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LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
LA SODOMA DE HISPANOAMÉRICA

NUEVOS AIRES PARA LA DECADENCIA

Todos los escarmientos que nos has enviado, ¡Oh Señor!
 
Con verdadera justicia los has enviado: porque hemos
pecado contra Ti y no hemos obedecido a tus mandatos;

eso no obstante, da gloria a tu nombre, y pórtate con
nosotros según tu gran misericordia.
(Dan. III)

   En los últimos años, Buenos Aires se consagró como uno de los lugares más elegidos por el turismo gay en Latinoamérica. La variedad de actividades que ofrece la ciudad se transformó en un verdadero imán para visitar la Argentina. Es que el país ha ganado mucho en el terreno de la tolerancia sexual en los últimos años. Una demostración de ello fue la aprobación de la ley de la Unión Civil de parejas del mismo sexo. En tanto que la amplia oferta cultural (muestras de arte plástico, variedad teatral y música en vivo y en diferentes registros) y la diferencia de precios a partir de la devaluación del 2002, son factores nada menores a la hora de tomar una decisión. 

   Se estima que entre el 10 y el 15 por ciento de los turistas que visitan el país pertenecen a la comunidad homosexual, según indicaron fuentes gay, según dijo Carlos Melia, integrante de la Asociación Internacional de Viajeros Homosexuales y Lesbianas. Dentro de esa misma cifra se considera que un 80 por ciento son hombres y un 20 por ciento mujeres. “Lo que más seduce al turismo gay es la noche porteña, cuyo circuito nocturno se centra básicamente en Palermo, la zona gay por excelencia”, afirma Luciana Páez, de Viajeras Travel, una agencia de turismo que además de ofrecer servicios al público homosexual, se dedica a cubrir especialmente las demandas de turistas lesbianas. 

   Buenos Aires, hay que apuntar, es una de las pocas ciudades que tiene discotecas abiertas durante todos los días de la semana, a excepción de los lunes. Lo más vendido en la agencia es un city tour nocturno que incluye cena, una visita a un pub y luego todos a bailar a locales “gay friendly”, es decir, lugares considerados amigos de la comunidad homosexual. Palacio Buenos Aires, el clásico América, Contramano y Titanic Club son algunos de los preferidos en la noche porteña. Sin contar, desde luego, lo último en tendencia de género: el tango gay, de acuerdo con Fabián González, socio de Alibi Argentina, otra de las agencias de viajes orientada a satisfacer la demanda del público homosexual, con sede en Brasil y filial en el país. Una vez por semana abre una milonga en San Telmo, donde muchas de las parejas extranjeras se suman a bailar. "Lo que más me gusta de Buenos Aires es la calidez de la gente. Son amables y respetuosos, eso para mí es muy importante", afirma Steve, de 36 años, quien llegó de visita desde Francia a conocer el país. Las agencias consultadas coinciden en señalar que el Teatro Colón es el lugar más visitado, ya que se trata de turistas muy interesados en el movimiento cultural y de perfil más intelectual. San Telmo –ya un denominador común- es otro de los barrios preferidos por el turismo gay, sobre todo la Feria de Anticuarios que se reúne los domingos en la Plaza Dorrego. Además de ser un clásico punto de referencia de extranjeros en general, existe el “Gay Map de San Telmo”, que consigna un recorrido de los comercios que son “gay friendly”. Ahora, los vendedores optan por colocar una banderita que identifica la amistad con la comunidad gay. “Muchos se adhirieron porque vieron el potencial negocio que implica”, explica Luciana Páez. Por último, la seducción del diseño y la indumentaria. El público gay se revela como un gran consumidor de ropa de calidad. Tanto el Centro como Barrio Norte son puntos clave del periplo de ensueño para los fanáticos del buen vestir. Patio Bullrich y Galerías Pacífico son las más visitadas por su cercanía a los hoteles de las cadenas internacionales. También la avenida Alvear, que reúne a las tiendas de las grandes marcas, y a muy bajo costo en relación con los precios del exterior. “Acá hay muy buen cuero, buena ropa y marcas, todo a un costo sensiblemente inferior”, afirma González y da un ejemplo. “Un traje Armani en la Argentina cuesta 600 dólares y afuera la cifra casi se duplica”. 

Mujeres 

   En el caso de las turistas lesbianas, la cuestión pasa por un costado totalmente distinto. No están tan interesadas en la noche y tampoco les llama la atención las compras, pero sí la movida cultural. “Las mujeres se quedan una o dos noches porque tienen que conocer Buenos Aires, después se van a recorrer el país. Les gusta más la naturaleza y madrugar”, asegura Páez, quien creó la agencia especialmente para orientar los viajes de parejas lesbianas. Es que, según cuenta, las turistas suelen viajar en pareja y buscan alejarse del ruido. También es cierto que, desde que ocurrió la tragedia de República de Cromañón, muchos locales específicos cerraron y ya casi no quedan. No por discriminación sexista, sino por no cumplir con los nuevos estándares de habilitación y seguridad urbana.   

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