HANS
KÜNG AFIRMA QUE BENEDICTO XVI
ESTÁ ABIERTO A «NUEVAS
IDEAS»
Algo
anda mal, cuando un apóstata
habla favorablemente
«Papa».
El
encuentro con este «respetado»
apóstata
duró varias
horas, mientras que con Mons.
Felay sólo estuvo 35 minutos
El teólogo suizo
revela, en una entrevista publicada por el diario alemán SUEDEUTSCHE
ZEITUNG, que
este encuentro con el Papa duró unas 4 horas e incluyó una cena. También
explica que se había dirigido últimamente por escrito a Benedicto XVI, sin
pedirle explícitamente la devolución de la ‘missio’ canónica para dar
clases de Teología en universidades católicas pero sí solicitándole una
puerta abierta al diálogo.
El más famoso de los teólogos disidentes está feliz después de haber visto
al Papa, a quien había pedido audiencia pensando que no se la concedería. Tras
el encuentro del sábado en Castelgandolfo, revelado el lunes, Hans Küng
manifiesta que «ha sido una alegría mutua volver a vernos después de tantos años.
No nos abrazamos sencillamente porque los germánicos no somos tan expansivos
como los latinos».
De regreso a la Universidad de Tubinga, el teólogo
disidente confiesa que «nuestro coloquio me ha dejado muy satisfecho». Todavía
bajo el efecto de la sorpresa, reconoce que «el Papa está abierto a nuevas
ideas», y aclara que Benedicto XVI «no se puede
fijar a este pontífice en posiciones reaccionarias con vistas al pasado.
Es capaz de escuchar y de mantener la actitud del estudioso o el investigador».
«Con seguridad necesita tiempo. No se puede esperar
todo de la noche a la mañana. Sería exagerado hablar de una nueva orientación
de la Iglesia, pero se pone de manifiesto que el Papa no se encuentra fijado en
el pasado, sino que mantiene abiertas sus opciones y está dispuesto a llevar
adelante cuestiones poco convencionales que incluso el círculo íntimo del
Vaticano no espera», dijo Küng.
La sorpresa del teólogo suizo la habían experimentado ya el
pasado mes de julio un grupo de sacerdotes del Valle de Aosta, cuando Benedicto
XVI les dijo que «el Papa es infalible sólo en contadísimas ocasiones», y
reconoció ante ellos problemas serios de la Iglesia que antes no se mencionaban
en público y todavía menos en una tertulia informal.
Hans Küng había enviado de antemano al Papa su último libro
sobre el origen de la vida y documentos sobre sus proyectos para definir una ética
mundial basada en los principios morales de las grandes religiones. Para su
delicia, Benedicto XVI «se declaró felicísimo de que un teólogo aborde en
Alemania estas cuestiones, pues sabe que son muy importantes. Y en el comunicado
del Vaticano menciona que aprecia mi trabajo».
De mutuo acuerdo, no abordaron los conflictos con Roma sino sólo
los proyectos de futuro, pero el mero hecho de que Benedicto XVI le recibiese
durante dos horas en Castelgandolfo y le invitase a cenar «es un signo de
esperanza para muchos hombres de Iglesia».
Las relaciones entre Küng y el hoy Papa Benedicto XVI
datan de los tiempos en que ambos eran jóvenes teólogos progresistas, asesores
de cardenales alemanes en los días del concilio Vaticano II. Küng, entonces
decano de la facultad de Teología de Tubinga, llevó a Ratzinger como catedrático
y allí trabajaron juntos durante tres años. En una información del periódico
conservador alemán Die Welt, recuerda Küng aquellos días y dice que en su
reciente entrevista con el Papa «hablamos el uno con el otro como lo hacíamos
antes». disputa", explica Küng sobre la entrevista. La
conversación con el Papa discurrió más bien sobre el nuevo libro de Küng El
comienzo de todas las cosas que trata de la relación entre la religión y las
ciencias naturales.
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