MEDITACIONES

PARA LOS DIFERENTES DÍAS DEL MES

DÍA 15

María en el primer milagro de Jesús.
Importunidad de la oración.

   Llegábase entretanto el tiempo seña lado por Dios para que emprendiese su vida pública el Divino Maestro. Asistió Este con su Madre y algunos discípulos a unas bodas, y en ellas llegó a faltar el vino. Conoció María el apurado trance de los desposados, y dijo a Jesús: "No tienen vino", y respondiéndole el Salvador: "¿Qué nos importa a Ti y a Mi, oh mujer? No ha llegado aún mi hora". Mas Ella, no desalentada por esa aparente negativa, dijo a los criados : "Haced lo que él os dijere". Y Cristo, vencido por esa importunidad, hizo el milagro de convertir en vi no el agua de unas tinajas que le pre sentaron.

   Reparemos cómo Cristo escoge para hacer su primer milagro la ocasión de serle pedido por su dulcísima Madre, para acreditar cuánto la quería y honrarla con su intervención en este asunto. Mas quiere a la vez. que se lo pida, y no se contenta con que se lo indique, sino que espera a que le fuerce a ello, haciéndole presentar por los criados las tinajas de agua, para mostrar con eso que los favores de Dios no se alcanzan sino por medio de la oración y de la importuna y constan te oración. Si María hubiese cedido a la primera res puesta que le dio el Salvador, es seguro que no se hubiera obrado el milagro. No se acobardó ni se dio por vencida ; renovó la súplica en la forma más expresiva, cual fue mandar por su cuenta a los criados que se pusieron a disposición del Divino Maestro, y así recabó de El lo que solicitaba. Queremos a veces ser auxiliados sin pedir con insistencia y empeño; y quizá muchas veces sin empezar a pedir siquiera. ¿A quién acusamos, pues, si nos encontramos desamparados en las mayores necesidades?

   Propongamos hoy firmemente no dejar de las manos el arma poderosísima de la oración, pero tenaz, constante, incansable, importuna. Esta es la que rompe la peña y nos abre la fuente de las bendiciones del cielo.

  Oraciones finales