ROMA, viernes 22 abril 2005 (ZENIT.org).-
El mensaje del Papa Benedicto XVI al rabino de Roma, Riccardo Di Segni, ha
recogido elogios y confianza entre representantes judíos de Roma.
El antiguo rabino jefe de Roma, Elio Toaff, cree que «las premisas
son sin duda buenas, ahora hay que ver cómo se desarrollan. Pero a juzgar por
sus palabras de ayer, el Papa Ratzinger lo hará muy bien».
El rabino Toaff, citado explícitamente en el testamento de Juan
Pablo II, quien el 13 de mayo de 1986 le acogió en la sinagoga de Roma,
manifiesta que es «de desear una visita a la sinagoga del nuevo Papa, aunque no
es apropiado el que yo sea quien presente las invitaciones».
Elio Toaff se une así a los deseos del actual rabino jefe de Roma,
quien este miércoles escribió un telegrama a Benedicto XVI «confiando en la
continuación de un diálogo fecundo en el respeto de las diversidades».
En su respuesta, el Papa se compromete a «continuar el diálogo y
reforzar la colaboración con los hijos y las hijas del pueblo judío».
Di Segni considera que estas palabras del nuevo obispo de Roma serán
«una señal muy fuerte para los católicos de todo el mundo».
«Juan Pablo II revolucionó las relaciones entre católicos y judíos»,
recuerda Di Segni y les definió «nuestros amados hermanos mayores».
En la misma línea, el rabino David Rosen, responsable de las
relaciones interconfesionales del Comité Judío Estadounidense, ha constatado
en un comunicado que «el cardenal Ratzinger ya ha mostrado un profundo
compromiso para avanzar en las relaciones judeocatólicas, y esperamos mantener
nuestra colaboración cercana con la Iglesia».