«Agradezco
profundamente su fax, en el que se puede apreciar el combate
de la Fraternidad de antaño y que debe ser recuperado.
El
momento actual debe aprovecharse, pues nunca es demasiado
tarde para obrar el bien. Es necesrio pagar el precio, y eso
puede ser humillante. ¿AcasoNuestro Señor Jesucristo
no
quiso caer tres veces?
La
primer
caída fue el 5 de mayo de 1988. ¡Qué humildad la de Mons.
Lefebre al retractarse del protocolo!
«Es imposible andar con rodeos.
Con el comunicado de prensa Menzingen, nosotros, y digo
nosotros, hemos caído en la trampa del artículo 1.
«No puede haber otra salida que la
de una retractación solemne en la que se retracte la frase:
«Por
el Motu Proprio Summorum Pontificum, el Papa Benedicto
XVI ha restablecido en sus derechos la misa tridentina».
Después,
la frase «La Iglesia también tiene la misa del Motu Proprio.»
Es
menos aceptable
aún,
pues
no se la
pone en
simple relación
con el
Concilio
Vaticano
II y
la nueva
misa, ¡el misal de San Pío V reeditado por Juan XXIII, está
identificado con el
Concilio
Vaticano
II y
la nueva
misa!
«Por lo tanto, el hecho mismo
de celebrar con el misal de San Pío V, tal como lo ha
«liberado» Benedicto XVI, implica una aceptación
automática de la misa nueva. Y, afirmar que Benedicto XVI
restableció en sus derechos la Misa tridentina es una
contradicción teológica y jurídica: ¡no puede restablecerse
aquello que jamás fue quitado!
«Benedicto XVI no restableció la
Misa de San Pío V, instituyó una nueva; una amalgama
teológica-jurídica entre la misa de Pablo VI y la Misa de San
Pío V, entre el error y la verdad, el bien y el mal.
«Esto
debe
se dicho
explícitamente.»
(Todo lo subrayado es obra del
autor de la carta, que, por supuesto, está firmada)
¡Rechacemos la trampa del Motu Proprio
que por su
artículo 1 pretende avalar el nuevo rito de
1969!.
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