LA
IGLESIA CONCILIAR Y FIDEL CASTRO
¿Verdaderamente no
saben con quien se relacionan?
¿Le creen?
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TARCISIO
BERTONE |
JP2
ESTRECHANDO LAS MANOS ENSANGRENTADAS DE FIDEL
CASTRO |
El
Arzobispo de Génova Cardenal Bertone recientemente visitó Cuba, aportando dos
sacerdotes Genoveses a la diócesis de Santa Clara. Castro, que mide la entrada
de religiosos con cuentagotas y exige un precio por cada uno que entra, ni tardo
ni perezoso, recibió al susodicho cardenal y le expresó su deseo de que
Benedicto XVI visite al país. Según la nota de prensa de la A.P. "La
Iglesia en Cuba es vista con respeto por el gobierno y Castro ha manifestado un
gran aprecio, tanto por la Iglesia en general [como] por los dos papas, Juan
Pablo II, que visitó La Habana en 1998, y Benedicto XVI."
Hasta aquí la gimnasia diplomática. Porque resulta
abrumadoramente claro que una iglesia que no puede acceder
a los medios de comunicación y no puede ni siquiera tener
una imprenta moderna, ni es bien vista ni es apreciada.
Pero lo que sigue es lo importante. Demuestra el cinismo
increíble de Castro y la lamentable falta de información
de la curia romana respecto a la tragedia cubana.
Bertone según la misma nota declaró: "Castro está
preocupado por la difusión del fenómeno del aborto,
entre las causas de la crisis demográfica de la isla y
una de las consecuencias de la plaga del turismo
sexual" afirmó el purpurado al diario La Stampa,
tras regresar de Cuba. "Es natural que Castro esté
preocupado, es una vergüenza el comportamiento de algunos
italianos", comentó el purpurado al referirse al
elevado número de italianos que viajan por turismo sexual
a Cuba." "La Iglesia puede dar una buena
contribución en temas como aborto y baja natalidad ya que
la apertura ahora es total", comentó el
purpurado."
La conclusión de Bertone, que asocia el aborto al turismo
sexual, es tan absurda que lleva a cuestionar la
inteligencia del prelado. Las embarazadas, Señor Cardenal
son en su abrumadora mayoría jovencitas de edad escolar
que no ejercen la prostitución pero sí viven sujetas a
las escuelas del campo para ambos sexos, internados
forzosos, que son fuente de promiscuidad y frecuentemente
de abuso sexual por los profesores. Son también víctimas
de la falta de formación moral que no puede impartir ni
la Iglesia Católica ni ninguna otra puesto que no se les
permite la libertad de educación que desean. El gobierno
cubano ha atacado a la familia en forma sistemática,
fomentado el amor libre estilo marxista (sirve para
entretener a los esclavos). El resultado está a la vista,
Castro, como Nerón, toca la lira durante el incendio de
Roma después de provocarlo. Las estadísticas oficiales
lo demuestran. Entre 1968 y 1992 se realizaron 2.9
millones de abortos y de 1993 a 1997 se llevaron a cabo
424,214 abortos.
De esto resulta que, en tres décadas, se han practicado más
de tres millones de abortos. Las autoridades cubanas
de salud han reconocido que hay un aumento importante del
número de embarazadas menores de 20 años. Y esto ocurrió
mucho antes del turismo sexual y sigue ocurriendo a nivel
de más de 100 mil abortos anuales. Resultado: Se calcula
que para el 2010 los mayores de 60 años representarán el
18 % de los habitantes de la isla y el país tendrá por
primera vez en su historia más población de viejos que
de niños. Pero no para aquí el entuerto. Sabemos por las
declaraciones de la Doctora Hilda Molina prominente
especialista cubana en neurocirugía ahora disidente, (a
quien Castro no permite la salida) que tejidos fetales de
niños abortados de ex profeso son utilizados en
tratamientos médicos para extranjeros.
Saber estas cosas que no son secretos de estado es
obligación del Señor Cardenal. Si no las sabe y no se
informa a fondo antes de visitar el país y hablar con un
déspota famoso por su astucia y habilidad para ser mimético
entonces el Señor Cardenal incurre en negligencia
culpable. Si no se las dicen es también negligencia de
quien debe informarle. Tal parece que respecto a Cuba ese
es el `modus operandi' de la Secretaria de Estado
Vaticana. Recientemente, durante la presentación de
credenciales del Embajador cubano a la Santa Sede (ya en
los últimos meses de JPII) en el discurso de aceptación
se alabaron `diplomáticamente' los avances de Cuba en
materia de educación y salud. La salud y educación que
propiciaron el azote que ahora Castro lamenta y pide a la
Iglesia combatir.
Se nos dirá que hay que aprovechar las oportunidades.
Veremos si las hay, pues no es la primera vez que Castro
les toma el pelo. Como maniobra es buena. Castro obtiene
lo que quiere, suministro adecuado de esclavos, y además
presenta buena imagen. En todo caso las declaraciones que
hacen parecer a Castro como un gobernante preocupado de un
mal social y a los turistas sexuales como los causantes
del azote son más de lo mismo: mirar hacia otro lado por
conveniencia y no resaltar la verdadera causa que produce
el efecto. Si el cardenal no puede o no quiere decir la
verdad íntegra es mejor que acepte la supuesta
`oportunidad' en privado y que no diga nada en público
hasta comprobar si Castro cumple o si como de costumbre,
promete y engaña. Lo contrario, Señor Cardenal, es `eticamente
inaceptable' y además bastante poco inteligente. Tan poco
como su frase de que `cada país tiene sus problemas' que
es lo único que se le ocurrió decir cuando le
preguntaron por los disidentes y presos. Su respuesta le
valió convertirse en Poncio Bertone en lugar de ser
Tarcisio Bertone. Los católicos cubanos comprometidos,
como el que suscribe, estamos hartos de la
superficialidad, improvisación, incompetencia y `cantinflismo'
de la Iglesia Conciliar respecto a nuestra patria. El último
adjetivo es un término más sobre cuyo significado debe
informarse. Le damos una pista: es la versión popular de
la `romanitá' que como sabemos no es ni chi, ni chá.
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