EL SÁBADO, LA LEY
Y EL EVANGELIO
Rolaant McKenzie
Traducido de Gospel Outreach
9. El sábado en Hechos
Algunos sostienen que el hecho de que Pablo predicaba en las sinagogas
en sábado prueba que, en general, la iglesia cristiana primitiva
guardaba el sábado. Pero, ¿se indica esto en Hechos? Un
examen de Hechos 13 puede arrojar alguna luz sobre este asunto. Los
versículos 13-14 muestran a Pablo y a Bernabé llegando a
Antioquia y entrando a la sinagoga el sábado. Después de
leer de la ley y los profetas en el versículo 15, Pablo fue
invitado a dirigirse a la congregación. En los versículos
16-41, Pablo predicó el evangelio de Jesús a los
judíos y a los gentiles convertidos al judaísmo. En los
versículos 42-43, la gente invitó a Pablo y a
Bernabé a regresar el sábado siguiente para que les
hablara más sobre el evangelio, y muchos de los judíos y
gentiles conversos les siguieron. Fueron instados por Pablo y
Bernabé a aferrarse a la gracia de Dios. Los versículos
44-52 muestran a Pablo y a Bernabé regresando el sábado
siguiente para predicar el evangelio a casi todos los habitantes de
Antioquia, que estaban ansiosos de escuchar su mensaje. Pero
encontraron fuerte oposición de parte de otros judíos y
gentiles convertidos al judaísmo de la ciudad, que se sintieron
muy celosos del éxito que los dos hombres habían tenido
entre el pueblo, así que expulsaron a Pablo y a Bernabé
del área. En Hechos 13, es evidente que no era la ley lo que se
estaba predicando, sino el evangelio de Jesucristo. Hechos contiene
algunos ejemplos adicionales de Pablo predicando el evangelio en las
sinagogas en sábado.
Hechos 14:1-7
Hechos 16:11-14
Hechos 17:1-4
Hechos 18:4. "Todos los sábados discutía en la sinagoga, tratando de persuadir a judíos y a griegos".
Pablo también predicó en otras ocasiones y en otros
lugares. Un ejemplo es su sermón en el Areópago (o Colina
de Marte) en Hechos 17:16-34. Pablo parecía ir a los lugares
donde sabía que estarían sus futuros oyentes, para
compartir con ellos el evangelio. El lugar más lógico para
encontrarse con los judíos y los conversos al judaísmo
sería la sinagoga en sábado. Para otros, el lugar era
cualquiera donde se encontrasen por casualidad. Así que no
parece que el hecho de que Pablo predicaba en las sinagogas en
sábado prueba que el sábado era obligatorio para los
cristianos, especialmente porque sus oyentes en estos casos no eran
cristianos. Considérese este pasaje en 1 Corintios 9, que da una
idea del método de Pablo para llevar el evangelio a la gente.
1 Corintios 9:19-23
La iglesia primitiva no
requería que los gentiles convertidos al cristianismo guardasen
el sábado. En Jerusalén se reunió un concilio de
iglesia para dilucidar el punto de qué debía
exigírseles a los conversos gentiles. El relato puede
encontrarse en Hechos 15.
Hechos 15:5
"Entonces intervinieron algunos creyentes que pertenecían a la
secta de los fariseos y afirmaron: 'Es necesario circuncidar a los
gentiles y exigirles que obedezcan la ley de Moisés'".
Pero Pedro dice en Hechos 15:8-11.
"Dios, que conoce el corazón humano, mostró que los
aceptaba dándoles el Espíritu Santo, lo mismo que a
nosotros. Sin hacer distinción alguna y ellos, purificó
sus corazones por la fe. Entonces, ¿por qué tratan ahora
de provocar a Dios poniendo sobre el cuello de esos discípulos
un yugo que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido soportar?
¡No puede ser! Más bien, como ellos, creemos que somos
salvos por la gracia de nuestro Señor Jesus".
Santiago pronunció el juicio final sobre la cuestión en Hechos 15:19-21.
"Por lo tanto, yo considero que debemos dejar de ponerles trabas a los
gentiles que se convierten a Dios. Más bien debemos escribirles
que se abstengan de lo contaminado por los ídolos, de la
inmoralidad sexual, de la carne de animales estrangulados y de sangre.
En efecto, desde tiempos antiguos Moisés siempre ha tenido en
cada ciudad quien lo predique y lo lea en las sinagogas todos los
sábados".
He aquí la carta que se escribió a los cristianos gentiles y que se encuentra en Hechos 15:22-29.
"Entonces los apóstoles y los ancianos, de común acuerdo
con toda la iglesia, decidieron escoger a algunos de ellos y enviarlos
a Antioquía con Pablo y Bernabé. Escogieron a Judas,
llamado Barsabás, y a Silas, que tenían buena
reputación entre los hermanos. Con ellos mandaron la siguiente
carta: 'Los apóstoles y los ancianos, a nuestros hermanos
gentiles en Antioquía, Siria y Cilicia: Saludos. Nos hemos
enterado de que algunos de los nuestros, sin nuestra
autorización, los han inquietado a ustedes, alarmándoles
con lo que les han dicho. Así que de común acuerdo hemos
decidido escoger a algunos hombres y enviarlos a ustedes con nuestros
queridos hermanos Pablo y Bernabé, quienes han arriesgado su
vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, les
enviamos a Judas y a Silas para que les confirmen personalmente lo que
les escribimos. Nos pareció bien al Espíritu Santo y a
nosotros no imponerles a ustedes ninguna carga aparte de los siguientes
requisitos: abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de
sangre, de la carne de animales estrangulados y de la inmoralidad
sexual. Bien harán ustedes si evitan estas cosas. Con nuestros
mejores deseos".
Es interesante observar en esta carta que ni la observancia del
sábado semanal, ni la observancia de ningún día
sagrado, se menciona entre las cosas esenciales requeridas para la
comunidad de cristianos judíos y gentiles. Es también de
interés el hecho de que no hay ningún mandamiento en
relación con alimentos inmundos; sólo una orden para que
se abstuviesen de alimentos sacrificados a los ídolos, de
alimentos que contuviesen sangre, y de alimentos que procediesen de
animales estrangulados. Esta carta a los cristianos gentiles fue
escrita por dirigentes cristianos judíos que encabezaban la
iglesia de Jerusalén, como lo indica el versículo 28,
bajo la dirección del Espíritu Santo.
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