"Le resumí al cardenal
Ratzinger en pocas palabras, porque es difícil
resumir toda esta situación; pero le dije : "Eminencia,
ved, aún si vos nos acordáis un obispo, aún si nos dais una
cierta autonomía con respecto a los obispos, aunque nos
deis la liturgia de 1962, si nos permitís continuar con
los seminarios de la Fraternidad, como hasta ahora, no
podemos colaborar, es imposible, imposible, porque
trabajamos en direcciones diametralmente opuestas: vos
trabajáis para la descristianización de la sociedad, de
la persona humana y de la Iglesia, y nosotros, nosotros
trabajamos para la cristianización. No podemos
entendernos".
Etonces le dije: "Para
nosotros, Cristo lo es todo; Nuestro Señor Jesucristo lo
es todo, es nuestra vida. La Iglesia es Nuestro Señor
Jesucristo, Es Su Esposa Mística. El sacerdote es otro
Cristo; su Misa, es el sacrificio de Jesucristo y el
triunfo de Jesucristo por la Cruz. Nuestro seminario: allí
se aprende a amar a Cristo, y todo está dirigido hacia el
reino de Nuestro Señor Jesucristo. Nuestro apostolado, es
el Reino de Nuestro Señor Jesucristo. Eso es lo que
somos. y vos, vos hacéis lo contrario. Acabáis
de decirme que la sociedad no debe ser cristiana, que no
puede ser cristiana; ¡que es contra su naturaleza!
¡Acabáis de querer probarme que Nuestro Señor
Jesucristo no puede ni debe reinar en las
sociedades! ¡Y vos queréis probar que la
conciencia humana es libre con respecto a Nuestro Señor
Jesucristo! –"Hay que dejarle libertad y
espacio social autónomo"–, como vos decís. Eso es
la descristianización. Pues bien nosotros no estamos en
la descristianización ".
No podemos
entendernos. y esto, os aseguro es el resumen. No
podemos seguir con esa gente.
La divinidad de
Nuestro Señor Jesucristo contra el ecumenismo, la
libertad religiosa
Es la apostasía. Ellos
ya no creen en la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo
que debe reinar.
¿Por qué ? Porque eso
va contra el ecumenismo. Es eso. Eso va contra la libertad
religiosa y contra el ecumenismo. La libertad religiosa,
el ecumenismo, se confunden, son la misma cosa.
Porque si la sociedad es
cristiana, si Nuestro Señor reina en la sociedad,
entonces, ¿cómo vamos a poder estar bien con los judíos,
con los protestantes, con los musulmanes, con los
budistas, etc.? Ya no puede hacerse el ecumenismo, ya no
es posible. Si decimos que Nuestro Señor Jesucristo, con
su cruz, debe reinar sobre la sociedad, todo eso se acaba.
Eso ya no es posible.
Entonces, escondamos la cruz de Nuestro Señor Jesucristo,
escondamos a Nuestro Señor Jesucristo, no hablemos más
de Nuestro Señor Jesucristo en la sociedad, la sociedad
multirreligiosa, pluralista, etc. ¡No, eso no es
posible, no es posible!
Igual que a la persona
humana libre, se la descristianiza también. Entonces, qué
debe creer –ella no es libre – ella debe creer,
sino está condenada. Es Nuestro Señor Jesucristo quien
lo dijo. ¿Esto es verdad o no? Entonces, si debe creer, ya no es libre.
"La libertad de
conciencia, el espacio social autónomo": esas
son sus grandes palabras. ¿Qué quiere decir eso? Espacio
social autónomo para todos los sentimientos religiosos e
ideas religiosas que puede concebir el hombre en su
conciencia. Yo os pregunto un poco. Evidentemente, detrás
de eso, está la moralidad que sigue. No sólo están las
ideas; detrás de las ideas, evidentemente, está la
inmoralidad que viene con todo eso.
Entonces, libertad,
espacio social autónomo... ¿Hasta dónde va eso, el
espacio social autónomo? "Hasta el orden público".
Si esto no descompone el orden público, entonces se es
libre, la sociedad no tiene nada que ver en eso. Es
inconcebible, inconcebible.
La consagración de los
reyes "une período excepcional y anormal"
Eso me lo dijo el 14 de
julio, empezó por eso. Por querer probar que el Estado no
debe tener religión. Que eso está en su naturaleza.
Entonces le dije: "¡Pero
hay quince siglos de Iglesia que van contra eso que vos
decís, Eminencia!, ¿Y la consagración de
los reyes, qué era la consagración de los reyes y de los
príncipes? Sino suplicar, pedir a Dios que les
diera la fe católica, que les diera la fuerza de guardar
la fe católica en sus países, de extender las costumbres
cristianas, las virtudes cristianas, de defender a la
Iglesia contra sus enemigos, etc. Todo eso era la
consagración del rey. Se le entregaba la espada, ¿por
qué? Para defender (la cristiandad) contra los
enemigos de la fe".
- Ah, pero ese fue un
período excepcional y anormal .
- ¡quince siglos !...
no está mal.
- Eso fue anormal.
Nosotros, nos sujetamos al Evangelio.
Sujetarse al Evangelio,
os pregunto un poco, es fácil de decir. Eso es
absolutamente falso. Como si san Pablo no hubiera dicho:
"Oportet illum regnare", "es
necesario que Él reine". En el Evangelio todo es para
el reinado de Nuestro Señor Jesucristo. ¡En fin, de
todas formas ! O bien ahora ya no hay Evangelio. ¡Es
increible, increible !
Entonces, ¿cómo quieren
ustedes que uno se pueda fiar de personas como esas ? Eso
ya no es posible
4 de octobre de 1987
+ Mgr Marcel Lefebvre
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COMUNICADO DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN PÍO X
En
nombre de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, Monseñor
Bernard Fellay, Superior General, da la bienvenida a la
ascensión del
Cardenal Joseph Ratzinger al Soberano Pontificado. Ve allí
un fulgor de esperanza de salir de la profunda crisis que
sacude a la Iglesia católica, crisis de la que ciertos
aspectos han sido señalados por el ex- Precto de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, y más
recientemente en su predicación del Via Crucis el último
Viernes Santo.
Monseñor
Fellay implora a Nuestro Señor Jesucristo, Cabeza del
Cuerpo Místico, a fin de que la Tradición bimilenaria de
la Iglesia, olvidada durante los últimos cuarenta años, durante este
Pontificado
nuevamente encuentre su lugar y
que la Santa Misa tradicional sea restablecida sin
restricciones con todos sus derechos.
El
Superiorr general asegura al Sucesor de Pedro, Benedicto
XVI, sus oraciones y las de toda la Fraternidad Sacerdotal
San Pío X en la considerable tares que le espera para
restaurar todas las cosas en Cristo .
19
de abril, de 2005
+Bernard
Fellay
Supérieur Général
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