Hugo del Carril: un hombre de Buenos Aires
Hugo del Carril
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... Apareció ecantando en radio al cumplirse el primer año de la tragedia de
Medellín (donde Carlos Gardel falleció en un accidente aéreo).
Cuando pretendían confundirlo, solía aclarar el tema: "El único sucesor
de Gardel es Gardel". Enseguida lo atrapó el cine y, desde la pantalla, paseó
al tango por toda América. Su hombría, su temple y su lealtad fueron atributos
que enriquecieron su personalidad.
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... En Radio El Pueblo se rindió un homenaje a Gardel al cumplirse un año de
la tragedia de Medellín. Estaban Rosita Moreno, Tito Luciardo y Hugo del Carril,
que entonces era locutor de la emisora. Speaker, como se decía en la época.
En medio del programa, tuvo el atrevimiento de cantar un tango. Manuel Romero,
autor teatral y director cinematográfico, lo escucho en su casa, llamó a la
radio y lo contrató para que cantase el tango
"Tiempos Viejos" en una película que estaba filmando y se llamó
"Los muchachos de antes". A Romero lo entusiasmó
la voz agardelada. Su pinta y su voz hicieron el resto.
... Hugo del Carril (1912 - 1989) era el nombre artistico de Piero Hugo Bruno
Fontana, luego de probar fortuna con otros nombres como Hugo Cáceres, Hugo Font
y Pierrot. Sus padres -inmigrantes italianos- se separaron cuando el era muy chico
y quedó al cuidado de dos viejitos franceses, Francisco y Alina Fauré
que vivían en la misma casa, en el barrio de Flores sur. Cantó desde siempre.
Solía recordar con
orgullo y picardía una anécdota de aquéllos, sus primeros tiempos. "No es un
relato muy elegante - decía- pero por aquel entonces yo me juntaba con seis o
siete vaguitos a tomar mate en una bohardilla. Jugábamos a la baraja y yo cantaba.
Un dúo, un muchacho a quien le decíamos "el francees", me dijo: "Che, te va a
escuchar el tano Pepe". Era uno de los guitarristas más famosos de Caballito y
Mataderos. Le cantó
"Llévame carretero", un tema que hacía Gardel. Cuando
terminé me preguntó De qué te ocupás". Le dije: "De cualquier cosa".
Y bueno, me llevó a una de esas casas non-sanctas que había en Mataderos
y todas las mujeres del oficio venían para escucharme. Sería porque me veían
tan chico, pienso yo. Pero me daban buen dinero. Cantaba en un palquito,
después bajaba y pasaba el platito. Así émpezó mi carrera profesional".
... Si su voz grave de barítono no conmovió a un público todavía afectado
por la muerte de Gardel, su figura en la pantalla de los cines lo llevó
enseguida al estrellato. Su actuación sirvió para la exportación del cine
y el tango argentino a toda Latinoamérica y eso lo convirtió en ídolo
en la mayoría de los países de sud y centro América.
Fue ídolo y esa adhesión de su público se prolongó después, durante
su activa dedicación a la dirección de películas.
... Napoleón Cabrera lo definió con precisión cuando dijo que "llevaba
en sí el rasgo del canto porteño quizás porque pensaba, hablaba y
gesticulaba como un hombre de Buenos Aires, sin ningún género de duda.
Podía "broncar" con naturalidad y también sabía sugerir las emociones
más rosadas: la nostalgia, el ensueño, la adoración amorosa. Nadie
pudo imaginarlo cantando alguna tontera o incursionando en un repertorio
internacional, título que no define ni caracteriza a lo que atañe a
todas las naciones sino más bien a ninguna. Cantor nuestro sin desviaciones
blandengues ni posibilidad de ser confundido ni como hombre ni como
artista".
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Hugo del Carril
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