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EL PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN LUTERANA 
VE CON ESPERANZA A BENEDICTO XVI

REV. MARK HANSON

   GINEBRA, lunes, 25 abril 2005 (ZENIT.org).- El presidente de la Federación Luterana Mundial ve con esperanza las señales que el Papa Benedicto XVI ha lanzado a favor del ecumenismo.

   En esta entrevista concedida a Zenit, el reverendo Mark S. Hanson comenta el gran conocimiento que el Papa Ratzinger tiene de Lutero y se augura un refuerzo de la mutua comprensión entre católicos y luteranos.

   El reverendo Hanson está casado con Ione y tiene seis hijos y una nieta. Además de presidir la Federación Luterana Mundial es obispo presidente de la Iglesia Evangélica Luterana en América en Chicago.

   Hanson es autor de «Los creyentes están cambiando: La Iglesia en tiempos de desafíos» («Faithful Yet Changing: The Church in Challenging Times») de Augsburg Fortress Books, publicado en 2002.

   --El Papa Benedicto XVI viene de Alemania, la tierra de Lutero. ¿Cree que esto le puede ayudar en el diálogo y entendimiento con la Federación Luterana mundial?

   --Reverendo Hanson: De su servicio como sacerdote, profesor, y obispo en su tierra natal alemana, sabemos que el Papa Benedicto XVI conoce bien a los luteranos. Tenemos buenas razones para esperar en un desarrollo ecuménico fructífero y en un entendimiento mayor entre luteranos y católicos durante el servicio de esta Papa.

   Siendo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger sostuvo una dirección ecuménica significativa, incluido el apoyo para la recepción oficial de un documento histórico, la Declaración Conjunta de la Doctrina de la Justificación. Ese documento se firmó en Augsburgo, Alemania, el país natal del Papa, el 31 de octubre de 1999. Ése es el día en que tradicionalmente los luteranos celebran la Reforma.

   --El nuevo Papa ve el ecumenismo como una «prioridad» que necesita gestos y no sólo palabras. ¿Qué espera usted de él?

   --Reverendo Hanson: Se ha visto ya en su primera misa, después de su elección, que el Papa Benedicto XVI indicó como temas importantes de su papado la búsqueda de la unidad cristiana, pasos para continuar las reformas del Vaticano II, y esfuerzos en el diálogo interreligioso.

   Yo tengo razones para la esperanza por el nombre que el cardenal Joseph Ratzinger ha escogido: Benedicto XVI. La decisión evoca el trabajo de Benedicto XV, quién fue Papa durante la era de la primera guerra mundial y fue conocido como un constructor de puentes y un reconciliador.

   El nombre nos hace volver la mirada hasta san Benito [es el mismo nombre en latín], el fundador de monaquismo cristiano, que es recordado por conservar y renovar la cristiandad en Europa occidental.

   Se trata de señales reales que muestran cómo el Papa Benedicto XVI ve el ecumenismo como una prioridad alta, y sus comentarios después de de la elección lo refuerzan.

   --La Iglesia católica tiene un nuevo Papa que es principalmente un teólogo. ¿Usted prevé avances en el diálogo teológico ecuménico?

   --Reverendo Hanson: Nosotros ya tenemos un diálogo interesante y comprometido con el Vaticano. Es verdad que el Papa Benedicto XVI está extremadamente bien preparado teológicamente. Durante muchos años, él era el consejero más íntimo del Papa Juan Pablo II, y bajo su dirección en la Congregación para la Doctrina de la Fe ha ejercido un liderazgo ecuménico significativo.

   Parece claro en sus primeros --aunque pocos días-- que como Papa que quiere continuar estos importantes diálogos teológicos.

   --¿Cómo recibe usted su llamamiento para promover contactos y entendiendo con varias iglesias y denominaciones?

   --Reverendo Hanson: Yo lo recibo con gran esperanza. En su primera Misa después de su elección, el Papa Benedicto XVI hizo un llamamiento a la crucial tarea de «trabajar sin ahorrar energías en la reconstitución de la unidad plena y visible de todos los seguidores de Cristo».

   Hablando de él mismo dijo, «el nuevo Papa sabe que su deber es hacer que resplandezca ante los hombres y las mujeres de hoy la luz de Cristo: no la propia luz, sino la de Cristo»

   Éste es un recordatorio muy importante para todos los que estamos llamados a ser guías en la Iglesia.

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