CARTA
DE RENUNCIA DEL PROFESOR DR. REY NORES
Córdoba 13 de marzo de 2006
Sr. Rector de la Universidad Católica de Córdoba
Rdo. Padre Rafael Velasco S.J.
S/D.
“La
primera ley de la historia es no atreverse a
mentir;
la segunda no temer decir la verdad” (León
XIII) |
De mi mayor consideración:
Me dirijo a usted para elevarle la renuncia a todas las cátedras y
actividades a mi cargo en la Universidad Católica de Córdoba o que puedan
considerarse vinculadas con ella.
Me he educado en esa querida Universidad, a quien debo toda mi formación
personal y profesional. Con mis grandes limitaciones he intentado, hasta hoy,
devolver, por lo menos en parte,
lo generosamente recibido de quienes fueron mis formadores, colaborando
en la actividad docente y académica en general y cumpliendo funciones con que
me honró la Universidad.
El lema del escudo de la Universidad, que asume la exhortación Paulina
“Veritas liberabit vos” como propuesta institucional, que se transmite como
proyecto de vida a aquellos sus integrantes que deseen asumirlo; al ser llevado
a la acción en lo político, en lo social y también en lo estrictamente
personal, supone como requerimientos esenciales el “no atreverse a mentir” y
el “no temer decir la verdad”, según la feliz síntesis de León XIII que
encabeza estas líneas.
Con tal
convencimiento ratifico y reitero lo que le anticipara ya verbalmente: El motivo
de mi renuncia es la decisión del Consejo Académico de la Universidad de
conceder el Doctorado Honoris Causa, con motivo del cincuentenario de la UCC, a
la Sra. Estela Carlotto.
La referida persona, no tiene, ni ha tenido hasta la fecha, vinculación
de alguna importancia con la UCC, no exhibe antecedentes o méritos académicos
o científicos destacables y tampoco muestra un comportamiento cívico y
personal transparente, de amor cristiano y de compromiso con la verdad, que
puedan habilitarla aceptablemente para la distinción que se le otorgará. Por
el contrario, integra un sector ideológico que falsea la verdad histórica de
la guerra interna padecida, generando y desarrollando acciones que no reconocen
las responsabilidades de los integrantes de los grupos subversivos y sus
violaciones a los derechos humanos y sólo condenan los atribuibles al
terrorismo de estado. Tales comportamientos, asumidos a designio, a partir de
intereses políticos, económicos e ideológicos, son claramente incompatibles
con la búsqueda de la verdad.
La tortura, los secuestros, los asesinatos, los atentados, importan una
lesión a la dignidad de las personas y son esencialmente anticristianos y
merecedores de reproche, condena y resarcimiento a sus víctimas inocentes,
provengan de quien provengan. Políticas y comportamientos hemipléjicos que
sólo reconocen conductas inaceptables por parte de la represión y no las
claramente cometidas por los grupos subversivos, muestran sólo una cara de la
verdad y son contrarios a ella, a la justicia
y al bien común. En esa línea se inscribe la organización que preside
e inspira la Sra. Estela Carlotto y ella personalmente
El otorgamiento del Doctorado Honoris Causa a la referida señora, que
motiva mi renuncia, no es coherente con los principios y postulados de la propia
Universidad; a cuya comunidad no se le ha dado –al menos- la oportunidad de
debatirla, habida cuenta de su notable trascendencia. Además resulta
imprudente, por cuanto lesiona y agravia innecesariamente a un amplio sector de
la comunidad local y nacional y de la misma Universidad, que discrepa con la
referida visión hemipléjica y sus consecuencias injustas y discriminatorias.
Tampoco ayuda a la integración, a la unidad y a la pacificación, al
considerar ejemplar, comportamientos e historias personales claramente
discutibles, particularmente cuando
se ha hecho caso omiso a los cuestionamientos, advertencias y llamados a
la prudencia, formulados por algunos de los Señores Decanos, al momento de
debatirse la cuestión en el Consejo Académico.
No resulta aceptable que la Universidad Católica de Córdoba, no haya
logrado encontrar –dentro de la muy rica variedad de candidatos existentes en
el medio local o incluso nacional- otro modelo de personalidad relevante, a la
luz de los valores que pretende destacar y transmitir a sus alumnos y a la
comunidad toda, con motivo del cincuentenario de su fundación.
Finalmente, tal decisión –a mi humilde criterio- no se ajusta
debidamente a las pautas estatutarias que regulan el discernimiento de tal tipo
de distinciones por parte de la Universidad, ya que la Sra. Estela Carlotto –como
dijera precedentemente- no tiene, ni ha tenido hasta la fecha, vinculación de
alguna importancia con la UCC, ni exhibe antecedentes o méritos académicos o
científicos destacables. Desde el punto de vista académico y reglamentario, no
es ésta una cuestión menor, ya que abre el camino para cualquier otra
decisión similar, que prescinda de los razonables y necesarios límites
reglamentarios.
Como el Señor Rector sabe, esta decisión me duele en
lo más profundo, por mi fuerte sentido de pertenencia a la UCC, pero constituye
para mí un imperativo de conciencia y un compromiso de lealtad y fidelidad con
los principios y valores que la misma Universidad me inculcó.
Saludo al Señor Rector muy atte.
José N. Rey Nores
PD:
Solicito a
Usted haga conocer el texto de la presente, a quienes
estime pertinente. Yo lo haré según mi recta conciencia.
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