Casa de la Memoria de Malvinas Argentinas

Recopilación de información referente a Campo de Mayo y sus CCD

(Recopilación realizada por el GRUPO JAURETCHE)

 

El trabajo de un equipo de investigadores de Abuelas de Plaza de Mayo descubrió la conexión entre dos centros clandestinos de detención con dos sitios en los que estuvieron ilegalmente detenidas más de 30 embarazadas: el hospital Militar de Campo de Mayo y el Pozo de Banfield. (Publicado en el Diario Hoy 30/03/07)

La dictadura militar que sufrió nuestro país no es sólo pasado; seguirá siendo presente mientras sea necesario echar luz sobre lo desconocido y aún incierto. Así lo entienden las Abuelas de Plaza de Mayo, que vienen abriendo puentes de búsqueda desde hace 30 años para lograr la restitución de sus nietos, que fueron robados por los genocidas.
Uno de esos puentes culminó un tramo en estos días, cuando un equipo de investigadores de la filial La Plata presentó la segunda parte del informe Maternidades clandestinas, un proyecto iniciado en 2003 para descubrir el destino de las embarazadas detenidas desaparecidas y de sus hijos nacidos en cautiverio.
En esta segunda parte trabajaron sobre dos centros clandestinos de detención específicos: El Pozo de Quilmes, que estuvo a cargo de la Policía Bonaerense y del que logró establecerse su vinculación con el Plan Cóndor; y El Vesubio, situado en La Matanza y bajo la órbita del Ejército.
A través de la investigación descubrieron que entre ambos tuvieron un importante caudal de embarazadas ilegalmente detenidas (32 al menos), aunque ninguno contaba con la estructura necesaria para asistir partos. Por eso se indagó sobre las rutas de conexión y sus protagonistas responsables: las embarazadas eran trasladadas del Pozo de Quilmes al Pozo de Banfield como parte del denominado Circuito Camps, una red clandestina de traslado y detención de personas conformada por más de 30 centros clandestinos de la provincia y controlada por el entonces Jefe de la Policía Bonaerense, Ramón Camps y su mano derecha -también genocida- Miguel Etchecolatz.
> El otro punto conector tiene que ver con el sendero que va desde El Vesubio hacia el hospital Militar de Campo de Mayo, donde se atendían los partos y en donde nació Pablo Hernán Casariego, hijo de la desaparecida Norma Patto y uno de los últimos nietos restituidos.
El expropiador fue identificado como Norberto Atilio Bianco y está preso. Fue un médico que desde el servicio de Epidemiología del hospital hacía pasar como NN a los cuerpos de los desaparecidos y estaba a las órdenes del Jefe del Primer Cuerpo del Ejército Guillermo Súarez Mason.
El informe es terriblemente doloroso en cuanto al destino de las parturientas. Salvo muy raras excepciones, el final era siempre el mismo una vez producido el parto: la madre era desaparecida y el bebé apropiado.
Los investigadores pudieron establecer que por El Vesubio, que dejó de funcionar en 1978, pasaron 16 embarazadas entre los 448 detenidos que contuvo. También comprobaron que se utilizaba al hospital Militar de Campo de Mayo como maternidad clandestina. En el caso de la Brigada de Investigaciones o El Pozo de Quilmes, se comprobó su funcionamiento hasta 1979 y la existencia de 282 detenidos, de los que se logró parcialmente saber su destino final: 81 están desaparecidos, 108 liberados, 16 con destino incierto y 76 sin identificar.
Con respecto a la cantidad de embarazadas trasladadas hacia el Pozo de Banfield, se pudo establecer que también fueron 16.
Sobre el centro quilmeño hay un dato interesante: su vinculación con el Plan Cóndor (acción conjunta entre las fuerzas armadas de distintos países latinoamericanos para coordinar los golpes de Estado y sus procesos que devastaron a la región) a partir de la existencia de militares uruguayos que allí torturaban detenidos de la misma nacionalidad.
El informe se presentó esta semana en la Casa de la Provincia de Buenos Aires (en Capital Federal) con la participación de Estela Carlotto y los integrantes del equipo de investigación. Dentro de unos días podrá ser consultado por internet.
Desde que arrancó el proyecto en 2003, se logró comprobar la existencia de 1.692 detenidos en ocho centros clandestinos de detención investigados, de los cuáles 75 casos corres- pondieron a embarazadas. Los destinos de estas mujeres fueron diversos: 45 se encuentran desaparecidas, 15 fueron liberadas y 15 no identificadas. Pero, según pudo comprobar el equipo de investigación, a ninguna se le dio trato especial por embarazo, todas recibieron el mismo que se les dio al resto de los detenidos: sentadas en el piso en celdas oscuras, mal alimentadas y con sitios improvisados para dar luz a bebés que nunca más verían.