Gauchos1

La primera mitad del siglo XIX encontró a este rincón de la América Hispana embarcado en las luchas por su independencia y en la conformación de una identidad nacional. La lucha entre el Interior y Buenos Aires, campo y ciudad, cultura y naturaleza, civilización y barbarie, tiene en esta época su punto de partida. Se va gestando así una brecha cultural entre dos mundos diferentes. Por un lado, el ámbito urbano refinado, que adopta las "novedades" del pensamiento ilustrado, que promueve la educación, la experimentación científica, el pensamiento crítico y va definiendo una nueva modernidad. Por el otro, el campo y su paisaje de territorio inmenso y desolado, habitado por gauchos y paisanos. El arte reflejará esos dos mundos. La literatura romántica habrá de destacar el "alma popular" de la nueva nación. La figura del gaucho, héroe romántico, solitario y peregrino, depositario del saber del pueblo será la inspiración profunda de diversos hombres cultos que, habiendo participado de alguna forma en la vivencia del medio gauchesco, recurrirá al arte para representarlo, exaltarlo e idealizarlo. Según Roland Barthes la fotografía pertenece a un mundo sensible al mito y tiende a exaltar la riqueza del símbolo. El gaucho será uno de esos símbolos..

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ANÓNIMO
Paisano con su hijo
Ambrotipo, 1/6 placa, ca. 1857
Argentina

Un estuche con el daguerrotipo de un hombre inexpresivo y barbado, una vieja espada, la dicha y el coraje de ciertas músicas, el hábito de estrofas del Martin Fierro, los años, el desgano y la soledad, fomentaron ese criollismo algo voluntario, pero nunca ostentoso.

Jorge Luis Borges, "El Sur", Ficciones

ANÓNIMO
Alberto García Lagos
Carte de visite, ca. 1870
Uruguay

El anda siempre juyendo,
Siempre pobre y perseguido;
No tiene cueva ni nido,
Como si juera maldito;
porque ser gaucho ... ¡barajo!
el ser gaucho es un delito

.José Hernandez, Martín Fierro, 1872

OCHOTECO, J. M.
F. Ignacio Rickard, autor de 'Viaje a través de los Andes' e inspector de minas de San Juan.
Carte de visite, octubre de 1867, Argentina

El poncho (...) es una prenda sumamente cómoda y conveniente para expediciones a caballo (...) ya que sirve para protegerse del polvo y la lluvia durante el día, y de noche es una excelente frazada (...) es una prenda fresca y agradable, por no decir elegante, para usar en tiempo cálido, muy preferible a cualquier indumentaria de montar inglesa o europea.

F. Ignacio Rickard, Viaje a través de los Andes, 1863

ANÓNIMO
Gaucho
Carte de visite, ca 1860
Argentina

No existe ser más franco, libre e independiente que el gaucho (...) Sencillamente armado y montado en su buen caballo, es el señor de todo lo que mira. El jaguar y el puma, el potro y el toro bravío, la gama y el avestruz le temen; no tiene amo; no labra el suelo; difícilmente sabe lo que significa gobierno.

Samuel Haigh, Sketches of Buenos Ayres and Chile, 1829

ANÓNIMO
Pastor protestante ingles
Carte de visite, ca. 1865
Uruguay

Me reafalé las espuelas,
para no peliar con grillos;
me arremangué el calzoncillo
y me ajusté bien la faja,
y en una mata de paja
probé el filo del cuchillo.

José Hernandez, Martín Fierro, 1872

FOTOGRAFÍA DEL URUGUAY
Julio Victorica Vivanco
Carte de visite coloreada, 1861
Entre Ríos, Argentina

El gaucho, en su estado normal, es generalmente un buen hombre, algo serio y grave quizás, que no se da fácilmente con un extranjero, como lo hace el europeo (...) En su fuero más íntimo, juzga el mérito de un extranjero por su capacidad para galopar, antes que por ninguna otra prueba de competencia moral o religiosa ideada por toda una Junta de Educación.

William Mac Cann, Viaje a caballo por las provincias argentinas, 1847

ANÓNIMO
Gaucho con caballo
Carte de visite, ca.1870
Uruguay

El paisano rehuye todo trabajo cuyo éxito dependa del transcurso del tiempo (...) es hombre moroso y su vida transcurre en un eterno mañana; tiene hábitos migratorio y, (...) vive su vida activa siempre a caballo; si accidentalmente trabaja de pie,lo hace para matar animales, poner cueros a secar, o reparar los arreos de su caballo.

William Mac Cann, Viaje a caballo por las provincias argentinas, 1847

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