El
exterior redondo, sin ventanas, se asemeja más a una prisión de máxima seguridad
o a un acuario de ballenas que a cualquier cosa remotamente católica. La grandes
paredes de
concreto que
atraviesan
el
centro y se unen a la
parte
trasera tiene la
apariencia
de las cosas
extra-terrestres
que vemos
en el cine.
El
edifício podría
ser llamado
"centro intergalático para
la
paz entre los
planetas"
y nadie lo
objetaría.
El
interior
cavernoso del
edificio
es
rígido
y
frio, el
equivalente espiritual
de un
freezer gigante.
La
parte del
gran crucifijo,
grotesco
con
Nuestro Señor
Jesucristo con cara de hombre de
neandertal,
el
edifício puede
confundirse con algo
de las naciones unidas. La ausencia de ventanas aumenta esa
fealdad.
Detrás
del crucifijo hay un gran mosaico
"de
la
Jerusalén
celestial",
de
arte - moderno, pero
no tan ofensivo como el resto del edificio.
El "Santísimo
Sacramento"
se encuentra en algún
área apartada imposible de
encontrar,
o bien está cerrado al
público.
No hay
ninguna
lámpara
en el
Santuario.
Un sacerdote amigo
estuvo buscando el Tabernáculo durante
15 minutos
y no encontró
nada. Pergunté
a
otro padre que andaba
por allí dónde
estaba
el
Tabernáculo, y me
contestó:
"No
tengo la menor idea",
medio riendo ante
tamaño
absurdo.