DE LA RUA ECHO AL FREPASISTA FLORES POR SUS DECLARACIONES
Primer caído argentino en la guerra

 

El secretario de Desarrollo Sustentable había dicho que el Gobierno "no debe formar parte de un ejército de cowboys", en referencia a la fuerza de retaliación que prepara EE.UU. El Presidente le pidió su renuncia, que el frepasista presentará hoy.

Rafael Flores acababa de asumir en el ministerio que conduce su copartidario Juampi Cafiero.

 

El presidente Fernando de la Rúa destituyó anoche al secretario de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental, el frepasista Rafael Flores, por haber opinado que el Gobierno "no debe formar parte de un ejército de cowboys", en referencia a la fuerza multinacional que pretende conformar Estados Unidos para responder a los ataques terroristas del martes pasado. La rapidez de la decisión –tomada apenas unas horas después de conocida la declaración de Flores difundida sólo por una agencia de noticias– es una clara señal del interés del Gobierno en mostrar una actitud de alineamiento absoluto con Estados Unidos. "Están tan sensibilizados por esta situación que eso les impide pensar con dignidad", dijo Flores ayer -martes 18 de setiembre de 2001- a última hora.
El santacruceño Flores no llegó a estar ni un mes en su cargo. Había asumido el 27 de agosto pasado en reemplazo de Oscar Massei, quien renunció para presentarse como primer candidato a senador en Neuquén. Como Flores no había renunciado sino que sólo había pedido licencia a su banca de diputado, ahora reasumirá en la próxima sesión.
Había dos versiones acerca de cómo le habían llegado las declaraciones del ahora ex funcionario al Presidente. Una era que el equipo de comunicación fue el que dio la voz de alerta al leer el cable de la agencia NA que reproducía un tramo de un debate radial en el que había tomado parte Flores. La otra versión, que era la que circulaba en el Ministerio de Desarrollo Social del cual depende la secretaría, sostenía que la embajada de Estados Unidos se había comunicado con la Cancillería pidiendo explicaciones por esas declaraciones. Y que el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, enojado, fue quien llamó al Presidente.
Las dos declaraciones problemáticas fueron:
- "No debemos formar parte de un ejército de cowboys".
- "La irracionalidad del actual orden ecconómico fue lo que provocó la irracionalidad del atentado. No tengo dudas de que el atentado es irracional pero plantear esto como una guerra planetaria entre el bien y el mal es un error".
Luego de la reunión de gabinete, el Presidente se había mostrado muy conforme por la "uniformidad" que habían mostrado sus funcionarios cuando les preguntó por su posición ante el conflicto. Pero, más tarde, los dichos de Flores echaron por los aires la uniformidad, y para el Presidente resultó suficiente para decidir su salida. De la Rúa llamó al ministro Juan Pablo Cafiero ordenándole que le pidiera la renuncia a Flores, disposición que cumplió minutos después. Según se informaba en la Rosada, la destitución se debía a que había pronunciado "declaraciones inconvenientes e incompatibles con la estrategia que fija el Gobierno".
El hecho sirve para ilustrar la importancia que la primera plana de la Rosada le otorga al alineamiento sin fisuras con la posición norteamericana. Ningún entredicho de los muchos que hubo en el Gobierno en estos dos años de gestión provocó un tan rápido desenlace. Ni las posturas disímiles mostradas por los frepasistas y los radicales alfonsinistas en torno a la votación contra Cuba en las Naciones Unidas generó una reacción de este tenor. Ni tampoco aquel recordado desembarco de Juampi Cafiero en General Mosconi para atender los reclamos de los piqueteros que el Gobierno trataba de descalificar de todas las maneras posibles provocó más que enojos escondidos.
"Es lamentable, yo ni siquiera me siento mal. Dije lo que pensaba. Un periodista me preguntó mi opinión y se la di. No tenía instrucción en contrario", explicaba anoche un sorprendido Flores. "Le voy a presentar la renuncia porque no quiere sentarme ni un minuto más en ese sillón", agregó. En rigor, la renuncia –que presentará hoy a primera hora– no surge de una decisión propia sino que fue una disposición presidencial que el ministro Cafiero acató. Obviamente que anoche todavía no circulaba el nombre del posible reemplazante aunque el Frepaso insistirá en reclamar el lugar, algo que el Gobierno no pensaba poner en duda. En la Rosada, aseguraban que el Presidente había hecho bien en tomar una determinación tan rápido. "La posición del Gobierno estuvo muy clara desde el principio. Flores, aunque no pertenezca a un área que tenga que ver con las relaciones exteriores, tiene que darse cuenta de qué es lo que puede decir. Ayer pasó todos los límites, casi que justificó el atentado", explicaba enojado un funcionario.

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