La
hermana Lucía de Fátima murió el 13 de febrero de
2005, el mismo día del mes en el que, en 1917, durante
seis meses (mayo - octubre) se llevaron a cabo las
apariciones.
Al
día siguiente, Vittorio Messori, uno de los periodistas
más conocidos de Italia, cuya entrevista con Juan Pablo
II se convirtió en el éxito editorial "Cruzando
el umbral de la esperanza", publicó una
asombrosa noticia en el diario italiano Corriere
della Serra: "El Secreto de Fátima, Sellado en
la Celda de la Hermana Lucía." Messori informa que
la celda de la Hermana Lucía en el convento de Coimbra
"ha sido sellada" y que "todo lo que se
encuentre allí tendrá que pasar por el tamiz de
teólogos confiables y monseñores, enviados, es de
suponer, por el mismo Cardinal Ratzinger quien, como
custodio de la orthdoxia, debe impedir cualquier
tentación vidente que siempre puede resurgir."
Más
adelante, Messori revela que de acuerdo al Obispo de
Coimbra, la ahora sellada celda de la Hermana Lucía, es
donde "ella habría tenido otras apariciones, donde
guardaba su diario, donde escribió cartas a Juan Pablo
II, donde experimentó sus místicas intuiciones."
Messori añade que Ratzinger no dijo: "que esas
páginas no van a terminar para siempre segregadas en
alguna sección inaccesible de los Archivos Secretos del
Vaticano."
También parece que la última sobreviviente de los
videntes de Fátima, quien, de acuerdo a lo que el mismo
Cardenal Ratzinger nos aseguró en Junio de 2000, ya no
tenía nada que revelar, muy bien podría de hecho haber
tenido tan gran cantidad de revelaciones, que se ha
tornado necesario "sellar" su celda para que
un grupo de monseñores y teólogos investiguen el
contenido del cuarto sellado.
Como hace
notar Messori, "la muerte de la última vidente no
ha cerrado el caso. Por el contrario, quizás ha abierto
horizontes desconocidos. No sabemos qué se encontrará
en su inaccesible celda del convento ..." Aún
después de muerta, la Hermana Lucía de Fátima
permanece bajo llave y cerrojo por orden del Cardenal
Ratzinger - el mismo Cardenal Ratzinger cuya
"interpretación" de la visión presentada
como la totalidad del Tercer Secreto estuvo tan
claramente dirigida a "quitar importancia al
culto de Fátima," que hasta el periódico Los
Angeles Times pudo verlo.
El
Secreto de Fátima todavía permanece bajo el control
del Cardenal, que parece determinado a hacer que se
olvide para siempre. Pero sin embargo, aún ahora, no
será olvidado. Como Mark Fellows ha observado en su
artículo (en su artículo, "Lucy
and the Pirates"),
"el corcho sigue flotando en la superficie."
Las profecías celestiales tienen una forma de hacerlo
hasta que se cumplen. Y ésta todavía está lejos de
haberse cumplido totalmente, no importa lo que ciertos
miembros del aparato Vaticano quisieran que creyésemos.
Sin
duda la última sobreviviente de Fátima, junto con sus
dos primos, nos está mirando desde el Paraíso,
esperando la inevitable revelación de toda la verdad
sobre Fátima y el glorioso cumplimiento de todas las
promesas de la Santísima Virgen. Que, por la gracia de
Dios, podamos vivir para ver tan venturoso día.