Quien se separa de
la Iglesia para unirse a una esposa adúltera, renuncia a las promesas hechas a
la Iglesia. Quien abandone a la Iglesia de Cristo no logrará las recompensas de
Cristo... Quien no guarda esta unidad, no guarda la ley de Dios, ni guarda la fe
del Padre y del Hijo, ni guarda la vida ni la salud |