Los Sistemas del Cuerpo Humano y las Enfermedades

Anatomia Alfabetica
Anatomia: Los Sistemas del Cuerpo Humano y las Enfermedades

La sangre

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Sistemas del Cuerpo Humano y Enfermedades
SISTEMA CARDIOVASCULAR SISTEMA ENDOCRINO SISTEMA INMUNITARIO
SISTEMA DIGESTIVO SISTEMA MUSCULAR SISTEMA NERVIOSO
SISTEMA REPRODUCTOR SISTEMA RESPIRATORIO SISTEMA OSEO
SISTEMA URINARIO



LA SANGRE



1.- FUNCIÓN DE LA SANGRE

La sangre es el líquido esencial que mantiene la vida. Es bombeada por el corazón a través de la red de arterias y venas, desde antes del nacimiento hasta la muerte, suministrando oxígeno, alimentos y otras sustancias esenciales a los tejidos, y captando el dióxido de carbono y otros productos de desecho. También ayuda a destruir los gérmenes productores de enfermedades y, gracias a su capacidad para coagularse, actúa como una parte importante del mecanismo defensivo natural del cuerpo.



2.- EL PLASMA SANGUÍNEO

La sangre se compone de un líquido incoloro llamado plasma, en el que flotan células rojas (eritrocitos o hematíes), células blancas (leucocitos) y otras células muy pequeñas llamadas plaquetas.

El sistema vascular humano contiene de 5 a 6 litros de sangre aproximadamente. Casi la mitad de su volumen son células, la porción no celular o plasma sanguíneo consiste en un 10 % aproximadamente en varios solutos orgánicos e inorgánicos. Las proteínas plasmáticas representan las tres cuartas partes del total de solutos. Los distintos tipos de proteínas del plasma desempeñan varias funciones importantes, entre ellas la capacidad de transportar importantes nutrientes, tales como lípidos y ácidos grasos, así como trazas de metales, vitaminas y hormonas. El resto de los solutos consiste en nutrientes orgánicos y en metabolitos, productos de desecho y sales inorgánicas.

Los componentes del plasma sanguíneo se mantienen a concentraciones estacionarias gracias a varios mecanismos de regulación que suavizan las fluctuaciones de composición, lo que constituye una necesidad dada la intermitencia de los periodos de alimentación de los humanos.

La velocidad a que la sangre porta nutrientes a través de varios órganos es relativamente elevada en comparación con el ritmo de su metabolismo, debido a que la fracción extraída de la sangre, de un determinado nutriente, de un solo "paso" por la mayoría de los órganos, es relativamente pequeña. Por ejemplo, el cerebro extrae menos del 5% de la glucosa que le aporta la sangre que circula a través de él.



3.- CÉLULAS ROJAS O ERITROCITOS

Las células rojas actúan como transportadoras, llevando el oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos. Después de realizar esta función no retornan vacías, sino que captan dióxido de carbono, un producto de desecho de la función celular, y lo llevan a los pulmones, donde será eliminado con la respiración. Los hematíes son capaces de realizar estas funciones gracias a que contienen millones de moléculas de una sustancia llamada hemoglobina. Se atribuye una considerable importancia a la manera característica según la cual la molécula de hemoglobina se une al oxígeno en su función de transportador del mismo en los eritrocitos desde la fase gaseosa, rica en oxígeno, de los pulmones, a los tejidos periféricos, pobres en oxígeno. Debido a la capacidad de la hemoglobina de unir oxígeno, la sangre puede en conjunto, absorber 21 ml de oxígeno gaseoso por 100 ml, mientras que el plasma sanguíneo sólo puede absorber alrededor de 0,3 ml d oxígeno por disolución física.



4.- CÉLULAS BLANCAS O LEUCOCITOS

Las células blancas de la sangre o leucocitos, son mayores que las rojas y tienen un aspecto muy distinto. A diferencia de los hematíes, no todos los leucocitos son similares y pueden desplazarse con un movimiento de reptación. Intervienen en la defensa corporal contra las enfermedades y se clasifican en tres grupos principales, conocidos como polimorfonucleares (granulocitos), linfocitos y monocitos. Los polimorfonucleares, se subdividen, a su vez, en tres clases, la más numerosas de las cuales está formada por los neutrófilos.

Cuando el cuerpo es invadido por bacterias causantes de enfermedades, entran en funcionamiento los leucocitos. Atraídos por sustancias químicas que liberan las bacterias, se desplazan hacia el lugar de la infección y comienzan a englobar los gérmenes. Al mismo tiempo, los gránulos existentes en los neutrófilos fabrican sustancias químicas que destruirán a las bacterias atrapadas. El pus formado en el lugar de la infección es el resultado del trabajo de los polimorfonucleares y está constituido en gran parte por leucocitos muertos.

Los eosinófilos son otra clase de células blancas polimorfonucleares, cuya misión es contrarrestar los efectos que puede producir la histamina en el organismo (reacciones alérgicas). La histamina es una sustancia que se libera cuando se crean los anticuerpos.

El tercer tipo de polimorfonucleares son los basófilos, fabrican y liberan una sustancia llamada heparina, que impide la coagulación de la sangre dentro de los vasos.

Los linfocitos constituyen alrededor del 25% de los leucocitos sanguíneos y juegan un papel vital, proporcionando al cuerpo su inmunidad natural contra la enfermedad.

Por último, la misión de los monocitos consiste en englobar a las bacterias y eliminar los detritos celulares producidos tras un ataque bacteriano.



5.- PLAQUETAS

Los millones de diminutas plaquetas existentes en la sangre son similares a los hematíes en cuanto a que no posen núcleo. Además de jugar un papel fundamental para iniciar el proceso de la coagulación sanguínea, cuando se dañan los pequeños vasos sanguíneos llamados capilares, se liberan sustancias químicas y las plaquetas responden adhiriéndose a los extremos rotos para detener la hemorragia.

La capacidad de la sangre para coagularse y así evitar la muerte por hemorragia, procede de la acción combinada de las plaquetas y una docena de sustancias químicas, llamadas factores de coagulación, entre las que se incluyen la protombina. Estos factores se encuentran en la porción fluida de la sangre, el plasma.