The
Times, January 12, 2006 - Los especialistas del Vaticano van a
rehabilitar a JUDAS
ISCARIOTE, el discípulo que
traicionó a Jesús con un beso.
La propuesta "rehabilitación" del hombre que recibió 30 monedas de
plata por identificar a Jesús en el Huerto de Getsemaní, se basa en que él no
lo hizo deliberadamente, sino que estaba "cumpliendo su parte en los
designios de Dios".
Tradicionalmente
los cristianos culpaban a Judas de haber ayudado y de haber sido cómplice de la
Crucifixión, y su nombre es sinónimo de traición. De acuerdo a San Lucas,
Judas estaba "poseído por Satán".
Ahora, una
campaña llevada a cabo por Monseñor Walter Brandmuller, presidente de el Comité
Pontificio de Ciencias de la Históricas, propone persuadir a los fieles
para que miren con benevolencia
al injuriado durante 2000 años.
Monseñor
Brandmuller dijo a sus eruditos compañeros que hay que de "releer" la
historia de Judas. Es apoyado por Vittorio Messori, prominente escritor
católico cercano a Benedicto XVI y al fallecido Juan Pablo II.
Messori dice que
esa rehabilitación de Judas "resolvería el problema de una falta aparente
de misericordia hacia uno de sus más cercanos colaboradores". Dijo a La
Stampa que existe una tradición cristiana, según la cual Judas fue
perdonado por Jesús, que le ordenó purificarse con "ejercicios
espirituales" en el desierto.
En círculos de
estudiosos, hace mucho que ya no estaba de moda demonizar a Judas y los católicos
británicos están dispuestos a dar la bienvenida a su rehabilitación.
El Padre Allen
Morris, secretario de la Comisión para la Vida Cristiana y el Culto de la
Iglesia Católica de Inglaterra y Gales, dijo: “Si Cristo murió por
todos —es posible que Judas también haya sido redimido por el Maestro al que
traicionó". La "rehabilitación" de Judas puede ayudar al Papa a
mejorar las relaciones cristiano-judías, que él mismo dijo son una prioridad
de su pontificado.
Algunos expertos
en la Biblia dicen que Judas fue "una víctima de un libelo teológico que
ayudó a crear el antisemitismo" dando su imagen como la de un
"villano siniestro" preparado a traicionar por dinero.
En muchas
pinturas y obras de teatro medievales Judas es retratado con una nariz ganchuda
y facciones semita exageradas. En el Infierno de Dante, Judas es relegado
al último rincón del infierno donde es devorado por un demonio de tres
cabezas.
El movimiento
para limpiar el nombre de Judas coincide con los planes para publicar por
primera vez en inglés, alemán y francés el pretendido Evangelio de Judas.
Aunque no escrito por Judas, se dice que refleja la creencia existente entre los
primeros cristianos —que ahora ganó terreno en el Vaticano— de
que traicionando a Cristo, Judas estaba desempeñando una misión divina, que
llevó al arresto y Crucifixión de Jesús y por lo tanto a la salvación de los
hombres.
Monseñor
Brandmuller dice que espera "nueva evidencia histórica" del supuesto
evangelio, que fue excluido del canon de las Escrituras aceptadas. Esto podría
"servir para reconstruir los hechos y el contexto de las enseñanzas de
Cristo como fueron vistas por los primeros cristianos", incluyendo que Jesús
siempre predicó el "perdón a los enemigos.
Algunos
eruditos vaticanos expresaron preocupación sobre la reconsideración de la
persona de Judas. Monseñor Giovanni D’Ercole, un teólogo vaticano, dijo que
es “peligroso re-evaluar a Judas y enturbiar el relato evangélico basándose
en escritos apócrifos. Esto sólo puede crear confusión en los fieles”. El
Evangelio cuenta cómo Judas devolvió las 30 monedas de plata— su “precio
de sangre”— se ahorcó, o, de acuerdo a los Hechos de los Apóstoles,
"habiendo caído de cabeza, reventó por medio y se le salieron todas sus
entrañas" (Hechos, 1, 18).