¿POR
QUÉ NO REZAMOS PARA QUE SE CONVIERTAN?
19 de
Enero de 2005 (Tomado
de: http://www.zenit.org/spanish/)
La
oración común impulsa y purifica el camino ecuménico
Según el subsecretario del Consejo Pontificio para la
Promoción
de la Unidad de los Cristianos
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 19 enero
2005 (ZENIT.org).-
Monseñor Eleuterio Fortino, subsecretario del Consejo
Pontificio para la Promoción de la Unidad de los
Cristianos, subraya la importancia de la oración privada
y pública para el camino ecuménico al explicar la
historia de la Semana de Oración para la Unidad de los
Cristianos, que en muchos países comenzó este martes.
El representante vaticano, para dar una idea del avance de
las últimas décadas, recuerda el impulso del decreto del
Concilio Vaticano II Unitatis
Redintegratio (1964), pues antes sólo se permitía «rezar
el Padrenuestro con los demás cristianos».
Monseñor Fortino ofrece una visión espiritual de este
repaso histórico en un folleto distribuido con motivo de
esta semana por la Librería
Ecuménica, que se encuentra en la Vía de la
Conciliación, junto a la plaza de San Pedro del Vaticano.
La oración pública y privada por la unidad forma parte
del núcleo central de ese decreto conciliar constituye el
«alma de todo el movimiento ecuménico, y con razón
puede llamarse ecumenismo espiritual» (número 8).
Como un momento importante de este camino, Fortino
recuerda que en la víspera de la clausura del Concilio,
el Papa Pablo VI quiso saludar a las observadores
delegados de las demás Iglesias y comunidades cristianas
con una oración común en la basílica de San Pablo
Extramuros, el 4 de diciembre de 1965.
Era un encuentro importante, añade, pues los observadores
habían estado presentes en las sesiones conciliares sin
poder intervenir. Con la oración común «los católicos
y los demás cristianos volvían a tomar la palabra para
dirigirse al único Señor».
En 1966, la Comisión «Fe y Constitución» del Consejo
Mundial de las Iglesias y el Secretariado para la Unidad
de los Cristianos (actualmente Pontificio Consejo para la
Promoción de la Unidad de los Cristianos) de la Iglesia
católica decidieron preparar un texto para la Semana de
oración de cada año.
Según Fortino, «la oración orienta la búsqueda ecuménica
en su auténtico sentido. La asamblea común se presenta a
Dios como una asamblea de hijos que invocan a Nuestro
Padre y, en obediencia de fe, piden que "se haga tu
voluntad". Someten la petición humana a la voluntad
divina».
«De este modo, la oración común purifica el corazón de
los creyentes y sus intenciones, convierte a Dios,
manifestando también la fraternidad eclesial en los que
se unen en asamblea. La oración común subraya los vínculos
de fe existentes y al mismo tiempo solicita la realización
del objetivo último, la plena unidad».
El subsecretario del Consejo Pontificio para la Promoción
de la Unidad de los Cristianos concluye citando las
palabras de Juan Pablo II en la encíclica Ut
Unum Sint de 1995 (número 22): «En el camino ecuménico
hacia la unidad, la primacía corresponde sin duda a la
oración común, a la unión orante de quienes se
congregan en torno a Cristo mismo».
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