2 de
Febrero de 2005
CONSEJERO
DE JUAN PABLO II LEGITIMA PÚBLICAMENTE
EL USO DE PRESERVATIVOS EN
CASOS LÍMITE
Cardenal
suizo lo acepta “en situaciones de emergencia”
El Cardenal Cottier
llama la atención sobre el drama de África, donde cada día
mueren
miles de personas infectadas con el VIH.
Al parecer, los que hablan en nombre de Dios están
recibiendo mensajes encontrados. Hace un par de semanas el
secretario de
la Conferencia Episcopal
española sorprendió al mundo diciendo que los
preservativos podían ser usados en la lucha contra el
Sida. Pero la sorpresa duró exactamente un día.
Pasadas unas horas, en la página web de la
entidad hispana apareció un comunicado que decía: “el
uso del preservativo implica una conducta sexual inmoral
(... ) la abstención de relaciones sexuales indebidas y
la fidelidad mutua entre los cónyuges, constituyen la única
conducta segura generalizable frente al peligro del Sida”.
Tan drástico cambio de opinión se debió a
las presiones directas de
la Santa Sede.
Por eso descoloca que las puertas vaticanas hayan
permitido pasar las opiniones del teólogo de Juan Pblo
II, George Cottier, quien admitió hace un par de días el
uso del preservativo “en situaciones límite y de
emergencia”.
El Vaticano se apresuró a decir que el tema
profilácticos seguía “sin novedades”, pero la
polvareda ya estaba levantada. Según contó el
corresponsal en Roma del diario “Clarín”, la polémica
entrevista dada por Cottier a la agencia Apcom fue
recogida por el periódico “Corriere della Sera”, que
la hizo saltar a la boca de todo el mundo resaltando que
era la primera vez que una voz del Vaticano admitía el
uso del condón en la lucha contra el Sida.
Y es que la importancia de Cottier en
la Santa Sede
no es menor. Este cardenal suizo de 82 años es el
encargado del control doctrinal de cada documento que el
Papa debe leer y firmar. De ahí el peso de las palabras
que siguen. “(El uso del condón) puede ser considerado
legítimo en algunas particulares circunstancias... Y
cuando digo esto pienso en ambientes donde circula tanta
droga, donde existe una gran promiscuidad y donde esta
promiscuidad se asocia a una gran miseria, como por
ejemplo en zonas de África y Asia”.
Para el cardenal Cottier hay dos argumentos
que legitiman a tan vilipendiado adminículo: “El
primero es que, frente a un riesgo inminente de contagio,
es difícil emprender la vía normal de combate a la
pandemia, que es mediante la educación de la sacralidad
del cuerpo humano. El segundo se refiere a la naturaleza
misma de esta terrible enfermedad. El virus se transmite a
través de un acto sexual, por lo que, junto a la vida, el
riesgo es transmitir también la muerte. Y en este punto
vale el mandamiento no matar”.
El cardenal recalcó “el caso
verdaderamente dramático de África, donde cada día se
cuentan miles y miles de muertos de sida y otros tantos
que se contagian (...) En este caso no es la permisividad
sexual lo que se alienta, sino que se tiende a preservar
la vida”.
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