MEDITACIONES

PARA LOS DIFERENTES DÍAS DEL MES

DÍA 9 

María en su viaje a Belén.
Resignación y sacrificio.

   Un edicto del emperador gentil llama a todos los hebreos al pueblo o ciudad de su origen; y para obedecerle emprenden María y José, en tan críticos días, el viaje a Belén. El camino es largo, cruda la estación, el estado de la Virgen delicadísimo, los recursos es casos. Y no obstante, va María alegre y serena, porque sabe que cumple con eso un designio de Dios.

   Sea cualquiera la prueba a que te someta la Divina Majestad, y sea cual fuere el medio humano por el que te la envíe, acéptala sin murmurar, con ánimo pronto y resuelto, con espíritu dispuesto a todo, hasta a los más crudos sacrificios. Donde veas clara la voluntad de tu Señor; acátala sin vacilación;  ya te la comunique por medio de amigos o enemigos; ya con el carácter de arbitrariedad y persecución; ya con el de justa y racional medida. ¿Quién tiene más derecho a disponer de ti y de tus cosas que el Dueño y Soberano de ti y de todas ellas? ¿Y será lícito, y sobre todo, será respetuoso en un siervo fiel pedirle cuenta a su legítimo Señor de cuáles sean los motivos por que me manda de esta o de la otra manera o porque me da a conocer su voluntad por el otro conducto? ¿Qué importancia deben tener a mis ojos los hombres buenos o malos que me vejen o mortifiquen, si en definitiva no he de ver en ellos más que instrumentos (por expreso decreto y por simple permisión) de la Divina Providencia?

   Esto iría pensando la celestial Doncella durante su penoso viaje a Belén, para obedecer a un capricho tiránico del gobernante: y eso debo pensar y reflexionar cada día durante el viaje de mi vida, para mantener tranquilo mi corazón, y resignado a la voluntad de mi Dios y Señor.

 Oraciones finales