OTRO
SINVERGÜENZA ENGAÑANDO A INCAUTOS
El Anticristo se llama
Jesús
Una extraña fiebre parece
haber asaltado a parte de la comunidad hispana de Florida
(EEUU). En grupos que alcanzan la treintena de personas
acuden a los salones de tatuaje de Miami y sus ciudades
vecinas para que se les marque de por vida con el 666, el
número de la bestia, la marca del diablo. También piden
que se les tatúe con una triple S (Salvo Siempre Salvo).
El mismo número y las mismas letras que llevan en sus
camisetas y gorras de béisbol. ¿Un brote satánico se
extiende entre los muy católicos y conservadores hispanos
de Florida?
Lo cierto es que la Iglesia
de Roma tiene otro motivo más para preocuparse. Se llama
José Luis de Jesús Miranda, es puertorriqueño, ex convicto
y ex heroinómano, y encabeza desde hace 20 años su propia
iglesia, Creciendo en Gracia. Empezó en un almacén de
Hialeah (Florida), pero su carrera mística se remonta a
una noche de 1973, cuando Jesús se le «metió dentro» y le
dio su mente mientras, según cuenta, le visitaban ángeles
en un sueño.
Ahora, divorciado, con cuatro
hijos y una nueva esposa, el pastor presume de un rebaño
de 100.000 seguidores, distribuidos en 300 congregaciones
de una veintena de países. Desde su sede central en Doral
dirige a 200 pastores, 335 centros educativos, 287
programas de radio y un canal de televisión. Según
Newsweek, cada año ingresa hasta 1,4 millones de dólares
gracias a la generosidad de sus fieles.
Hasta aquí, en cualquier
caso, el retrato de uno de los muchos pastores evangélicos
y líderes carismáticos que proliferan en Estados Unidos.
Sólo que De Jesús Miranda carece de freno en su alocada
megalomanía religiosa. No le basta con ser la
reencarnación de Jesús, ni de San Pablo (según confesó a
su grey en 1998). Ni con proclamarse Jesucristo, pese a
que semejante revelación le costó el divorcio de su mujer,
Nydia, y el abandono de su hijo José Luis Junior, quienes
han montado ya su propia iglesia en Puerto Rico. El pasado
enero sorprendió a sus seguidores enseñando un 666 tatuado
en el antebrazo y declarándose el Anticristo. La segunda
venida de Cristo ya está aquí, no hay que seguir adorando
a Jesús de Nazaret. «El Anticristo», explica, «significa
'no pongas tus ojos en Jesús', porque Jesús de Nazaret no
era cristiano». Es más, considera el evangelio de las
iglesias católica y evangélica un falso evangelio, un
evangelio «judeizante».
Así que sus fieles se tatúan
la cifra de la bestia para demostrar su fe absoluta e
imperecedera en el nuevo Anticristo puertorriqueño. Pero
también revientan procesiones católicas y misas
evangélicas, queman crucifijos y destruyen libros de los
Testigos de Jehová.
Algunos medios de
comunicación ya han comparado Creciendo en Gracia con una
secta y los expertos se atreven a ver en De Jesús la
sombra de líderes peligrosos como Jim Jones -que llevó al
suicidio a más de 900 personas en Guyana en 1978- o David
Koresh, el cabecilla de los davidianos muertos en el
asedio policial de Waco (Texas) en 1993. Y no sólo por la
sumisión y el lavado de cerebro a que, según algunos ex
miembros, se somete a los fieles en la iglesia del nuevo
Anticristo.
De Jesús asegura que «el
negocio de Dios es la fe», pero a juzgar por los Rolex
incrustrados con diamantes que luce en la muñeca y los
Lexus y BMW blindados en que viaja, también es su negocio.
Y se le da muy bien. El reverendo puertorriqueño ha sabido
atraer a su parroquia a destacados empresarios hispanos,
que donan una parte sustancial de sus beneficios a
Creciendo en Gracia. Algunos reconocen que hasta el 20% de
lo que ganan. Otros, los menos potentados, hasta el 40% de
sus salarios.
Así paga José Luis de Jesús,
por ejemplo, a sus enormes guardaespaldas, vestidos como
agentes del Servicio Secreto, auricular incluido.
«Necesito protección», se justifica, «porque voy a ser el
presidente del mayor gobierno que ha tenido el planeta».
De hecho, el púlpito desde el que predica se adorna con un
sello calcado del timbre presidencial de EEUU.
De Argentina a Australia, en
efecto, todo un éxito de fe. Porque la de José Luis de
Jesús es una doctrina de fácil digestión: «Las personas
nos equivocamos, pero no pecamos, porque el pecado no
existe». Lo que tantos están deseando oír. Pero que nadie
se asuste. Nada que ver con Satán: «Ni el diablo ni el
infierno existen. Jesús los destruyó en la cruz hace 2.000
años».
LO DICHO Y HECHO
«Las Escrituras hablan de mí,
San Juan habla de mí, y siento que no me hayan entendido»
1946: Nace en Puerto Rico.
1973: Dice que Jesús se le aparece en sueños y se encarna
en él. 1986: Funda Creciendo en Gracia en un almacén de
Hialeah (Florida), una de las ciudades con mayor
porcentaje de población hispana de EEUU. 1998: Sostiene
que es la reencarnación de San Pablo. 2004: Se proclama
Cristo durante una convención de su iglesia en Venezuela y
se divorcia de su mujer. Enero de 2007: Se declara el
Anticristo.
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