1º de
septiembre de 2005
ESTATUA
DEL FUNDADOR DEL OPUS
EN
LA BASÍLICA DE SAN PEDRO
Junto a las de otros
fundadores
CIUDAD
DEL VATICANO, jueves, 1 septiembre 2005 (ZENIT.org).-
El 30 de agosto ha sido colocada en el exterior de la Basílica
de San Pedro una estatua de san Josemaría Escrivá de
Balaguer, fundador del Opus Dei.
La talla en mármol, de unos 5 metros de
altura, se aloja en una hornacina situada en la fachada
del transepto izquierdo de la Basílica, también llamado
brazo de San José, muy cerca de la entrada a la Sacristía.
Las hornacinas de esta zona de la Basílica
fueron destinadas por Juan Pablo II a esculturas de santos
y fundadores de nuestro tiempo.
La estatua de san Josemaría se sitúa junto
a otras del mismo tamaño, entre las que se encuentran las
de san Gregorio, fundador de la Iglesia Armenia (esculpida
por el armenio Khatchik Kazandjian); de santa Teresa de
los Andes, carmelita (realizada por Juan Eduardo Fernández
Cox, chileno); de san Marcelino Champagnat, fundador de
los Hermanos Maristas (del artista Jorge Jiménez Deredia,
costarricense).
La imagen de San Josemaría es obra del
escultor italiano Romano Cosci, que ha trabajado sobre un
solo bloque de mármol, durante más de un año. En 2002,
Cosci realizó otra escultura para la fachada de la basílica
vaticana: la de la santa española Josefa del Corazón de
Jesús, que se encuentra en la entrada de las grutas
vaticanas.
En el Vaticano existen más de 150 esculturas
de santos, incluyendo las del Colonnato. El sentido de esa
serie de estatuas es recordar que la Iglesia se embellece
con la vida de los santos, que son modelo y estímulo para
los cristianos.
En el proceso de elaboración de la escultura
de San Josemaría, Romano Cosci se ha inspirado en unas
palabras Jesús, recogidas en los Evangelios,
frecuentemente meditadas por el fundador del Opus Dei: «si
exaltatus fuero a terra, omnes traham ad meipsum» («Cuando
sea levantado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí»,
Juan 12, 32).
La creación de Cosci representa a san
Josemaría revestido de los ornamentos sacerdotales para
celebrar la misa, con los brazos ligeramente abiertos. En
la parte inferior están tallados los escudos papales de
Juan Pablo II y Benedicto XVI, con quienes se comenzó y
acabó respectivamente el trabajo. A los pies del santo,
dos ángeles (el Opus Dei fue fundado en la festividad de
los Santos Ángeles Custodios): uno de ellos presenta a
san Josemaría un libro abierto, con el versículo antes
mencionado.
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