EL SABADISMO RE-EXAMINADO
Robert D. Brinsmead
Capítulo 8
¿Y los Diez Mandamientos?
Tomado de Gospel
Outreach
La tesis principal de los sabadistas es simple y puede
ser bastante atractiva. Es ésta: El sábado es uno de los
Diez Mandamientos. Los Diez Mandamientos no son una ley ceremonial temporal
sino una ley moral inmutable. El Calvario prueba que Dios toma su ley en
serio. Al asumir la paga del pecado, Cristo mostró que ni siquiera
Dios podía cambiar su ley. De lo contrario, Cristo no habría
tenido que morir. Por lo tanto, el evangelio no anula la ley de Dios, sino
que la confirma (Romanos 3:31).
Esta tesis contiene mucho de buena y ortodoxa teología
cristiana, y por lo tanto, debemos tener cuidado de no rechazarla sumariamente.
Para comenzar, los Diez Mandamientos tradicionalmente han sido muy respetados
en todas las grandes iglesias, antes y después de la Reforma. Gran
parte de los Catecismos Grandes y Pequeños de Lutero son dedicados
a exponer los Diez Mandamientos. Y los Diez Mandamientos están incluídos
en los catecismos de la mayoría de las iglesias protestantes.
El argumento de que el Calvario prueba que Dios toma en
serio su ley es también la doctrina cristiana ortodoxa de la expiación.
Se encuentra en las enseñanzas de Lutero, Calvino, Wesley, Spurgeon,
Hodge, Buchanan, Berkouwer, y Billy Graham.
En este capítulo, deseo responder a la tesis de
los sabadistas sobre la perpetuidad de la ley de Dios. En relación
con los Diez Mandamientos, a menudo se hacen suposiciones que no
deberían permanecer incontestadas, porque pueden conducir a conclusiones
falsas. Por lo tanto, consideramos los puntos siguientes:
1. Los Diez Mandamientos no son eternos
Lo que es eterno no tiene ni principio ni fin. La existencia
de una ley eterna de Dios es tan cierta como la existencia de una voluntad
eterna de Dios. Pero esta ley no es los Diez Mandamientos. Puesto que el
sábado fue hecho para el hombre, no podía haber habido ningún
mandamiento de sábado antes de la creación de la raza humana
(Marcos 2:27; Génesis 2:2,3). Ni podía haber un mandamiento
que gobernara las relaciones entre el macho y la hembra antes del comienzo
de la historia humana, pues la sexualidad no pertenece a la naturaleza
de los ángeles.
Además, la redacción misma de los Diez Mandamientos
implica que fueron dados después de la caída del hombre y
no antes. Por mucho tiempo, los teólogos han reconocido que la forma
predominantemente negativa de los Diez Mandamientos ("No tendrás
dioses ajenos delante de mí", "No matarás") presupone la
inclinación al pecado. (1) Esto indica que fueron escritos para
el hombre caído. La ley del sábado habla de siervos y bestias
de carga, nada de lo cual pertenece a la naturaleza no caída del
hombre.
De la misma manera que los Diez Mandamientos no eran pertinentes
para el hombre sin pecado al principio, tampoco serán pertinentes
en aquella vida futura en que ni se casarán ni se darán en
casamiento (Mateo 2:30). ¿Qué relevancia podría tener
la letra del mandamiento del sábado en la ciudad de los redimidos,
donde "no cuentan el tiempo en años, y donde no hay noche"? Si Isaías
66:23 se usa para probar que la letra de la ley del sábado será
guardada en las edades venideras, este texto también puede usarse
para probar que las fiestas de los novilunios judíos se celebrarán
en las edades venideras - porque Isaías menciona a los dos. ¿"Trabajarán"
los santos una semana de trabajo de seis días en el cielo? ¿No
es mucho más razonable reconocer que la profecía de Isaías
de la gloria de la era mesiánica está escrita en lenguaje
palestino que no se cumple de acuerdo con la letra judaista sino según
el espíritu de la nueva era?
La ley de Dios, como Él mismo, no tiene mudanza
ni sombra de variación. Los principios morales detrás de
los Diez Mandamientos son eternos. Pero no se puede probar que la letra
de los Diez Mandamientos es eterna.
2. Los Diez Mandamientos no incluyen todo
Entre los sabadistas, hay una tendencia a exagerar
la naturaleza incluyente de los Diez Mandamientos. Eclesiastés 12:13
es un texto "de prueba": "Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque
esto es el todo del hombre". Pero nada en este texto indica que Salomón
estaba pensando sólo en los Diez Mandamientos. Probablemente, un
judío piadoso que leyera este texto pensaría más en
los 613 mandamientos de la Torah. El cristiano también podría
legítimamente incluír mandamientos como "Bautízaos"
o "Id a todo el mundo y predicad el evangelio".
No sabemos por qué el Testimonio, como es llamado,
contiene sólo diez mandamientos (Éxodo 34:27-29). Algunos
eruditos han indicado que son un código elemental de moralidad
estructurado para corresponder a los diez dedos como una ayuda catequizadora
para un simple pueblo agrario. Es claro que la letra de los Diez Mandamientos
no cubre todo el espectro de la responsabilidad humana. Hay numerosas ofensas
que no violan la letra de los Diez Mandamientos. No hay ningún código
escrito que condene la impaciencia, el juicio prematuro, una imaginación
vana, o la falta de humildad. Ningún código escrito puede
cubrir todo el espectro del deber humano.
¿Qué letra de la ley violó Pedro
cuando dio por terminada la compañía de los gentiles? El
hecho es que él cometió esta ofensa contra la fe mientras
seguía estrictamente la letra de la ley de Moisés.
¡Cuánto más exigen de nosotros la
fe y el amor que la letra de cualquier código escrito, incluyendo
los Diez Mandamientos! Cuando Pablo hizo este descubrimiento, se sintió
constreñido a declarar: "Servimos bajo el régimen nuevo del
Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra". (Romanos
7:6).
3. Los Diez Mandamientos contienen características sectarias y universales
Cuando Dios dio los Diez Mandamientos, no podemos suponer
que dio una ley que no estaba condicionada por la situación cultural
e histórica de Israel. Si la redacción de los Diez
Mandamientos fue adaptada a las necesidades del hombre y no a las de los
ángeles, a las del hombre caído y no a las del hombre no
caído, ¿no podría Dios adaptar también los
Diez Mandamientos a las necesidades de Israel? Esto sugiere que los Diez
Mandamientos contienen características sectarias, así
como principios universales.
Por ejemplo, la introducción de los Diez Mandamientos
está prologada por una característica sectaria: "Yo
soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto,
de tierra de servidumbre" (Éxodo 20:2). Podemos aplicar estas palabras
a nosotros mismos en un sentido espiritual, pues la resurrección
de Cristo es el gran éxodo de la era del Nuevo Testamento. Pero,
cuando nos tomamos esa libertad con la letra, ¿no estaremos empleando
el principio de la reinterpretación? Y si reinterpretamos una parte
de la ley, ¿no sería posible (necesario, en realidad) reinterpretar
otras partes de la ley?
El mandamiento: "Honra a tu padre y a tu madre, para que
tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da"
(Éxodo 20:12) también está envuelto en pañales
judíos. En su contexto natural, ésta es una promesa de larga
vida en Palestina. Pero el sabadista dice que estamos justificados al aplicar
el principio de esta promesa a nosotros mismos. Ciertamente lo estamos,
pero esta es una reinterpretación de una característica judía
de la ley.
El mandamiento del sábado también incluye
un elemento cúltico judío, pues la versión que aparece
en Deuteronomio dice:
"Acuérdate que fuiste
siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó
de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová
tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo". - Deuteronomio
5:15.
Por lo tanto, la letra
del Decálogo entero no puede aplicarse indiscriminadamente a todo
el mundo sin una adaptación o reinterpretación. En los últimos
cincuenta años más o menos, los grandes adelantos en las
ciencias bíblicas han demostrado que no siempre hemos hecho suficiente
provisión para la manera en que la Biblia viene a nosotros vestida
con el ropaje del lenguaje y la cultura de su tiempo. Hay que tener más
cuidado para distinguir entre las ordenanzas cúlticas y los principios
universales. Un ingenuo literalismo, ya sea en la aplicación de
las profecías del Antiguo Testamento o en la ley del Antiguo Testamento,
no refleja la libertad profética de Jesús y sus apóstoles.
Hasta al leer el Nuevo
Testamento, debemos distinguir entre lo que es cúltico y lo que
es universal. Pablo da el mandamiento específico: "Saludad a todos
los hermanos con ósculo santo" (1 Tesalon. 5:26). Y sin embargo,
la mayoría de los sabadistas (por lo menos los anglosajones) prefieren
ejercer alguna libertad creativa cuando reemplazan este saludo con un cordial
apretón de manos.
4. No siempre debe
guardarse la letra de los Diez Mandamientos
Hay más en la
observancia de la ley que guardar la letra de la ley. Puesto que "la ley
es espiritual" (Romanos 7:14), nadie guarda la ley a menos que la guarde
en espíritu y en verdad. Pero a veces no es posible hacer esto sin
quebrantar la letra de la ley. Ejemplos de esto están dispersos
a través de toda la Biblia. A Naamán, el leproso, se le permitió
transgredir la letra del segundo mandamiento con la aprobación de
Eliseo, como lo ilustra el siguiente incidente:
Naamán ... dijo:
"Ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel ...
"En esto perdone Jehová a
tu siervo: que cuando mi señor el rey entrare en el templo de Rimón
para adorar en él, y se apoyare en mi brazo, si yo también
me inclinare en el templo de Rimón; cuando haga tal, Jehová
perdone en esto a tu siervo".
"Y él le dijo: Vé en
paz". -- 2 Reyes 5:15, 18-19.
David comió el
pan consagrado, lo cual era contrario a la letra de la ley (1 Samuel 21:6).
Jeoiada participó en una insurrección armada contra
la malvada reina un día de sábado (2 Crónicas 23:3-15).
En tiempos de los macabeos, una compañía entera de judíos
fue masacrada porque rehusaron defenderse en sábado. Después
de eso, se permitió combatir o huir en sábado si la vida
estaba en peligro. ¿Y no transgreden los sabadistas la letra de
la ley del sábado si una misión urgente de misericordia así
lo exige?
Mientras que hasta
los sabadistas se sienten libres de la letra de la ley del sábado
en caso de suma necesidad, ¿quién puede decir que alguna
vez estamos libres para ser desleales a Dios? Esto prueba que detrás
de la letra del código escrito hay una ley superior que jamás
debe ser quebrantada. Esa ley superior es la demanda de la fe y el amor.
Lutero declara:
Por lo tanto, la fe y el
amor han de estar siempre por encima de la ley y tener a todas las
leyes bajo su autoridad. Pues, como todas las leyes señalan a la
fe y al amor, ninguna de ellas puede ser válida, o ser ley, si entra
en conflicto con la fe o el amor. (2)
Las páginas de
la historia están llenas de innumerables casos de los mayores males
e injusticias cometidos por los devotos de la letra de la ley.
5. Los Diez Mandamientos
ya no están bajo el ministerio de Moisés.
En la situación
del Nuevo Testamento, la ley está en manos de Moisés. Él
le explica al pueblo judío lo que significa guardar los mandamientos
de Dios. Las ordenanzas con las cuales les obliga a servir a Dios son adaptadas
a su situación y al gran plan de Dios en la historia. Por lo tanto,
Moisés es el intérprete de la ley, incluyendo el mandamiento
del sábado. En el Nuevo Testamento, el ministerio de Moisés
cede su lugar al superior ministerio de Aquél que es claramente
el nuevo Moisés (Deuteronomio 18:15):
"Oísteis que fue
dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será
culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra
su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio,
a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le
diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego ...
"Oísteis que fue dicho: No
cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una
mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón
...
"Además habéis oído
decir que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás
al Señor tus juramentos . Pero yo os digo: No juréis en ninguna
manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra,
porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la
ciudad del gran Rey ...
"Oísteis que fue dicho: Ojo
por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que
es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele
también la otra". -- Mateo 5:21-22, 27-28, 33-35, 38:39.
Los eternos principios
éticos que se encuentran en Moisés no son debilitados por
Cristo Jesús; son espiritualizados, radicalizados, y fortalecidos.
Pero las características externas de las ordenanzas mosaicas son
flexibilizadas o reinterpretadas por Jesús y por sus apóstoles.
(3)
Puesto que los Diez
Mandamientos, incluyendo el sábado, ya no están en manos
de Moisés (habiendo sido abolidas sus ordenanzas [Efesios 2:14-15;
Colosenses 2:14]), a los sabadistas les corresponde la carga de probar
que Jesús y sus apóstoles continuaron interpretando el mandamiento
del sábado de acuerdo con su letra judaica. En el Nuevo Testamento,
cada uno de los otros mandamientos del Decálogo está ampliado
y reaplicado a la comunidad cristiana. Por lo tanto, debemos insistir en
saber lo que significa el sábado, y cómo guardarlo de acuerdo
con el nuevo ministerio del evangelio. Sugerimos que la respuesta se encuentra
en Hebreos 4:1-10.
Hemos llamado la atención
sobre cinco puntos con relación a los Diez Mandamientos: No son
eternos, no lo incluyen todo, no carecen de características cúlticas,
ninguna parte de ellos es absoluta, y hay una importante diferencia en
si son interpretados por el Antiguo Testamento o por el Nuevo Testamento.
Esto nos conduce a reflexionar sobre si la palabra moral, como se aplica
a los Diez Mandamientos, es adecuada o no.
La Biblia misma no
usa la palabra moral para distinguir a los Diez Mandamientos del resto
de la ley. De hecho, la Biblia no nos da en ninguna parte una fórmula
para distinguir cuáles partes de toda la ley son morales y cuáles
son ceremoniales. En una ocasión, una secta sabadista presentó
estudios para mostrar que la ley moral fue puesta dentro del arca, mientras
el libro de la ley ceremonial fue colocado al lado del arca. Este argumento
fracasó porque cualquier persona seria podía ver que el libro
de la ley contenía preceptos "morales" tan duraderos como los Diez
Mandamientos.
En la ley de Moisés,
no siempre es fácil distinguir las leyes morales de las leyes ceremoniales.
Los rótulos de "moral" y "ceremonial" no son una fórmula
mágica para resolver todas las dificultades. En realidad, los términos
mismos no son adecuados por completo.
Consideremos la palabra
moral. Este término extrabíblico puede haber tenido una variedad
de significados. En teología, "ley moral" por lo general describe
"la relación que existe entre Dios y los hombres, y entre
un hombre y otro, y que continuará existiendo entretanto que existan
las perfecciones de Dios y las facultades de los hombres, sin cambios,
correcciones, o aboliciones". (4) Una ley que puede ser ignorada o modificada
en caso de suma necesidad no calificaría como "moral" de acuerdo
con la presente definición. Ni lo haría ningún mandamiento
que tuviera principio o fin. Por lo tanto, decir que los Diez Mandamientos
son por completo morales es dudoso.
Por otra parte, decir
que los Diez Mandamientos son completamente no ceremoniales es también
dudoso. ¿Qué queremos decir con el término ceremonial?
La mayoría de nosotros estaríamos de acuerdo en que un servicio
de bodas es una ceremonia. El bautismo es también una ceremonia
cristiana. Los luteranos pueden decir que el bautismo es más que
una ceremonia para recordar la muerte de Cristo, y tienen razón,
por supuesto; pero es eso, por lo menos.
La Biblia dice que
el sábado es un recordatorio de la creación (Éxodo
20:8-11). Algunos quieren decir también que es un recordatorio de
la nueva creación de Cristo Jesús. ¿No sería
un mandamiento para tener un día de recordación un mandamiento
para tener una ceremonia de recordación?
La naturaleza ceremonial
de la ley del sábado ha sido confirmada por el descubrimiento, por
parte de Mendenhall en 1954, de que los Diez Mandamientos se ajustan a
la estructura de los tratados entre los reyes hititas y sus vasallos. Adjuntada
a las estipulaciones de un tratado hitita había una disposición
para una ceremonia periódica con el propósito de reiterar
el tratado entre el señor y el vasallo. Meredith Kline demuestra
hermosamente que la ley del sábado en la mitad de los Diez Mandamientos
es la contrapartida de una celebración recordatoria de un tratado
hitita con respecto a su disposición para la reiteración
del pacto de Dios. Por lo tanto, la ley del sábado era una ley que
requería una ceremonia de una reiteración de pacto. (5)
Además, al sábado
se le llama "una señal" en el Antiguo Testamento (Éxodo 31:17;
Ezequiel 20:12) y "una sombra" en el Nuevo Testamento (Colosenses 2:17).
A la circuncisión también se le llama una señal (Génesis
17:11; Romanos 4:11), y nadie objeta el hecho de que se le llame la ceremonia
de circuncisión. A los servicios del templo se les llamaba una sombra,
y todo el mundo reconoce que eran ceremonias. Si el sábado es meramente
una señal para representar alguna realidad, ¿por qué
se objeta tan vigorosamente que se le llame una ceremonia?
Recientemente, un grupo
de eruditos Adventistas del Séptimo Día escribió una
serie de ensayos sobre el sábado con el título "Festival
del Sábado" (6). ¿No está un festival estrechamente
relacionado con una ceremonia?
Por supuesto, probar
que el sábado es una clase de ceremonia no significa, por sí
mismo, que la ley del Antiguo Testamento está abrogada. Pero sí
establece que es tan insatisfactorio decir que los Diez Mandamientos son
completamente no ceremoniales como decir que son absolutamente morales.
Algunos han creído
que todos los problemas se resolverían si pudiéramos simplemente
revisar las leyes del Antiguo Testamento para decidir cuáles son
morales y cuáles ceremoniales. Llegan a la conclusión de
que entonces podrían retenerse las que son morales y descartar las
que son ceremoniales. Pero las comunidades cristianas pueden agobiar sus
conciencias con toda clase de cargas cuando aplican su sabiduría
no inspirada a las leyes de la Biblia. La manera más excelente es
apoyar la interpretación del Nuevo Testamento y la aplicación
de la ley de Dios.
Notas:
(1) Pablo dijo: "Sabemos que la ley
no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes,
para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para
los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios,
para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros,
y para cuanto se oponga a la sana doctrina, según el glorioso evangelio
del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado". (1 Timoteo 1:9-11).
(2) Martin Luther: "Preface to
the Old Testament", Luther´s Works, 35:240-241.
(3) Por ejemplo, sobre el tema de
las leyes alimentarias del Antiguo Testamento, "Jesús hacía
limpios todos los alimentos" (Marcos 7:19). Pablo dijo: "Yo sé,
y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en
sí mismo ... Todas las cosas a la verdad son limpias" (Romanos 14:14,
20). Pero las claras palabras del Nuevo Testamento no convencen a algunos
porque han permitido que Moisés vete las palabras tanto de Jesús
como de Pablo. Esto ilustra lo que ocurre cuando miramos el Nuevo Testamento
a la luz del Antiguo, en vez de mirar el Antiguo a la luz del Nuevo. En
todo caso, las preferencias dietéticas deberían basarse en
la revelación general (es decir, la información científica)
en vez de la revelación especial.
(4) John Leland, "The Sabbath
Examined" and "Sabbatical Laws", Baptist Reformation Review 9, no.
4 (Fourth Quarter, 1980): 33.
(5) Véase Robert D. Brinsmead,
Covenant
(Fallbrook Calif.: Verdict Publications 1979) pp. 29-35.
(6) Véase Spectrum
9, no. 1 (1977).
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