WOJTYLA
MÁS EN SERIO[1]
Ante todas las maravillas que se están comentando sobre las
hazañas "ascuménicas"
[2]
de Wojtyla, podemos relatar lo siguiente:
Catherine y Jacques Legrand han escrito un interesante libro
con el título “John Paul II”. Allí se plantean
la pregunta de si Wojtyla fue colaborador de nazis y
comunistas en la Segunda Guerra Mundial. En 1942 él fue
arrestado con muchos de sus amigos: ellos fueron fusilados,
pero él salió salvo. El Cardenal Wyszynski, que durante
tres años estuvo en arresto domiciliario por su lucha
contra el comunismo, era un fuerte opositor de Wojtyla y de
su interés por el ecumenismo y los cambios litúrgicos.
Cuando había que designar a un nuevo obispo, siempre se
consultaba a Wyszynski acerca de quién le parecía idóneo.
El 8 de julio de 1958 quedó para siempre grabado en la
memoria del cardenal, cuando el arzobispo Baziak de Cracovia
insistió en que Wojtyla fuera obispo auxiliar de la misma
ciudad. Fue la primera vez en que Wyszynski fue pasado por
alto en la designación de un nuevo obispo, privilegio que
había recibido de Pío XII en aquellos tiempos
extraordinarios de persecución. Wojtyla no estaba incluido
en la lista de Wyszynski… Las designaciones de arzobispos
eran manipuladas por Zenon Kliszko, el principal ideólogo
del partido comunista polaco, y el celador de su ortodoxia.
Cuando murió el arzobispo Baziak, Kliszko dijo: “Espero a
Wojtyla, pongo mi veto contra todos los demás nombres hasta
que lo tenga”. Wojtyla fue manifiestamente favorecido por
el régimen comunista: ellos fueron quienos lo ayudaron a
llegar a la importante sede arzobispal de Cracovia, dado que
los comunistas lo contemplaban como un obispo con quien podían
trabajar en conjunto”.
Una organización islámica con sede en Suecia aclama a
Wojtyla y cita lo siguiente de su libro Cruzando el
umbral de la esperanza (nos preguntamos: ¿esperanza en
qué?): “Sin embargo, la religiosidad de los musulmanes
merece respeto. No se puede dejar de admirar, por ejemplo,
su fidelidad a la oración. La imagen del creyente en Alá
que, sin preocuparse ni del tiempo ni del sitio, se postra
de rodillas y se sume en la oración, es un modelo para los
confesores del verdadero Dios, en particular para aquellos
cristianos que, desertando de sus maravillosas catedrales,
rezan poco o no rezan en absoluto.”[3]
El fallecimiento de Wojtyla parece dejar a muchos católicos
“entristecidos”. ¿Se puede estarlo cuando esa persona
hizo lo máximo posible para implementar las herejías del
Concilio Vaticano II? El nuevo Derecho Canónico, la nueva y
dudosa “catequesis”, todo fue obra de este hereje
enmascarado como conservador. Pero su mayor bribonada fue
llamarse “hijo de la Santísima Virgen”: su última
adulteración antes de fallecer fue hecha al mismo Rosario
con los llamados “misterios luminosos”. Quizás, empero,
no fue tan luminoso en la perspectiva de la eternidad
desafiar a Dios, pero esto es lo que él escribió en su encíclica[4]
sobre el Rosario, “Rosarium Virginæ Mariæ”:
“Quizás hay también quien teme que pueda resultar poco
ecuménica por su carácter marcadamente mariano […]
Comprendido adecuadamente, el Rosario es una ayuda, no un
obstáculo para el ecumenismo. […] La experiencia de
innumerables Santos aboga en su favor. Lo cual no impide que
pueda ser mejorado.” Aquí JP2 muestra su verdadero
rostro, y creemos que la alteración del Rosario fue hecha
para confundir a la gente y disminuir la relevancia de esta
oración. Cuando se alteran oraciones célebres, las más
veces el resultado es que la gente se confunda y las
abandone por completo, precisamente como ocurre con el
Sacrificio de la Misa y el Rosario. Las nuevas generaciones
católicas fueron gradualmente separadas de las milenarias,
y su fe se debilitó o se perdió por completo. Las
“mejoras” que llevaron a cabo los modernistas después
del V2 ciertamente no son otra cosa que nuevos caminos al
infierno. ¡Ay! ¿Se equivocó la Santísima Virgen cuando
reveló misterios del Rosario que JP2 debiera “mejorar”
en su tacho de residuos?
En la coyuntura de la muerte del antipapa Wojtyla, hemos de
hacer recordar su actividad anticatólica durante el
Concilio Vaticano Segundo. Su juego en falsas “medias
canchas” y su actividad interconfesionalista imbuyó al
clero y los católicos del mundo de una visión
declaradamente sincretista de la Iglesia que llevó a una
apostasía sin igual. Su idiosincrasia “conservadora”
que se limitó a hablar contra el aborto y los divorcios fue
pura farándula. En el diario “Göteborgsposten”
podemos leer cuán “tristes” están ciertos católicos
que buscan consuelo en su párroco —una persona que en
muchos aspectos consideró a JP2 demasiado conservador, y
que emplea ministros femeninos pese a prohibiciones expresas
de parte del antipapa. Es notorio que a algunos les esté
permitido seleccionar y descartar, mientras que a nosotros
se nos llama desamorados. Los “desamorados” son todos
los que no siguen los dogmas de la iglesia conciliar acerca
de la incredulidad, el liberalismo, el modernismo, la
apostasía general y la nueva “doctrina sacramental”. En
este contexto, Degen se vale de la expresión
“Agradecimiento por la obra vitalicia del papa”.
Comoquiera que eso se interprete, en lo íntimo de su alma
lo que le agradece es haber sacudido todo lo antiguo y haber
hecho todo “nuevo”.
Dos cosas pueden esperarse del “colegio cardenalicio”. O
bien que elija a un nuevo “papa” que disimuladamente
lleve a cabo las mismas obras que Roncalli aunque mueva las
agujas del reloj no hacia atrás sino en el “buen”
sentido. ¡O también puede ser que elijan a un perfecto
archihereje como Lehman o Kasper, cuya oposición a la Fe
Católica es tan chocante que haría cerrar los ojos hasta a
un adorador del diablo! ___________________________
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