30
de octubre
CONFESIONES SEXUALES DE UN
"CANONIZADO"
EN VIDA: EL ABBÉ PIERRE
El abbé Pierre, de 92
años, es el fundador
de los Traperos de Emaus,
http://www.emaus.org/
Recordando su trayectoria, M. Chirac lo saludó como "la
grand voz de toos los hombres sin voz" y esa "figura
emblemática de la defensa de los derechos humanos" quei a
multiplicó sus llamados "en favor de los excluidos".
"Francia está
orgullosa de usted, querido abbé Pierre,
France lo admira y admira su obra", declaró
M. Chirac, diciendo que se sentía "profundamente feliz de rendir
homenaje a alguien que durante toda su vida ha rechazado como
inaceptable, la miseria y la injusticia".
EL ABBÉ PIERRE
REVELA QUE ÉL HA
COMETIDO EL
"PECADO DE LA CARNE"
La confesión de su pecado acaba de hacersela al
periodista Frédéric Lenoir, que desde hace largo tiempo
es su confidente. Frédéric Lenoir, es director de Monde des religions ,
y las confesiones del abbé Pierre están en un pequeño
libro que acaba de aparecer. "cedí a la fuerza
del deseo de manera pasajera", escribió el abbé.
"Pero jamás tuve un vínculo regular, pues no
dejé que el deseo sexual se arraigara en mí. Eso
me hubiera llevado a vivir una relación duradera con una
mujer (...). Conocí, pues, la experiencia del deseo
sexual y de su muy rara satisfacción".
Bíblicamente hablando podemos decir que el abbé Pierre ha
"conocido mujer". A los 93 añoss, él es un icono
intocable.
En el libro da a conocer su opinión sobre el problema de los
homosexuales. Dice «comprender » el deseo de las parejas
homosexuales de dar a conocer a la sociedad su amor y recuerda
que su secretario, el Padre Peretti, contribuyó a fundar la
asociación de homosexuales cristianos David et Jonathan. Sin
embargo sugiere hablar de «alianza » homosexual más que de «mtrimonio »
pues eso «crearía un traumatismo y una desestabilización
social fuerte ». Sobre la adopción de niños por
homosexuales, el padre desea asegurarse de que éstos no
sufran prejuicios sicológicos o sociales, «a mis ojos, esa
sería la mejor razón que podría prohibir la homopaternidad.
Porque por el resto, sabemos que un modelo clásico de
paternidad no es necesariamente garantía de felicidad y de
equilibrio para el niño»
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