EL SABADISMO RE-EXAMINADO

Robert D. Brinsmead

Capítulo 5
Colosenses 2:16

Tomado de Gospel Outreach


Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva, o días de reposo.- Colosenses 2:16.

La iglesia de Colosas estaba compuesta de cristianos gentiles, y estaba situada en Asia Menor, no lejos de la iglesia de Laodicea. En realidad, Pablo pidió que su carta a los colosenses fuera enviada a los laodicenses. Como la mayoría de  las iglesias en esa región, los colosenses eran susceptibles a la influencia del cristianismo judío.

Aunque había una similitud básica entre los intrusos cristiano-judíos de Galacia y los de Colosas, había también algunas diferencias. Esto no debería sorprendernos, si recordamos que el judaísmo del siglo primero estaba dividido en muchas sectas, y mostraba una profunda variedad de pensamiento. Había fariseos, esenios, helenistas, zelotes, y apocalipsistas, con divisiones entre estos grupos. Muchos de éstos se hicieron cristianos y, lo que no es extraño, trajeron al cristianismo el colorido de sus antecedentes particulares. Por ejemplo, se reconoce que los intrusos cristiano-judíos en Galacia habían sido fariseos. A finales del último siglo, el erudito inglés, Lightfoot, identificó a los intrusos colosenses como cristianos judíos que habían sido esenios. El descubrimiento de los rollos del Mar Muerto, así como posteriores investigaciones por eruditos en años recientes, han confirmado esencialmente el análisis del error colosense por parte de Lightfoot. Las investigaciones también han indicado que el error colosense era una amalgama del legalismo judío con la astrología oriental del agnosticismo primitivo. (1)

En Colosenses 2, Pablo se refiere al interés de los creyentes colosenses por los reglamentos dietéticos ascéticos, y las visiones y los ángeles. Pablo se refiere también a la devoción de ellos por el sábado y el calendario judío. Sabemos que las siguientes eran las características del cristianismo esenio-judío:

  1. Por lo general, eran vegetarianos, y algunos hasta prohibían comer huevos. Imponían sus prácticas dietéticas ascetas como ayudas para alcanzar la perfección espiritual. Desafortunadamente, dedicaban más tiempo al relativo valor espiritual de las comidas y las bebidas que el que dedicaban a Cristo.
  1. Como apocalipsistas, con sus raíces espirituales en la comunidad de Qumran, se reocupaban de cosas tales como el orden del cosmos, las visiones, y la información especulativa concerniente a los ángeles.
  1. Tenían una compleja angelología, que en parte reflejaba la influencia de la astrología oriental. Y, sin embargo, debemos tener cuidado de no exagerar las influencias no judías, porque los apocalipsistas judíos también tenían una historia de interés en la angelología. Creían que los ángeles participaron en la entrega de la ley (una posición que Pablo mismo compartía) [Gálatas 3:19]. Se pensaba que los ángeles protegían los decretos de la ley y castigaban a los ofensores. Puede que también hayan creído que los ángeles estaban encargados del movimiento de los cuerpos planetarios, y de las estaciones recurrentes. La reverencia por los poderes angélicos se expresaba por la atención a los tabúes sobre las comidas y las bebidas, y por la cuidadosa observancia del calendario sagrado judío, especialmente el sábado.
Los falsos maestros de Colosas dirigían la atención de los creyentes a las prácticas ascéticas, las visiones, los ángeles, los sábados, y el calendario. Mediante estos medios, se suponía que disfrutarían de la "plenitud" (griego: pleroma) en su fe cristiana, una plenitud que no habían alcanzado por medio del evangelio recibido de Pablo (Colosenses 1:19; 2:9). El apóstol responde a esta falsa enseñanza con una incomparable exaltación de la persona y la obra de Cristo. Es en Él donde toda la plenitud de Deidad habita (Colosenses 1:19; 2:9).

Es por medio de su obra en la cruz como Dios reconcilia todas las cosas a sí mismo y presenta a todos los creyentes santos y libres "de toda acusación" (Colosenses 1:2-23). Pablo afirma que Dios le comisionó "para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios" (Colosenses 1:25). El Cristo que está presente en la congregación en su evangelio es la esperanza de gloria de la iglesia, porque es por medio de él que todo hombre es presentado perfecto (Colosenses 1:27,28). Los que están firmes en este evangelio y permanecen en esta fe (Colosenses 1:23: 2:6) no carecen absolutamente de nada, porque en Cristo se encuentran todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento (Colosenses 2:3) y toda la plenitud de la Deidad (Colosenses 2:9). Los creyentes están "completos en él" (Colosenses 2:10). Cristo está por encima de todo poder y autoridad (Colosenses 2:10). No hay necesidad de temer, aplacar, o reverenciar los poderes angélicos. Luego, Pablo declara que la verdadera circuncisión ha tenido lugar por medio del bautismo de la iglesia en la muerte y la resurrección de Cristo (Colosenses 2:11-12) (2). Continúa con este pasaje, tan pertinente a la cuestión sabadista:

Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.

Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si viviéseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor contra los apetitos de la carne. -- Colosenses 2:13-23.

Pablo prefacia su ataque contra los visionarios judíos ascéticos con una afirmación de la victoria de Cristo sobre nuestros mayores enemigos. Primero, perdonó todos nuestros pecados (Colosenses 2:13). Segundo, anuló "el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz" (Colosenses 2:14). Tercero, despojó "a los principados y a las potestades" que amenazaban con esclavizarnos (Colosenses 2:15). Se declara que la cruz es el instrumento del triple triunfo de Cristo.

El segundo aspecto del triple triunfo de Cristo exige ahora nuestra mayor atención. ¿Qué significa Colosenses 2:14: "... anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz"? Los puritanos, que eran grandes sabadistas, hicieron valerosos esfuerzos para probar que este pasaje se refiere solamente a la ley ritual. Se sintieron constreñidos a hacer esto para mantener su defensa del sabadismo y su oposición al antinomianismo. Tradicionalmente, los Adventistas del Séptimo Día también han seguido esta interpretación. (3)

El problema con esta interpretación es que Pablo no establece una distinción clara entre la ley moral y la ley ceremonial. Por supuesto, hay una diferencia entre los rituales externos temporales y los principios éticos eternos. Pero, como ya hemos visto en nuestro examen del libro de Gálatas, es característico de Pablo tratar la ley en su totalidad. En ninguna parte nos da una fórmula para establecer qué partes de la ley del Antiguo Testamento son morales y qué partes son ceremoniales. Más recientemente en la historia de la interpretación, algunos comentaristas han visto en Colosenses 2:14 una referencia a un pagaré. Señalan que la expresión traducida como "acta de los decretos" viene de la palabra griega cheirographon, que significa un documento manuscrito o alguna clase de obligación legal. Los eruditos han descubierto casos en que la palabra cheirographon se usó en tiempos antiguos para referirse a un documento firmado estableciendo una deuda (una especie de pagaré). Debería señalarse,  sin embargo, que la mayoría de los eruditos que sugieren esta interpretación reconocen que un pagaré y las regulaciones de la ley son la misma cosa. (4)

El erudito adventista, Samuele Bacchiocchi, arguye que el cheirographon de Colosenses 2:14 no se refiere a la ley en absoluto, sino que es simplemente  "el instrumento para recordar el pecado" o "el registro de nuestros pecados". (5)

Bacchiocchi reconoce que, si este pasaje paulino se refiere a las ordenanzas de la ley mosaica, "existe la legítima posibilidad de que el sábado pueda estar incluído entre las ordenanzas clavadas en la cruz". (6) Pero cree que esta interpretación de cheirographon releva al sabadismo de cualquier situación embarazosa.

Sin embargo, hay una gran debilidad en el argumento de Bacchiocchi sobre la palabra cheirographon. El significado de cheirographon como pagaré es sólo un significado de la palabra en el idioma griego no bíblico. Lenski señala que cheirographon no siempre se refiere a un documento de deuda, sino que puede referirse a un contrato laboral, a un documento que concede autoridad para actuar y hasta para celebrar acuerdos comerciales. (7) Por lo tanto, conduce a una errónea interpretación decir que cheirographon significa un instrumento para recordar o registrar una deuda. Significa simplemente un documento escrito. La clase de documento escrito al que alude Colosenses 2:14 debe ser establecida por su contexto.

No se nos ha dejado en duda en cuanto a la clase de documento escrito al que se refiere Pablo. El cheirographon consiste de "ordenanzas", "decretos" (de la palabra griega dogmasin). Colosenses 2:14 no está describiendo un documento que hemos firmado, mucho menos escrito, sino algo que ha sido escrito en decretos divinos. La misma palabra dogmasin aparece en Efesios 2:15, en que Pablo obviamente discute el ministerio mosaico de la ley. Que Colosenses 2:14 y Efesios 2:15 tienen que ver con el mismo documento queda indicado por la siguiente comparación: (8)

Colosenses 2:14: ... anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.

Efesios 2:15: ... aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas.

Cuando examinamos el contexto de Colosenses 2:14, vemos que el texto está precedido por una referencia a la circuncisión, y está seguido por una referencia a días de fiesta, lunas nuevas, y sábados. Luego, Pablo llama a estas ordenanzas "rudimentos [stoicheia] de este mundo" (Colosenses 2:20), de la misma manera que lo hizo en Gálatas 4. Además, Pablo escribe para oponerse a los cristianos judíos que están imponiendo la ley a los cristianos gentiles. Por lo tanto, la Nueva Versión Internacional [en inglés], traduce con justicia la frase cheirographon tois dogmasin como el acta de los decretos.

Bacchiocchi ve una abrumadora objeción a esta sencilla y directa interpretación de Colosenses 2:14.

¿Cómo puede Dios ser representado como crucificando la santa ley mosaica? (Romanos 7:12). ¿Cómo puede quitarse la culpa destruyendo los códigos legales? (9) Con tales preguntas, Bacchiocchi permite que sus presuposiciones teológicas invaliden el llano sentido del pasaje. Sin embargo, queremos indicar que el problema se resuelve, no calificando o suavizando lo que dice el apóstol, sino permitiendo que Pablo exponga su caso a su manera, sin importar lo que eso les haga a nuestras presuposiciones. Debemos resistir la tentación de cortar y retorcer las palabras de Pablo para ajustarlas a nuestro propio sistema. Por contrario que pueda sonar a nuestra ética teológica, por mucho que temamos al antinomianismo, no podemos escapar a la declaración de Pablo de que las ordenanzas de la ley mosaica han sido clavadas en la cruz. Si al lector le es difícil aceptar esto, le pedimos que tenga paciencia, pues és no es todo el cuadro paulino de la cuestión de la ley  -- como veremos en el siguiente capítulo.

El tercer aspecto de la victoria de Cristo es su triunfo sobre "los principados y las potestades" (Colosenses 2:15). Éstas, junto con el pecado y la ley, son representados como teniéndonos en esclavitud. En vista del triple triunfo de nuestro Señor, el apóstol luego declara:

Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo de Cristo. Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si viviéseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres, cosas que todas se destruyen con el uso?Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. -- Colosenses 2:16,17,20-23.
El contexto exige que entendamos "una festividad religiosa, una celebración de luna nueva o un día de sábado" como las ordenanzas del calendario sagrado judío. Los puritanos, y los Adventistas del Séptimo Día que los siguen, han argüído que Pablo no está hablando del sábado del Decálogo, sino sólo de los sábados de la ley ceremonial. Aparte de las presuposiciones teológicas que hacen difícil que ellos vean que Pablo pudo haber estado hablando del sábado, ellos han "visto" dos cosas en Colosenses 2 que parecen justificar su posición:
  1. Arguyen que había dos tipos de sábados en el Antiguo Testamento -- el sábado semanal del Decálogo y los sábados ceremoniales de las festividades anuales (Levítico 23).
  1. También arguyen que el sábado bajo consideración en Colosenses 2 es "sombra de lo que habría de venir" (Colosenses 2:17). Puesto que el sábado semanal era un recordatorio de la creación (Éxodo 20:8-11), arguyen que no podría ser llamado una "sombra" (Génesis 2:2-3). Por lo tanto, Colosenses 2:16 debe referirse a los días de reposo ceremoniales descritos en Levítico 23. (10).
Estos argumentos no son sólidos por las siguientes razones:
  1. Los tiempos sagrados de Colosenses 2:16 son llamados "una festividad religiosa,una celebración de luna nueva, o un día de sábado". La secuencia "implica observancias anuales, mensuales y semanales". (11) Bacchiocchi concuerda, y hasta dice que esto es "el consenso unánime de los comentaristas". (12)
  1. Esta misma secuencia anual, mensual, y semanal aparece cinco veces en la Septuaginta -- es decir, 2 Crónicas 2:4; 31:3; Nehemías 10:33; Ezequiel 45:17; Oseas 2:11.
  1. Cada vez que el Antiguo Testamento relaciona la celebración de la luna nueva con el sábado, como en Colosenses 2:16, se refiere al sábado semanal (2 Reyes 4:23; 1 Crónicas 23:31; 2 Crónicas 2:4; Nehemías 10:33; Isaías 1:13; 66:23; Ezequiel 45:17; 46:1; Oseas 2:11; Amós 8:5).
  1. Cuando el Antiguo Testamento se refiere a los sábados anuales, como el Día de     Expiación (Levítico 23), los llama "días de reposo", que la Septuaginta consistentemente traduce con la expresión compuesta griega sabbata sabbaton. Colosenses 2:16 dice simplemente sabbaton, la misma palabra usada en Mateo 28:1 para el sábado semanal. (13)
  1. Se ha argumentado que, puesto que Pablo llama al sábado de Colosenses 2:16     "sombra de lo que había de venir", no podría haberse estado refiriendo al sábado del Decálogo. Pero Colosenses 1:16 ya ha declarado que todas las cosas fueron hechas por Cristo y existen para él. Adán mismo era "figura del que había de venir" (Romanos 5:14). Por supuesto, el sábado, como todas las grandes festividades registradas en el Antiguo Testamento, se instituyó para apuntar hacia atrás, a los poderosos actos de Dios en la creación o en el Éxodo. Pero no sólo apuntaba hacia atrás; también apuntaba hacia adelante, a la nueva creación de Dios y a un nuevo acto de liberación al final de los tiempos. Era común que los  judíos hablaran del sábado como un anticipo del sábado sin fin en la era por venir. (14) Hebreos 4 es fiel a esta tradición cuando teológicamente enlaza el reposo del séptimo día con el reposo que se nos ofrece en el evangelio.
Por lo tanto, no podemos evitar la conclusión de que Colosenses 2:16 se refiere al sábado semanal. Bacchiocchi concuerda con esto, pero entonces usa un nuevo enfoque para defender el sabadismo. Arguye que Pablo no condena la observancia del sábado como tal, sino sólo su perversión por las restricciones y la astrología oriental de los judíos. Aquí Bacchiocchi está en lo cierto parcialmente. Como veremos en el siguiente capítulo, Pablo no condenaba a los cristianos romanos que guardaban el sábado para el Señor (Romanos 14:5-6). Sin embargo, el apóstol no aprueba que se haga de la celebración del sábado una ley que obligue la conciencia. Pablo no sólo les dice a los colosenses que las pervertidas ordenanzas de los falsos maestros fueron clavadas en la cruz, sino que quita todo el fundamento bajo sus pies diciendo que hasta los decretos divinos con respecto al sábado han sido cancelados. Es como si Pablo estuviera diciendo en Colosenses 2:14,16: "Si Dios ha cancelado las ordenanzas de su código escrito, ustedes no tienen que someterse a las ordenanzas supuestamente impuestas por los ángeles o por sus agentes".

Además, es el sábado del Antiguo Testamento, más bien que el pervertido sábado de los ascetas judíos, lo que es "sombra de lo que había de venir". Pablo no está diciendo meramente que las perversiones del sábado por parte de los judíos no son obligatorias sobre la conciencia. Dice que el sábado que era una verdadera sombra de Cristo ya no es obligatorio para la conciencia.

Hay un atisbo de que los intrusos colosenses estaban enseñando que los poderes angélicos gobernaban el curso de los planetas y otros cuerpos celestes. Observar el calendario judío era, por lo tanto, una señal de sometimiento a la autoridad de ellos. Pero, aunque uno no crea que los ángeles gobiernan el movimiento de los cuerpos celestes, ¿no significa la sujeción a un calendario en cuestiones religiosas un infantil sometimiento a los "rudimentos del mundo" (Gálatas 4:1-5)? ¿Hace justicia esta clase de sometimiento a la libertad de los que por el evangelio han alcanzado la madurez y los que, en virtud de su unión con Cristo, tienen dominio sobre el orden creado? (Génesis 1:28,29). ¿No está Pablo diciéndonos en Gálatas 4 y Colosenses 2 que las conciencias de los que se han graduado de la clase de bebés no están gobernados por el movimiento de los cuerpos planetarios o regulados por el calendario?

Conclusión

Debemos llegar a la conclusión de que los grandes maestros de la iglesia cristiana, desde Ignacio hasta Jerónimo, y desde Agustín hasta Lutero y Calvino, tenían razones válidas para decir que las leyes sabáticas del Antiguo Testamento no son obligatorias para la conciencia del cristiano. Simplemente aceptaron Colosenses 2:16 como la palabra final sobre la materia.


Notas:

(1)  Véase C.F.D. Moule, The Birth of the New Testament, p. 154.

(2)  Esta es otra indicación de que los opositores de Pablo eran judíos.

(3)  Véase de Ellen G. White, Patriarchs and Prophets (Mountain View, Calif., Pacific Press Publishing Assn., 1958) p. 365.

(4)  Véase de Archibald Thomas Robertson, Word Pictures in the New Testament, 4:494; E. K. Simpson y F. F. Bruce, Commentary on the Epistles to the Ephesians and the Colossians, pp. 237-238.

(5)  Samuele Bacchiocchi. From Sabbath to Sunday; pp. 350-351.

(6)  Íbid., p. 348.

(7)  Véase R. C. H. Lenski. The Interpretation of St. Paul´s Epistles to the Colossians, to the Thessalonians, to Timothy, to Titus and to Philemon, p. 114.

(8)  El Comentario Adventista del Séptimo Día presenta una explicación más sobria de Colosenses 2:14 que Bacchiocchi. El Comentario reconoce que tanto Colosenses 2:14 como Efesios 2:15 discuten la ley mosaica. Véase Francis D. Nichol, ed. The Seventh-day Adventist Bible Commentary, 7:204.

(9)  Véase de Bacchiocchi, From Sabbath to Sunday, p. 348.

(10)  Véase de Nichol. The Seventh-day Adventist Commentary, 7:204: White, Patriarchs and Prophets, pp. 48, 365. Es interesante que, sobre este punto, Bacchiocchi disiente de la posición del Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día y Ellen G. White. Él reconoce que Colosenses 2:16 es una referencia al sábado semanal, y presenta argumentos que destruyen la tradicional explicación sabadista de este pasaje.

(11)  John J. Gunther. St. Paul´s Opponents and Their Background, p. 89.

(12)  Bacchiocchi. From Sabbath to Sunday, p. 358.

(13)  Sabbaton es sólo una de varias palabras griegas que son plurales en forma pero algunas veces singulares en significado. Ningún erudito informado puede considerar seriamente el argumento de que el sabbaton de Colosenses 2:16 es plural y que, por lo tanto, debe referirse a los sábados ceremoniales de Levítico 16. Bacchiocchi declara inexorablemente: "Colosenses 2:16 no puede referirse a ninguno de los sábados ceremoniales anuales" (ibid., p. 360). ¡Un erudito adventista tiene que ser osado para contradecir a Ellen G. White tan obviamente!

(14)  Véase Gerhard Friedrich. Theological Dictionary of the New Testament, 7:8.


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