21 de OCTUBRE
de
2005
LO QUE PASA
CUANDO LOS JUDÍOS
DEJAN DE SER
LOS ASESINOS DE JESÚS*
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(...aquel sistema salido de
las tinieblas, de la indiferencia
acerca de las religiones, por el que
los hombres ajenos a la
verdad y adversarios de la verdadera confesión,
olvidados
de su salvación, enseñando cosas contrarias entre sí y
no
teniendo
nunca una sentencia firme, no admiten ninguna
diferencia entre las diversas
profesiones de fe y hacen la paz
indistintamente con todos y pretenden que a
todos, cualquiera
sea su religión, les está abierto el puerto de la vida
eterna.) Pío
IX, Singulari
quidem
CÓDIGO
CANÓNICO:
A los fieles no les está permitido, en modo
alguno, asistir
activamente o tomar parte activa en los servicios religiosos
de los acatólicos (communicatio in
sacris).
(Canon 1258)
El que coopera communicatio in sacris, contrario
a la
provisión del canon 1258, es sospechoso de herejía.
(Canon 2316)
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El Rev. Robert J. McNamara
tiene planeado ir el próximo viernes a una sinagoga. Algo
impensable durante los primeros 2000 años de la Iglesia
Católica.
Más impensable,
todavía: él va a dar el sermón del "Sabat".
Hasta hace muy poco, la Iglesia Católica prohibía a los
sacerdotes poner un pie en las sinagogas, aún en el
improbable caso de haber sido invitados. Después de todo de
acuerdo a la posición oficial de la Iglesia, los judíos
eran los infieles que habían rechazado y matado a Cristo y
que necesitaban convertirse para salvarse de la condenación
eterna.
Pero este
viernes a la tarde, junto con más o menos 100 fieles de la parroquia de St.
Bernardine de la iglesia católica Siena, McNamara compartirá la bimá(1)
con el rabino Stewart Vogel en el templo Aliyah en Woodland Hills. Y
probablemente, será ovacionado de pie por la congregación judía.
¿Por qué?
¿Qué ha cambiado?
Lo que ha pasado, es algo llamado Nostra Aetate, quizás el
documento más importante emitido por el Concilio Vaticano
II, y esencialmente el primer documento positivo de la
Iglesia sobre el judaismo desde la codificación de la
Biblia cristiana hace cerca de 2000 años.
Nostra Aetate (en
nuestro tiempo), la Declaración de las relaciones de la Iglesia con las
religiones no cristians, fue promulgada por Pablo VI el 28 de octubre de 1965.
Revirtiendo radicalmente la previa posición de la Iglesia, declarando: "La
Iglesia Católica no rechaza nada de lo que hay de verdad y santo en esas
religiones", refiriéndose tanto al judaismo, como al islamismo, budismo e
hinduismo.
El resto
del artículo, en inglés, en: http://www.jewishjournal.com/home/preview.php?id=14830
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