MEDITACIONES
PARA LOS DIFERENTES DÍAS DEL MES
DÍA 1
María en su Concepción.
Estima de la divina gracia.
María por singularísimo privilegio, debido en cierta manera a su alta dignidad de Madre de Dios, fue concebida en el seno de su madre Santa Ana sin la mancha del original pecado, que del primer padre Adán contraemos todos sus descendientes. Saca de ahí alma mía, cuál debe ser la estima en que debes tener la gracia de Dios, pues, queriendo el Señor honrar de un modo extraordinario a la que escogió por Madre no encontró otro más precioso que adornarla desde el primer instante, con ese de su divina gracia. También por el Bautismo se te ha dado a ti, ya que no en tu concepción, al menos en tu regeneración por medio de este Sacramento. ¿Cómo guardaste tan valiosa joya ¿En qué aprecio la tuviste? O en cambio. ¿A cuántos riesgos no la has voluntariamente expuesta? ¿Por qué viles placeres del mundo no la has cien veces trocado? ¿Qué has hecho, infeliz, de esta primera vestidura con que al adoptarte por suyo te engalanó el Señor? ¿Qué cuenta darás de ella en su riguroso tribunal? Reflexiónalo muy detenidamente, y pide a tu buena Madre la Inmaculada María, te alcance del Señor estima y aprecio de ese don sobrenatural de la divina gracia. Llora la desdicha de haberlo tantas veces perdido, y procura no perderlo ya más, o recobrarlo al punto por medio de una buena confesión. |