P.O.M.
(PARTIDO DE LA OBRA MAGNA)

Primer boletín on line mariano y argentino

BOLETÍN Nº 14

   TIEMPO DE PASIÓN

“Te adoramos Cristo y te bendecimos porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo”

   Es tiempo de retiro, piedad, mortificación y meditación. Es el momento de  adentrarse en el Corazón Divino y sentir con Él. Hora de enlutar nuestro espíritu y corresponder devota y reverentemente a éste misterio del  Amor Divino:

   “El arcano insondable del amor del Corazón de Cristo, se pone al descubierto por las heridas de su cuerpo” (San Bernardo).

   Es Dios, hecho hombre, que desde el Huerto de los Olivos, sufre y muere por cada uno de nosotros; sumida su delicada alma en el  terror, el tedio y la tristeza hasta  sudar sangre y clamar al Altísimo: "Padre si es posible, pase de mi éste cáliz; pero no se haga mi voluntad sino la tuya”.

   Terror: ante la tempestad de dolores y tormentos que habría de sufrir;

   Tedio: ante los pecados reiterados una y mil veces en cada hombre, que debía cargar sobre sus  delicados hombros;

   Tristeza: por lo inútil que resultaría el sacrificio para muchos, para los que indiferentes continuarían  hasta el fin de los tiempos, en rebelión contra el Creador.” ¿Qué utilidad dio mi sangre?” 

   Sudor de sangre: El atroz suplicio espiritual y físico que habría de soportar, cargando  con todas las miserias humanas, privadas y públicas, de todas las épocas y  el posterior desprecio e ingratitud de los mismos redimidos, lo tensionan hasta que suda sangre y un ángel viene a   confortalo.   

   Oración:Padre si es posible...” pide en la oración pero su voluntad  unida a la del Altísimo acepta: "no se haga mi voluntad sino la tuya”.

   Este fue el comienzo de la Pasión, de una sucesión de torturas diabólicas que concluirían, al día siguiente,  con el “Consummatum est”.

   Él mismo nos dice: 

   "Oh vosotros todos, los que atravesáis la vía sangrienta y dolorosa por la que he pasado: mirad y ved; mirad con vuestros ojos corpóreos y ved con los ojos de vuestra contemplación si vuestra pobreza, desnudez, desprecios, dolores, abandonos tienen semejanza con los míos. Miradme a Mí que soy inocente y compadecedme vosotros que sois culpables”. (San Luis Mª. G. De Montfort)

   Esta “locura de la Cruz”, meditada continuamente por los santos, es incomprensible para el hombre de hoy, hedonista y superficial, sujeto a pamplinerías devotas, propias del tiempo insolente y profanador que vivimos: 

   “En este siglo tan cobardemente sensual, hay algo que se parece a una violenta pasión. Es el odio al Dolor, odio tan profundo que llega a realizar una especie de identidad con el ser mismo del hombre”.  (León Bloy)

   Pero nuestra alma, en el fondo, tiene necesidad de la práctica fervorosa y este es el tiempo propicio para hacernos violencia  y reinstalar  la vida sobrenatural en nosotros. Contemplando la Santa Cruz de Nuestro Señor  y  aceptemos ser sus “fieles amigos”:  si alguno quiere venir en pos de Mi, que renuncie a si mismo, tome su cruz de cada día y me siga”.  

Nuestra Señora de la Transfixión 

   “Existen entre las cosas humanas dos perfectamente humanas y perfectamente inefables: la Sangre de Jesucristo y las lágrimas de su Madre. Lo que pueden ser estas dos efusiones dolorosas, ningún ser creado puede decirlo...”

   “Las lágrimas de Nuestra Señora de la Transfixión, corren en el calvario y caen en  cataratas sobre todos los corazones vivientes...”

   “Todas las madres, todas las viudas, todas las vírgenes, todos los heridos, todos los desposeídos y oprimidos, toda esa procesión dolorosa que entorpece los atroces caminos de la vida, caben cómodamente en los pliegues que arrastra el manto azul de Nuestra Señora de los Dolores .” (León Bloy)

   “La aflicción de Cristo era mi aflicción, porque su corazón era mi corazón; y como Adán y Eva han vendido el mundo por una manzana, mi Hijo y yo hemos rescatado el mundo con un solo Corazón" (Revelación de la Sma. Virgen a Sta. Brígida)

   La Sangre de Cristo y las lágrimas de María, nuestra Co-redentora, fluyeron amorosamente  por todos  los pecadores.

Haced, Madre del amor,
Que sienta vuestro dolor,
Y en el llanto os acompañe; Que el corazón fervoroso
Sirva fino y amoroso
A tu Hijo y mi Señor.
Suplícote, Madre, hagas
Que del buen Jesús las llagas Me sellen el corazón.
Del Hijo que se ha dignado
De estar por mi tan llagado,
Partid conmigo las penas. Haced que llore con Vos
Los dolores de mi Dios,
Mientras me dure la vida.
(Fragmento del Stabat Mater)

RECORDATORIO: 

25 de marzo: La Anunciación de la Santísima Virgen.

   Nos recuerda  el anuncio del Ángel Gabriel de la Encarnación del Señor, en el Purísimo seno de María.

ACOTACIÓN: 

   Ante las presentes circunstancias de nuestra Patria, ponemos todos nuestros cuidados, deseos e intenciones ante Quien tiene la salud del mundo en sus manos, haciendo nuestro el pensamiento de la Beata Madre Maravillas de Jesús (Carmelita descalza española 1891-1974).  

             “Lo que Dios quiera.  

                                     Como Dios quiera.  

                                                     Cuando Dios quiera”  

Todos los días rezamos por la Patria, pero todos los primeros sábados de mes, de 16 a 17 horas, desde donde nos encontremos, los argentinos rezamos juntos el Santo Rosario por la Patria. ¡¡¡Agéndalo!!!

NTRA. SRA. DE LUJÁN 

SALVA A LA PATRIA

BOLETÍN Nº 15 (en preparación)

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