidarse y observar "los días, los meses, los tiempos, y los
años" (Gálatas 4:10, cf. 5:2-3).
Pablo, que ya se ha involucrado en la controversia sobre
la "ley" en Antioquia, se indigna cuando recibe el informe de que los agitadores
cristianos judíos se habían infiltrado en las iglesias de
Galacia. Su carta a los gálatas es su más vehemente defensa
de su apostolado y de su evangelio. Se la ha llamado la Carta Magna de
la libertad cristiana.
En el capítulo uno, Pablo defiende su apostolado.
Declara que no había sido comisionado para que predicara por los
apóstoles de Jerusalén, sino por Cristo mismo. Obviamente,
los infiltrados habían atribuído superioridad a la iglesia
de Jerusalén y a sus apóstoles. Sin duda argumentaban que,
puesto que todos los apóstoles se habían circuncidado y observaban
el calendario sagrado judío, ¿por qué no deberían
los cristianos gálatas seguir su ejemplo?
En el capítulo 2, Pablo les dice a los gálatas
que, cuando los cristianos judíos exigieron que su colaborador,
Tito, se circuncidara, éste rehusó ceder a sus exigencias.
En esto tenía el apoyo de los apóstoles de Jerusalén
(Gálatas 2:2-5) . El incidente de Tito prueba que los infiltrados
no estaban diciendo la verdad. Los apóstoles no habían decretado
que los gentiles debían circuncidarse. Pablo procede luego a relatar
el incidente de Antioquia, en el cual Pedro había sido lo bastante
osado para hacer a un lado la ley y participar en camaradería con
los gentiles en la misma mesa. Pero cuando estos hermanos de Jerusalén,
más conservadores, y que venían "de parte de Santiago", llegaron
a Antioquia, Pedro rompió su camaradería con los hermanos
gentiles. Su ejemplo influyó para que otros judíos cristianos,
incluyendo a Bernabé, hicieran lo mismo (Gálatas 2:11-13).
Pablo relata cuán molesto se sintió por
esta hipocresía, y cómo reprendió a Pedro en su propia
cara por una actitud que negaba el evangelio (Gálatas 2:14). En
este contexto de confrontación con Pedro, Pablo luego se lanza a
discutir el tema de la justificación por la fe aparte de las obras
de la ley. Su punto es esencialmente que la ley no puede justificar a nadie
delante de Dios, sino que sólo puede maldecir y condenar. Si cualquiera
confía en la observancia de la ley para ser absuelto en el día
del juicio, niega el evangelio y anula la muerte de Cristo (Gálatas
2:16-21). En este punto, hay dos cosas importantes que notar en el argumento
de Pablo:
Pablo cambia su argumento, alejándose de la circuncisión
en particular, y tratando la ley en general. Todas las partes en la disputa
de la circuncisión entendían bien que la circuncisión
era meramente una señal o símbolo de sujeción a la
ley (Romanos 2:25; Gálatas 5:3). El verdadero punto en debate era
si los creyentes gentiles debían o no someterse al yugo de la ley
judía.
La palabra ley (nomos), que se usa repetidamente en Gálatas
2-4, es la contraparte griega de la palabra del Antiguo Testamento, Torah.
No se refiere exclusivamente a la ley ceremonial, ni exclusivamente a la
ley moral. Significa toda la ley o sistema legal que se le dio a Israel
por medio de la administración mosaica (véase Gálatas
3:10-13, 17, 19, 24-25; 4:21-22, donde es manifiestamente imposible restringir
el término "ley" a ceremonias o a preceptos éticos).
Hoy día podemos distinguir entre ley ceremonial
y ley moral, y esta distinción puede ser teológicamente válida.
Pero no debemos suponer que los hombres de los tiempos bíblicos
usaban nuestras modernas formas de pensamiento. Para el judío, había
613 mandamientos en la Torah, y todos eran considerados deberes morales
puesto que habían sido ordenados por Dios. En ninguna parte nos
da Pablo una fórmula o una lista para informarnos cuáles
leyes del Antiguo Testamento son morales, y cuáles son ceremoniales.
(2) Gálatas 2-4 se ocupa del cuerpo de ley entero personificado
en el sistema legal judío.
Hay dos razones de por qué es vital entender que
Pablo abarca la ley como un todo:
Es esencial para su argumento sobre la justificación
por la obra de Cristo solamente. Si suponemos que Pablo meramente tiene
en mente la ley ritual, podríamos llegar a la conclusión
de que, aunque la observancia de la ley ritual no juega ningún papel
en nuestra aceptación por Dios en el día del juicio, la observación
de la ley moral sí lo juega. (3) Pero no ganamos nada si huímos
del oso del ritualismo sólo para encontrarnos con el león
del moralismo.La salvación por un carácter bueno puede ser
una forma más sutil de legalismo que la salvación por el
ritualismo. Al usar la palabra ley para incluir a toda la ley, Pablo excluye
todo legalismo.
El uso totalizado de la palabra ley es vital en el enfoque
entero que Pablo hace de la ética cristiana. Aparentemente, los
infiltrados de Jerusalén creían que podían ser selectivos
con la ley. Pero Pablo era un teólogo demasiado lógico y
demasiado bueno para permitir esto. Hasta su adiestramiento rabínico
le había enseñado que la violación de una parte de
la ley era una violación de toda la ley. (4) Sabía que la
ley pronuncia una maldición sobre los que dejan de observarla en
su totalidad:
"Todos los que dependen
de las obras de la ley están bajo maldición, porque escrito
está: Maldito todo aquél que no permaneciere en todas las
cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas" (Gálatas 3:10).
Puesto que la circuncisión es una señal de haber aceptado
el yugo de la ley, Pablo enfatiza su punto con lógica implacable:
"Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está
obligado a guardar toda la ley" (Gálatas 5:3). Si hay que guardar
la ley, hay que guardarla en su totalidad -- todo o nada. El otro lado
del argumento es igualmente válido. Si cualquier parte de la ley
queda abolida, toda ella queda abolida -- nuevamente todo o nada. (5)
Sin duda, los infiltrados
de Jerusalén habían insistido en la reverencia por la ley
basándose en su gran antigüedad. ¿No fue dada en Sinaí
al nacimiento de la nación hebrea? Sin embargo, Pablo enfrenta este
argumento mostrando que su evangelio puede reclamar para sí aún
mayor antigüedad. "El evangelio", dice, fue "anunciado...a Abraham
de antemano", 430 años antes de que se diera la ley (Gálatas
3:8,17). Además, la herencia estaba basada en una promesa de gracia,
más bien que en una recompensa por guardar la ley (Gálatas
3:16-18; cf. Romanos 4:13-16).
Naturalmente, surge
la pregunta: ¿Por qué era necesaria la ley en absoluto si
el pacto, si el pacto de la promesa era completo 430 años antes
de que comenzara la dispensación de la ley? Pablo responde que la
ley fue una medida temporal y de urgencia y hasta que viniera la edad mesiánica:
Entonces, ¿para qué
sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta
que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por
medio de ángeles en mano de un mediador. Y el mediador no lo es
de uno solo; pero Dios es uno.
¿Luego la ley es contraria
a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera
pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. Mas la
escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es
por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.
Pero antes que viniese la fe, estábamos
confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.
De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin
de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no
estamos bajo ayo. - Gálatas 3:19-25.
Aún como rabino,
Pablo había aprendido que la era de la ley habría de ser
sucedida por la era del Mesías. (6)
Si los "días del
Mesías" han comenzado, los días de la Torah han llegado a
su fin. Por otra parte, si la Ley, la Torah, todavía conservara
su validez, entonces se proclamaría que el Mesías no había
llegado. (7)
En Gálatas 3:24,
Pablo compara la ley al griego paidagogos, que se traduce de varias maneras,
como "ayo", "tutor", "custodio", "guardián". No todos estos términos
reflejan con exactitud el significado de paidagogos. En un excelente
ensayo sobre "La Ley como Paidagogos", J. M. MacGroman dice:
El término representa
una combinación de dos palabras griegas: pais, que significa "muchacho",
y agogos, que significa "conductor". Así, paidagogos significa literalmente
"el que conduce a un muchacho". Designaba al hombre, generalmente un esclavo
de la casa, al cual el padre, en la sociedad grecorromana, confiaba la
crianza de su hijo. Acompañaba al muchacho dondequiera que éste
iba, ocupándose de sus necesidades, y era su guía y su protección.
Ejercía constante supervisión sobre él desde la niñez
hasta la madurez, y tenía autoridad para administrar disciplina
según fuera necesario. Llevaba el muchacho al maestro (didaskalos),
pero él mismo no era el maestro. A. W. F. Blunt indicaba que el
paidagogos generalmente era representado en jarrones y objetos semejantes
con una vara en la mano. En una situación escolar, esto garantizaba
que el muchacho tuviera la mente puesta en el aprendizaje. La tarea del
paidagogos era asegurarse de que el muchacho pasara los años entre
la niñez y la adultez de tal manera que estuviera listo para ocupar
su lugar en la sociedad como persona madura y responsable. (8)
MacGorman continúa
mostrando esto en uno de los diálogos de Sócrates:
El paidagogos era el esclavo
a quien el hombre pudiente había encargado su hijo. Habría
de continuar con esta responsabilidad hasta que el hijo alcanzara el nivel
deseado de madurez y sabiduría. No era el maestro, sino que más
bien llevaba al muchacho a su maestro (didaskaloi). Sin embargo, esta tarea
no debería ser exagerada hasta oscurecer el hecho de que ejercía
una supervisión general del muchacho.
No hay ninguna palabra en español
que traduzca paidagogos adecuadamente, porque en nuestra cultura nadie
lleva a cabo esta función. Las alternativas son, o transliterar
la palabra con una breve explicación marginal, o conformarse con
algún término funcionalmente descriptivo que será
sólo una aproximación. Si se elige este último curso
de acción, debería dársele preferencia a los términos
que tengan que ver con custodia (por ejemplo, "custodio", "guardián",
"asistente"), más bien que términos educativos (por ejemplo,
"maestro, "tutor", "instructor", o hasta "pedagogo").
No sólo parece esto más
en consonancia con el papel del paidagogos en la antigua sociedad grecorromana,
sino que también es apoyado por el contexto inmediato en Gálatas.
Pablo escribió en Gálatas 3:23: "Pero antes que viniera esta
fe, estábamos detenidos por la ley, confinados para la fe que habría
de ser revelada" (traducción del autor). El verbo traducido como
"estábamos detenidos" (phroureo) se usó en Filipenses 4:7
con el significado de "mantener bajo guarda" en un sentido protector. Pero
aquí significa "detener" en el sentido de retener bajo arresto.
Esto queda confirmado por el siguiente participio, "estando encerrados"
(sugkleio menoi), que en el Nuevo Testamento ocurre sólo en un sentido
restringido. Así, Pablo enseñaba que, antes de que viniera
Cristo, ellos estaban encerrados bajo la custodia de la ley. Fue en relación
con esto que él introdujo la analogía del paidagogos para
representar la función de la ley (Gálatas 3:24-25).
Encontramos apoyo adicional para
esta interpretación en Gálatas 4:1-7, donde Pablo comparó
la ley con los guardianes y los fideicomisarios designados para la custodia
de un menor de edad. Aunque destinado a recibir la herencia plena en el
momento edstablecido por el padre, el hijo no se diferenciaba en nada de
un esclavo durante los años de su minoría de edad. Nuevamente
en la aplicación analogía a la historia de la redención,
la venida de Cristo marcaba el fin de la guarda de la ley: "Pero cuando
vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de
mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la
ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos" (Gálatas
4:4-5). Bertram añade: "La calidad de hijos al lado del Padre es
bien diferente de la dependencia hasta del mejor pedadogo".
¿Y qué decir de la
ley en la actualidad? Ha cumplido su propósito noblemente. Los que
han sido justificados por fe en Cristo, los que han entrado en posesión
de la herencia plena como hijos, ya no tienen necesidad de la custodia
restrictiva de la ley. El intento de los judaizantes de extender el ejercicio
del paidagogos más allá de la venida de Cristo había
de perder de vista la condición provisional y la función
preparatoria de la ley. Habría de anular la gracia de Dios y hacer
que la muerte de Cristo en la cruz quedara sin significado alguno. (Gálatas
2:21) (10)
Mientras Gálatas
3:24 asemeja la naturaleza temporal de la ley a la de un paidagogo, Gálatas
4:1-7 la compara con la de los guardianes y fideicomisarios de un niño
pequeño:
Pero también digo:
Entretanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo,
aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores
hasta el tiempo señalado por el padre. Así también
nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud
bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo,
Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para
que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos
la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió
a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba,
Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también
heredero de Dios por medio de Cristo.
De la misma manera que
nosotros debemos gobernar y disciplinar a nuestros niños pequeños
por medio de toda clase de reglas y reglamentos ("Acostarse no más
tarde de las nueve", "No salir del patio a menos que nos digas a dónde
vas", "Comerte todos tus vegetales antes del postre", etc.) la joven nación
hebrea, designada como el hijito de Dios (Oseas 11:1-4), tenía que
ser gobernada y disciplinada por medio de toda clase de reglas y reglamentos
arbitrarios establecidos por Moisés. Pablo dice que esta sujeción
a la ley era una especie de "esclavitud bajo los principios básicos
del mundo" (Gálatas 4:3). La palabra traducida como "rudimentos"
viene de la palabra griega stoicheia, que significa "rudimentos". Evidentemente,
la Nueva Versión Internacional [en inglés] interpreta esta
expresión como reglamentos elementales, reglas rudimentarias, el
ABC, o materias de kindergarten. (11) La ley mosaica obligaba al
judío con reglamentos sobre alimentos y bebidas, días
santos, días de fiesta, lugares de culto, la siembra y la cosecha,
solicitud de préstamos, y devolución de préstamos.
Lutero hasta dice que Moisés "llega tan lejos que algunas de las
recetas han de ser consideradas como tontas e inútiles". (12) Quizás
este comentario es demasiado áspero, pero la estimación de
Pablo de las restricciones de la ley no es mucho mejor. En Gálatas
4:9, se atreve a llamarlos "débiles y pobres stoicheia" [rudimentos].
Por supuesto, todo
esto era una bofetada para los infiltrados cristianos judíos y sus
chocheantes oyentes. Sin duda, los falsos maestros presentaban su "evangelio"
de sujeción a la ley como la enseñanza avanzada para los
que querían continuar hacia la perfección (Gálatas
3:3). Pero Pablo se burla de esto diciendo que es regresar a la clase de
los bebés. Él ya les había llevado a la avanzada enseñanza
del evangelio, que les llamaba a la libertad y a la responsabilidad de
de ser hijos crecidos, pero ahora querían regresar a los reglamentos
adecuados para infantes. Luego Pablo hace una asombrosa afirmación,
que ha dejado perplejos a algunos comentaristas y lanzado a otros fuera
del correcto camino exegético. "¿Cómo es que", pregunta
el apóstol a sus conversos, "os volvéis de nuevo a los débiles
y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?
Guardáis los días, los meses, los tiempos, y los años.
Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros" (Gálatas
4:9-11). Antes de su conversión, los gálatas no eran judíos,
sino paganos. Por lo tanto, algunos comentaristas han llegado a la conclusión
de que Pablo los acusa, no de aceptar los reglamentos mosaicos, sino de
volver a sus prácticas paganas. Pero esto es inconsistente tanto
con el contexto de Gálatas 4 como con el alcance entero de la epístola.
Los falsos maestros eran cristianos judíos que insistían
que los gálatas deberían sujetarse a las instituciones judías
antes que a las paganas.La sugerencia de que Gálatas 4:10 se refiere
a los días especiales de las festividades paganas ha sido generalmente
desacreditada, y con razón, entre los eruditos bíblicos.
Por ejemplo:
Por cuanto el argumento
de Pablo está dirigido enteramente contra el judaísmo, se
supone que los días se refieren a los días sábado,
los meses a los días de la luna nueva, los tiempos a los días
de fiesta judíos, y los años al año sabático
y al jubileo. (13)
Los términos usados (en Gálatas
4:10) se refieren a las leyes mosaicas. (14)
No hay razón para
discrepar con el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento cuando
dice que los "días" de Gálatas 4:10 "son, en primer lugar,
sábados, aunque incluyen otros días también, por ejemplo,
el Día de Expiación. (15)
Hay una razón
final y obligante para creer que Gálatas 4:10 se está refiriendo
a las leyes sabáticas judías. Gálatas 4:10 y su contexto
son similares a Colosenses 2:16 y a su contexto. Ambas epístolas
tratan del problema de los intrusos cristianos-judíos. En ambos
pasajes, Pablo se burla de la sumisión a los "stoicheia del mundo"
(Gálatas 4:3; Col. 2:20). Y en ambos pasajes él habla de
la observancia de los días, los meses, y los años.
Gálatas 4:3,10 Stoicheia
del mundo ... días, y meses, y tiempos, y años especiales.
Colosenses 2:16,20 ... un festival
religioso [anual], una celebración de la luna nueva [mensual] o
un día de sábado [semanal] ... stoicheia de este mundo.
Pero, ¿cómo
puede Pablo acusar a los gálatas de regresar a la esclavitud pagana,
cuando ellos no tenían la intención de regresar a la observancia
de festivales paganos, sino avanzar a la observancia de las leyes mosaicas
dadas por Dios? Pablo discierne la identidad entre la esclavitud de los
judíos a los reglamentos mosaicos (Gálatas 4:3) y la esclavitud
de los gentiles a los reglamentos paganos. Tanto judíos como paganos
estaban en esclavitud bajo los stoicheia de este mundo, y ambos necesitaban
ser redimidos de esta "débil y pobre" servidumbre.
Pero nuevamente se
interpone la pregunta: ¿Cómo puede decir Pablo que la observancia
de los reglamentos judíos dados por Dios es equivalente a la observancia
de los reglamentos paganos? En los siguientes comentarios, trataremos
de recapturar la fuerza del pensamiento de Pablo.
El hombre pagano era
incurablemente supersticioso porque era incurablemente religioso. La suya
era una religión de tabúes sobre comidas y bebidas, sobre
días y lugares - todos ellos elementos carnales, externos, y pueriles
(stoicheia) de este mundo. Tenía sus sacrificios, sus ritos supersticiosos,
sus altares santos, sus días de buena y de mala suerte, sus augurios,
sus aflicciones corporales, y sus recetas inútiles para el mejoramiento
moral o la manipulación de los dioses. Dios sabía que
el judío no era mejor. En su inmadurez pecaminosa, estaba también
incurablemente entregado a ritos externos, altares visibles, ejercicios
corporales, tabúes sobre los alimentos, y días de los acuales
se había decidido que eran buenos o malos por el movimiento arbitrario
de los cuerpos planetarios. Así que Dios tomó a los judíos
donde estaban y les dio reglamentos que eran una concesión a la
etapa infantil de su desarrollo. Puesto que ellos debían tener stoicheia
visibles, carnales, y externos de este mundo, Dios les dio rituales, sacerdotes
espléndidamente ataviados, altares, un templo, incienso, sacrificios,
reglamentos sobre las comidas y las bebidas, así como un detallado
calendario sagrado. Pero Dios quiso consagrar estas cosas para que se convirtieran
en ordenanzas para recordar sus poderosas acciones y para que fueran sombra
de su salvación venidera en Cristo. Sólo eran "débiles
y pobres stoicheia", "reglamentos externos aplicables sólo hasta
cuando llegara el nuevo orden" (Hebreos 9:10), o, como decía Pedro,
"un yugo que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido llevar" (Hechos
15:10). La ley de Dios, administrada por Moisés, era una medida
temporal y de urgencia, un paidagogos, stoicheia de este mundo, para preparar
a un pueblo para la nueva era del evangelio.
¿Qué
son estos "débiles y pobres rudimentos" a los cuales se sujetaban
los cristianos gálatas? Pablo menciona algunos de ellos en Gálatas
4:10: "Guardáis los días, los meses, los tiempos, y los años".
En Gálatas 5, el apóstol hace sonar la campana de la libertad:
"Cristo nos hizo libres ... No estéis otra vez sujetos al yugo de
esclavitud", apela a los gálatas (Gálatas 5:1). Este yugo
es la sujeción a la ley, de la cual sujeción es señal
la circuncisión (Gálatas 5: 1,3; comp. con Hechos 15:10).
Luego el apóstol hace esta gran declaración, que expresa
toda la suma y la substancia del deber cristiano: "Porque en Cristo Jesús
ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino
la fe que obra por el amor" (Gálatas 5:6).
La fe y el amor lo
son todo - son el todo del hombre. Este tema es reiterado por doquier en
las espístolas de Pablo (Efesios 1:15; Colosenses 1:4,5; 1 Tesalonicenses
1:3; 3:6; 2 Tesalonicenses 1:3; 1 Timoteo 1:14; 2 Timoteo 1:13). Esta es
la verdadera ley tras de la ley. Es la ley eterna tras la ley de Moisés.
Quienquiera que entienda a Moisés sabe que el verdadero propósito
de la ley es hacer que prevalezcan la fe y el amor. Lutero es lo bastante
osado como para decir que todas las leyes deberían ser quebrantadas
si entran en conflicto con las exigencias de la fe y el amor - y hasta
da ejemplos del Antiguo Testamento para mostrar que algunas veces "reyes,
sacerdotes, y dirigentes populares a menudo transgreden atrevidamente las
leyes, exigidos por la fe y el amor" (16).
A veces, esta ley eterna
detrás de la ley temporal puede vislumbrarse en la enseñanza
de los profetas. A menudo se burlan del externalismo de la religión
de Israel y llaman a una religión verdaderamente espiritual, del
corazón. Pero lo que sólo se sugiere en los profetas irrumpe
con transparente claridad en la nueva era del evangelio. Fe en la obra
de Dios en favor nuestro en Cristo, y amor por nuestro prójimo,
es todo lo que Dios jamás requirió. Esto es lo que Él
estaba tratando de inculcar hasta en el sistema legal dado a los judíos.
Los pecados del Nuevo Testamento son de dos clases -- pecados contra la
fe (Romanos 14:23) y pecados contra el amor (Santiago 4:17).
El apóstol Pablo
también nos dice que los mandamientos de Dios consisten en la fe
en Cristo Jesús y el amor de los unos para con los otros. Cuando
Jesús instituyó la cena del nuevo pacto con sus discípulos,
les explicó lo que se esperaba de ellos. Así como Moisés
escribió lo que se requería del pueblo en un libro antes
de sellarlo con sangre, así también Jesús bosquejó
lo que se requería de su pueblo antes de sellar el nuevo pacto con
su sangre. (17) La participación en el cuerpo y la sangre de Cristo
exige esencialmente dos cosas: "Creéis en Dios; creed también
en mí... Amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Juan 14:1;
15:12). Y en su epístola, Juan dice: "Este es su mandamiento: Que
creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como
nos lo ha mandado" (1 Juan 3:23). Juan advierte a la iglesia que el espíritu
del anticristo es negar a Cristo y aborrecer al hermano (1 Juan 2) -- es
decir, pecar contra la fe y el amor.
Luego, en Gálatas
5, Pablo procede a expresar su gran paradoja cristiana acerca de la libertad
de la fe y la servidumbre del amor: "Porque vosotros, hermanos, a libertad
fuísteis llamados; solamente que no uséis la libertad como
ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los
otros" (Gálatas 5:13). A los gálatas se los anima a concentrarse
en el amor, porque evidentemente la preocupación de ellos por los
reglamentos externos les había alejado de lo que hemos llamado la
verdadera ley detrás de la ley. Por eso, Pablo dice:
Porque toda la ley en esta
sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a tí
mismo. Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad
que también no os consumáis unos a otros.
Digo, pues: Andad en el Espíritu,
y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne
es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne;
y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo
que quisiéreis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no
estáis bajo la ley.
Y manifiestas son las obras de la
carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría,
hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones,
herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas
semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os
lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán
el reino de Dios.
Mas el fruto del Espíritu
es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza;
contra tales cosas no hay ley. -- Gálatas 5:14-23.
Luego, en el capítulo
6, el apóstol usa la palabra "ley" de una manera completamente nueva.
A través de toda la epístola, "ley" se ha usado principalmente
en un sentido negativo. Pablo reprende a los gálatas por querer
estar bajo la "carga" de ella. Ahora señala a los gálatas
la dirección de una carga mejor: "Sobrellevad los unos las cargas
de los otros, y cumplid así la ley de Cristo" (Gálatas 6:2).
La antigua ley es un yugo imposible de llevar (Hechos 15:10; Gálatas
5:1), pero la nueva ley de Cristo es un yugo fácil y ligera
su carga (Mateo 11:30).
A primera vista (y
en realidad al nivel en el que Pablo tiene que dirigirse a los tontos gálatas)
hay un gran contraste entre la ley de Moisés y la ley de Cristo.
Sin embargo, esto es sólo a causa del velo que está puesto
sobre el corazón cuando se lee a Moisés (2 Corintios 3:15).
Los profetas sabían que el verdadero espíritu y el verdadero
propósito de Moisés eran justicia, misericordia, y fe. La
dispensación del evangelio, con su nuevo mandamiento (1 Juan 2:7),
realmente no es el repudio de la dispensación legal, sino su cumplimiento
(Mateo 5:17; Romanos 3:31, 8:4; Gálatas 5:14).
Resumen
El sabadista no encontrará
ningún apoyo en el libro de Gálatas. Ni puede derivar ningún
consuelo del supuesto argumento del silencio. Como hemos visto, Gálatas
no guarda silencio acerca de imponer la observancia obligatoria de los
días (cualquier día) sobre la conciencia de la gente. Las
leyes sabáticas son parte del sistema legal judío, que Pablo
designa simplemente como "la ley". (18) La circuncisión es la señal
de haber tomado el yugo de la ley - toda la ley. No puede haber selectividad
con este corpus llamado "la ley". O la administración mosaica
es obligatoria por entero, o ninguna parte de ella es obligatoria. Pablo
es claro sobre cuál opción él toma. La era de la ley
ha sido reemplazada por la era del Mesías. La dispensación
de la ley era una medida de urgencia, temporal y preparatoria. La sujeción
a ella era una forma de esclavitud necesaria para el joven pueblo de Dios,
pero contraria a la voluntad de Dios para los hijos maduros y completamente
crecidos mediante la llegada del evangelio. La observancia de los días,
los meses, y los años del calendario judío (o, si viniera
al caso, de cualquier calendario), como si ésto fuera de alguna
manera necesario para la justificación en el día del juicio,
es una negación del evangelio y una forma de esclavitud bajo "los
débiles y pobres rudimentos".
La fe y el amor son
todo lo que Dios requiere. Por supuesto, el Nuevo Testamento da instrucciones
concretas sobre el significado de la fe y el amor a la luz de la muerte
y la resurrección de Cristo, pero en ninguna parte indica que la
fe y el amor significan adhesión a la letra de las leyes sabáticas
del Antiguo Testamento.
Notas:
(1) Este es esencialmente el significado
de "justificación" -- en Pablo. Es una palabra escatológica
que se relaciona con el veredicto de absolución el día del
juicio (Romanos 2:13). Los creyentes tienen esta absolución futura
en la actualidad por medio de la fe (Mateo 12:36,37; Juan 5:24).
(2) Es difícil analizar la
ley de Moisés en la suposición de que debemos distinguir
cuáles leyes son ceremoniales y cuáles son morales. Tal procedimiento
conduce a interminables argumentos sobre leyes alimentarias, leyes sabáticas,
leyes sobre los diezmos, etc. Pablo advirtió a Tito contra "necias
controversias ... y contenciones y discusiones acerca de la ley"
(Tito 3:9).
(3) Debemos recordar que la justificación
no es meramente una cuestión de iniciación cristiana, sino
el veredicto de aceptación en el día del juicio.
(4) Véase de F. F. Bruce,
Paul:
Apostle of the Heart Set Free, p. 51.
(5) "Uno no podría escoger
a voluntad entre las ordenanzas de la ley: era todo o nada. La ley pronunciaba
una maldición explícita sobre cualquiera que dejara de cumplirla
en su totalidad. (Ibid., p. 181).
(6) Véase ibid., pp. 70, 181,
190.
(7) L. Baeck. "The Faith of Paul",
Journal of Jewish Studies 3 (1952): citado en ibid., p. 70.
(8) J. W. MacGorman, "The Law as
Paidagogos: A Study of Pauline Analogy", in Huber L. Drumwright y Curtis
Vaughan, eds., "New Testament Studies", p. 106.
(9) Ibid., p. 108.
(10) Ibid., p. 110.
(11) Stoicheia puede que se refiera
simplemente a elementos como comidas, lugares, tiempos (el calendario y
el movimiento de los planetas), etc.
(12) Martin Luther, "Prefaces
to the Old Testament", Luther´s Works, 35:239.
(13) Herman N. Ridderbos, The Epistle
of Paul to the Churches of Galatia, p. 162. Véanse también
sus comentarios en la nota 6.
(14) R. C. H. Lenski. The Interpretation
of St. Paul´s Epistles to the Colossians, to the Thessalonians, to
Timothy, to Titus, and to Philemon, p. 213.
(15) Eduard Lohse, art. "The Sabbath
in the New Testament", in Gerhard Friedrich, ed., Theological Dictionary
of the New Testament, 7:30, nota 232.
(16) Luther. "Prefaces to the
Old Testament", p. 240.
(17) Gran parte del discurso final
de Cristo a sus discípulos, registrado en Juan 13-16, está
tomado de los capítulos finales de Deuteronomio. Las palabras de
Jesús recuerdan la renovación del pacto que hizo Moisés
con el pueblo antes de morir. Juan 13-16 es, por lo tanto, relativo al
pacto. Aquí se presentan los términos del nuevo pacto.
(18) No aparece ninguna ley sabática
antes del tiempo del Éxodo y la entrega del pacto a Israel.
Volver
Índice|1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14
Sección de libros
Index