Las siete tomas de «A Day In The
Life», la canción final del álbum Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band.
John Lennon recordaba Sgt. Pepper como «una cima» en la carrera de los
Beatles, una época en la que «Paul y yo estábamos decididamente trabajando
juntos, especialmente con "A Day In The Life" ». De hecho, «A Day In The
Life» puede ser la máxima colaboración Lennon-McCartney, un ejemplo clásico
de cómo el estilo de componer canciones de cada uno se complementaba a la
perfección con el del otro. Aunque más adelante John confesaría que él y
Paul escribieron muchas canciones «cuerno contra cuerno», especialmente al
principio, en esta época, enero de 1967, la práctica habitual era que uno de
ellos proporcionara el medio o los acentos de una canción que el otro casi
había completado. En el caso de «A Day In The Life», fue Paul quien completó
la composición de John. Lennon tenía la melodía y la historia, pero algo le
faltaba a la canción. A Lennon le desagradaba afanarse con las canciones:
prefería la pureza inspiradora del Zen, de manera que cuando se atascó
después de completar los versos principales, dejó la canción a un lado. Pero
Paul ya tenía uno.» Efectivamente, Paul tenía el fragmento «Woke mp, fell
oat of bed...» [desperté, me caí de la cama...] tirado por ahí. La idea
inicial de la canción había surgido, como le ocurría con tanta frecuencia a
Lennon, de un artículo publicado en los diarios.
«Un día estaba leyendo el diario y me fijé en dos artículos - recuerda -.
Uno trataba del heredero Guinness, que se mató en un coche. Ese era el
reportaje principal. Murió en Londres en un accidente de automóvil. En la
página siguiente había un reportaje acerca de los cuatro mil baches en las
calles de Blackburn, Lancashire, que había que rellenar. La parte de John de la canción, es como uno podría suponer, la primera y
la última. La letra tuvo su origen en Enero de 1967, y se
remonta a diferentes fuentes:
-
Man Who Blew His Mind (El hombre que se reventó el cerebro): Tara
Browne, 25 años, nieto de Edward Cecil Guiness (el famoso fabricante de
cerveza), murió el 18 de Diciembre de 1966. Tara era amigo de los Beatles,
pero John no copió el accidente..."Tara no se reventó el cerebro. Pero eso
era lo que pensaba cuando estaba escribiendo esa estrofa". Aunque el
accidente ocurrió en Diciembre, el informe oficial no se publicó hasta
enero, que fue cuando John leyó sobre el asunto.
-
I saw a Film today (Hoy vi una película): John filmó "How I Won the
War" (como gané la guerra) en Almería, España. La película le presentaba
como un soldado del ejército inglés ganando la guerra. Aunque el estreno
de la película no fue hasta Octubre de 1967, varios artículos fueron
escritos sobre el tema durante la época que mencionamos.
-
4000 holes in Blackburn, Lancanshire (4000 agujeros en Blackburn,
Lancanshire): El 17 de Enero de 1967, se publicó un sondeo del
ayuntamiento de Blackburn que demostraba qye había 1/26 de agujero por
cada residente de la ciudad. La referencia al Albert Hall fue una
consecuencia de tener que rimar con small.
La contribución de Paul fue el
trocito improvisado de la canción: "I'd love to turn you on" [me encantaría
colocarte) , que le daba vueltas en la cabeza y no podía utilizar, Me
pareció una obra condenadamente bien hecha.
«A Day In The Life» proviene del contraste entre la melodía relativamente
sencilla y el horror descrito por la letra.' Pero es la voz de Lennon la que
transmite el mensaje.«A Day In The Life» en los estudios Abbey Road, las
primeras palabras audibles al comienzo de la toma uno eran las de John
murmurando «Smgarplmm fairy, smgarplmm fairy» [hada confite]. Lo decía en
lugar de contar los compases de entrada correctamente, algo de lo que Lennon
era incapaz según Mark Lewisohn, el archivista de la EMI dedicado a los
Beatles, que escuchó las más de cuatrocientas horas de grabación de las
cintas depositadas en la cámara acorazada de Abbey Road para redactar su
historia oficial, The Beatles: The Complete Recording Session. Mientras que
el recuerdo de los compases de entrada 1-2-3-4 de Paul o George siempre eran
adecuadamente razonables, los de John - desde la cinta de archivo
superviviente más antigua hasta la última - eran cualquier cosa menos eso -
escribió Lewisohn -. Sólo John podría haber inventado tantas maneras
demenciales de decir cuatro números sencillos.» Pero en este caso había un
método en esta locura y también humor: Sugar- plum fairy era la jerga que se
utilizaba en los sesenta para denominar al «camello», el que proporcionaba
las drogas alucinógenas.' Yo estaba escuchando las cintas de «A Day In The
Life» en la habitación n.' 22, la Instalación Sonido a Imagen, que ostenta
el único magnetófono de cinta de cuatro canales restante de Abbey Road: la
única máquina del local capaz de tocar discos de los sesenta. La habitación
n.' 22 es pequeña y estrecha, pero sus ventanas traseras dan al Estudio Uno,
de lejos el más grande de los tres estudios principales de Abbey Road y, por
lo tanto, la habitación en la que se grabó la mezcla final de «A Day In The
Life». Pero en este punto, lo único que oí en la cinta fue la guitarra
acústica de John, rasgueando suavemente los compases iniciales de la
canción, acompañado por un piano, unas maracas y después unos bongos. La
melodía era reconocible como «A Day In The Life», aunque sonaba mucho más
sencilla, casi como una canción folclórica. La meta de la primera cinta era
grabar una pista rítmica básica que los Beatles podrían desarrollar, pero
los demás aún se abrían camino y lo que destacaba era la voz de Lennon.
Tenía mucho eco, era tan conmovedora como Martin había asegurado y,
contrastando con los instrumentos de fondo ocasionalmente experimentales,
también estaba perfectamente controla- da; era virtualmente imposible
diferenciar el fraseo y la interpretación de la del álbum. En este punto,
aún faltaba la voz de McCartney y, aparentemente, los Beatles aún tenían que
inventar el huracán de sonido que uniría su parte de la canción a la de
Lennon. En cambio, después del verso «Me encantaría colocarte», escuché la
voz del asistente de los Beatles, Mal Evans, contando en voz alta del uno al
veinticuatro, mientras Paul aporreaba el teclado de manera discordante a sus
espaldas. El propósito era marcar los veinticuatro compases que más adelante
se llenarían con el vínculo aún desconocido de la parte de la canción
correspondiente a Paul. Los Beatles tuvieron que hacer cuatro tomas para
obtener una pista rítmica que les agradara. La sesión completa de grabación,
efectuada el 19 de enero de 1967, duró desde las siete y media de la tarde
hasta las dos y media de la madrugada. |