POR QUÉ DEBE
EVITARSE LA SOJA (SOYA)
Sally Fallon y Mary G. Enig,
Ph. D.
Tomado de Optimal
Wellness Center
III
Signos de interrogación
sobre la condición GRAS
Acechando en el trasfondo de la propaganda de la industria
está la persistente pregunta de si es siquiera legal añadir
aislado de proteína de soya a los alimentos. Todos los aditivos
para alimentos que no eran de uso común antes de 1958, incluyendo
proteína de caseína de leche, deben tener la condición
GRAS [Generally recognized as safe], o generalmente reconocido como seguro.
En 1972, la administración Nixon ordenó que se re-examinaran
substancias que se creían GRAS, a la luz de cualquier información
científica disponible en ese tiempo.
Este re-examen incluía proteína de caseína
que había sido codificada como GRAS en 1978. En 1974, la FDA obtuvo
una revisión de la literatura sobre la proteína de soya porque,
como esta proteína no se había usado en los alimentos antes
de 1959 y ni siquiera era de uso común a principios de la década
de 1970, no era elegible para ser exceptuada del requisito GRAS bajo las
provisiones de la Ley de Alimentos, Drogas, y Cosméticos. 71
Hasta 1974, la literatura científica reconocía
muchos antinutrientes en la proteína de soya fabricada, incluyendo
los inhibidores de tripsina, el ácido fítico, y la genisteína.
Pero la revisión de literatura de la FDA desestimó una discusión
de los impactos adversos, con la afirmación de que era importante
eliminarlos para un "adecuado procesamiento".
La genisteína podía ser eliminada mediante
un lavado con alcohol, pero era un procedimiento costoso, que los procesadores
evitaban. Estudios posteriores establecieron que el contenido de inhibidor
de tripsina podía ser eliminado sólo mediante largos períodos
de calor y presión, pero la FDA no ha impuesto ninguna exigencia
de que los fabricantes hagan esto.
La FDA estaba más preocupada por las toxinas que
se formaban durante el procesamiento, específicamente los nitritos
y la lisinoalanina. 72 Siempre a bajos niveles de consumo - en promedio,
un tercio de gramo por día en ese tiempo - la presencia de estos
carcinógenos era considerada una ameanza demasiado grande contra
la salud pública como para permitir la condición GRAS.
La proteína de soya sí fue aprobada para
ser usada como empastadura en cajas de cartón, y a esta aprobación
se le permitió continuar, pues los investigadores consideraron que
la emigración de nitritos desde la caja hasta el alimento contenido
en ella sería demasiado pequeña para constituir un riesgo
de cáncer. Los funcionarios de la FDA requirieron especificaciones
de seguridad y procedimientos de monitoreo antes de conceder la condición
GRAS para estos alimentos.
Estos procedimientos nunca se llevaron a cabo. Hasta la
fecha, el uso de la proteína de soya está codificada como
GRAS sólo para este limitado uso industrial como empastadura para
cartón. Esto significa que la proteína de soya debe sujetarse
a procedimientos de aprobación previos al mercadeo cada vez que
los fabricantes se propongan usarla como alimento o añadirla a los
alimentos.
La proteína de soya fue introducida en las fórmulas
para bebés a principios de la década de 1960. Era un producto
nuevo, absolutamente sin ningún historial de uso. Puesto que la
proteína de soya no tenía condición GRAS, se requería
la aprobación de pre-mercadeo. Esta condición no había
sido concedida, y todavía no lo ha sido. El ingrediente clave en
la fórmula de soya para bebés no está reconocido como
seguro.
¿El próximo asbestos?
"Contra el trasfondo de una amplia alabanza...existe la
creciente sospecha de que la soya - a pesar de sus indiscutibles beneficios
- puede representar algunos riesgos para llaaa salud", escribe Marian Burrows,
una de las principales escritoras del New York Times. Más que el
de ninguna otra escritora, el patrocinio, por parte de la Srta. Burros,
de una dieta baja en grasa y mayormente vegetariana ha llevado a los norteamericanos
a los pasillos de los supermercados que ofrecen alimentos a base de soya.
Sin embargo, su artículo "Las dudas ensombrecen
las alegres noticias sobre la soya", del 26 de enero del 2000, contiene
la siguiente afirmación alarmante: "Ni uno solo de los 18 científicos
entrevistados para esta columna estuvo dispuesto a decir que el ingerir
isoflavonas estaba libre de riesgo". La Srta Burros no enumeró los
riesgos , ni mencionó que los 25 gramos de soya diarios recomendados
contienen suficientes isoflavonas para causar problemas en individuos sensibles,
pero era evidente que la industria había reconocido le necesidad
de cubrirse.
Debido a que la industria está extremadamente expuesta
... los abogados de contingencias pronto descubrirán que el número
de demandantes potenciales puede contarse por millones, y que los bolsillos
son muy, muy hondos. Los jurados escucharán algo así: "La
industria ha sabido por años que la soya contiene muchas toxinas".
"Al principio, le dijeron al público que las toxinas
eran eliminadas mediante el procesamiento. Cuando fue evidente que el procesamiento
no las eliminaba, afirmaron que estas substancias eran beneficiosas. Su
gobierno concedió un reclamo de salud a una substancia que es venenosa,
y la industria le mintió al público para poder vender más soya".
La "industria" incluye a los comerciantes, fabricantes,
científicos, publicistas, burócratas, ex-financistas de bonos,
escritores sobre alimentos, compañías fabricantes de vitaminas,
y tiendas al menudeo. Los granjeros probablemente se escaparán porque
fueron engañados como el resto de nosotros. Pero necesitan encontrar
alguna otra cosa que cultivar antes de que la burbuja de la soya estalle
y el mercado se venga abajo: ganado alimentado con pasto, vegetales de
diseño ... o cáñamo para fabricar papel para miles
y miles de sumarios legales.