Conociendo Argentina y Japón |
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...Existe un anecdotario riquísimo sobre el Cura Brochero (en algunos casos desfigurado ingenua o deliberadamente por la leyenda picaresca) como así tambien incidencias aleccionadoras de sus escritos y palabras. ...En el año de 1900 el obispo de Córdoba, Monseñor Fray Reginaldo Toro,
invitado por Brochero, visita su extensa parroquia. Improvisadamente
el prelado sufre un ataque de hemiplejia. No bien se entera, Brochero, que
padece un terrible dolor de muelas, envía el siguiente telegrama al
canónigo Márquez, secretario del obispo: ...Predicando un día en la ciudad de Cordoba ante un público selecto,
comenzo diciéndoles: ...Sabía adaptarse y conquistar así por completo la atención del auditorio.
Una tarde de 1892 predica en Córdoba en la iglesia de la Merced. Entre los
que le escuchan está el gobernador Pizarro. Al hablar del maldito vicio de la
maledicencia y la calumnia (el auditorio era casi por completo femenino)
Brochero, que se ha acalorado mientras habla, explica como han de condenarse
eternamente ...Solía insistir a sus serranos sobre el tema de la presencia de Dios
y de la Providencia divina ...Para grabar mejor los conceptos, no tenía el menor empacho en acudir a
comparaciones del más crudo realismo y hasta de ocurrente chabacanería, como
aquella vez que, segun atestigua don Fabian Días, dijo: ...Cuando, despues de no pocas negociaciones, lograba finalmente restaurar
la armonía entre dos esposos que andaban desde largo tiempo desavenidos, solía
concluir el paciente pacificador: ...El padre Antonio Aznar relata esta anécdota en la que la picardía criolla y
la abnegación del apostol se conjugan admirablemente: ...El presbítero Gerardo Nis Sanmillán refiere que, siendo el teniente-cura
de Brochero, se disponían un mediodía a comer. Al sentarse a la mesa, se
percatan de que no tienen pan. Brochero registra sus bolsillos y encuentra
una moneda. Sale a comprar el pan, pero al momento regresa sin él. Contento
le cuenta a su ayudante: ...Cuando iba a su pueblo natal nunca quería cobrar los servicios religiosos que efectuaba, pero ante la insistencia de algún fiel, permitiua que le pusieran en el bolsillo de su sotana lo que deseaban. Luego Brochero hacuia una lista, colocaba el dinero en sobres y enviaba a un muchacho de apellido Moreda a repartirlo, prohibiéndole terminantemente decir quién lo enviaba. ...Durante los Ejercicios, Brochero, que estaba en todas, solucionaba cualquier problema que surgiera, de cualquier índole que fuese. En una tanda, mientras los dos predicadores oían confesiones, Brochero nota que uno tiene demasiados penitentes y otros muy pocos. -"A ver, a ver, no se amontonen todos ahí", les increpa a los que hacían cola junto a un confesionario. Como no se mueven con prisa, Brochero levanta la voz y continúa: -"Bueno, caray, no hagan perder tiempo. Acuérdense pronto de todo. Y no anden con miedo para confesarse con cualquiera de los padres. Este que es jovencito es medio polvorita, pero aquel otro, mas viejo, talvez es mejor para decirle los pecados mas grandes sin que arisquee es como mi macho Malacara (se refiere a su mula) mansito, capaz de subirlo uno por los garrones...!" Dicho esto, se fue afuera a vigilar la comida que estaba preparando. ...Poco antes de morir, caminaba un día por el pueblo conducido por su lazarillo.
En una esquina un mendigo demanda ayuda.
Perseverans atque victor
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