El 28 de agosto de 2004, El Cardenal Walter Kasper,
actuando como representante oficial de Juan Pablo II, se
encontró con el patriarca ortodoxo ruso, Alexis II, para
entregarle el santo Icono de Nuestra Señora de Kazan.
El día anterior, Alexis II, en una entrevista otorgada al
periódoco Corriere della Sera, condenó a la
Iglesia Católica y renovó sus críticas a la Santa Sede.
Otro espectacular fracaso del falso ecumenismo practicado
por la nueva iglesia conciliar.
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