Si carnaval es sinónimo de farsa, opinamos que los únicos días reales que tiene el mundo, son los tres días llamados de Carnaval. En estos días en que todos nos solemos disfrazar, es cuando menos disfrazados andamos. El disfraz de todos los días merece mucho mejor ese nombre que el que compramos en una tienda para ocultar, es cierto, nuestro físico, pero para dar rienda suelta a las peculiaridades de nuestro yo moral.

Editorial sobre el carnaval, Diario Ecos del Progreso, 7 de marzo de 1886, Salto, Uruguay

La fiesta está en su apogeo,
la eterna paz se quebranta,
las mascaritas sus voces levantan,
el Dios Momo canta,
ríe el Dios Orfreo.
La fiesta está en su apogeo,
todas son bromas y chistes,
la Colombina tan sólo está triste,
de luto se viste,
no quiere cantar.

J. BRIDDON PHOTO
Blanca de la Riestra disfrazada de dama española. (En el dorso se lee "Baile de disfraces en el castillo Steep Hill de Mrs. Hamborough. Febrero de 1867")
Carte de visite, 1867, Ventnor, I.W.

Curioso es ver todo un pueblo como cogido por un acceso de locura, con el júbilo estampado en el semblante, el desorden en el porte, la jovialidad en el labio, la puerilidad en la conducta.

Heraclio C. Fajardo, "El Carnaval es la comedia del género humano" en El Recuerdo Semanario de Literatura y Variedades, 10 de feb. de 1856, Bs. As.

ALDANONDO, Antonio
Joven disfrazado de marinero
Carte de visite, ca. 1868
Buenos Aires, Argentina

Todos vivimos disfrazados (...)
Un hombre gasta muchas caretas al findel año (...) ¡El carnaval! ¿Y para qué,estando la vida?...
Los vivos de tontos, los pícaros de honestos, los míseros de generosos , los ignorantes de sabios, los doloridos de alegres...
¡Caretas siempre caretas! ...

Carlos M. Pacheco, Los Disfrazados, 1906