Ha pasado a la
Historia como uno de los más infames personajes que hayan
existido nunca: como el gran traidor que vendió a Cristo a
cambio de 30 monedas de plata y que, después de cometer
semejante felonía, se ahorcó acechado por el insoportable
sentimiento de culpabilidad. Pero ¿y si no fuera así?
El escritor
británico Jeffrey Archer, que con más de 125 millones de
libros vendidos es uno de los principales autores de best-sellers,
ha querido contar la versión de los hechos desde el punto
de vista del apóstol delator. Y,
asesorado en todo momento
por el reputado teólogo Francis J. Maloney, profesor de
Nuevo Testamento en la Universidad Católica de Washington
y uno de los asesores teológicos del papa Benedicto XVI,
ha escrito El Evangelio según Judas, un librito de 102
páginas que, tanto por sus dimensiones como por el estilo
en el que está redactado (en versículos), narra la vida de
Jesús de Nazaret siguiendo las pautas de los Evangelios
escritos por san Mateo, san Marcos, san Lucas o san Juan.
Sólo que aquí es la perspectiva de Judas la que se impone,
a través de la voz de su hijo primogénito, Benjamín
Iscariote.
Pero todo lo
que se cuenta en este libro de ficción podría haber
ocurrido en realidad... «Entre las severas condiciones que
el profesor Maloney me impuso para aceptar colaborar
conmigo es que El Evangelio de Judas no podía contener
nada que no pudiese haber sucedido en realidad», subrayaba
ayer Jeffrey Archer durante la presentación en Roma del
libro, lanzado simultáneamente en ocho lenguas y que en
España desembarca de la mano de la editorial Umbriel.
La obra
rehabilita de alguna manera la denostada figura de Judas y
desmonta algunas de las más arraigadas creencias populares
en torno a su figura. Como, por ejemplo, el que vendiera a
Cristo a cambio de las famosas 30 monedas de plata.
«Ningún estudioso del Nuevo Testamento que se precie está
de acuerdo con esa afirmación», señala el profesor Maloney,
subrayando además que sólo el Evangelio de san Marcos hace
referencia a ese pago.
Según Francis
J. Maloney, un salesiano que durante 18 años ha formado
parte de la Comisión Teológica Internacional de la Santa
Sede, Judas tampoco se ahorcó después de entregar a Jesús
ni, como cuenta el Evangelio de san Lucas, falleció a
causa de un accidente: vivió hasta una edad avanzada y
tuvo la misma muerte que Cristo: fue crucificado por los
romanos en Khirbet Oumaran.
Es verdad que
el apóstol maldito nunca creyó que en las bodas de Caná
Jesús obrara el milagro de transformar el agua en vino ni
tampoco aceptó jamás que hubiera caminado sobre las aguas.
Pero esos dos prodigios también los ponen en duda la
mayoría de los especialistas en el Nuevo Testamento,
con el profesor
Maloney a la cabeza.
«Mi opinión
personal, y la de la mayoría de los estudiosos de los
Evangelios, católicos o no, es que se trata de relatos
amplificados a base de ser narrados una y otra vez en un
periodo en el que la Iglesia primitiva elaboraba historias
en las que la presencia de Jesús tendía a ser similar a la
del Dios de Israel en los acontecimientos narrados en el
Viejo Testamento», afirma.
Maloney sostiene que la omisión de algunos versículos del evangelio es
deliberada, debido a que hay acuerdo entre los académicos que han
estudiado la Biblia y que están de acuerdo en que
muchos pasajes fueron
inventados por los autores originales de esos volúmenes básicos de la fe
cristiana.
En el caso de la supuesta conversión del agua en vino, por ejemplo,
Maloney sostiene que la invención "proviene del profundo deseo de mostrar
a Jesús, como el Dios de Israel, como el creador mesiánico de cosas
buenas".
Silencio
vaticano
Buena prueba
de que, efectivamente, El Evangelio de Judas no contiene
ningún despropósito de tipo histórico o bíblico es que no
haya empujado al Vaticano a levantar su voz contra este
libro. Más bien todo lo contrario:
el libro fue presentado
ayer en Roma por monseñor Stephen Pisano, rector de la
facultad de Sagradas Escrituras del Pontificio Instituto
Bíblico, en lo que muchos han interpretado como una
bendición implícita de la Iglesia a la obra.
Algo que, sin
embargo, el propio Pisano se encargaba ayer de desmentir.
«Siento un enorme respeto por Maloney como estudioso del
Nuevo Testamento y estoy muy interesado en conocer su
versión de lo que sucedió o no. Pero esta presentación no
significa que el Instituto Bíblico, el Vaticano o el Papa
respalden este libro», precisaba.
«Conozco
personalmente al Papa desde hace muchos años. Hay algunas
partes de su pensamiento filosófico y teológico que no
comparto, pero le respeto mucho», indicaba por su parte
Maloney. «Y tengo la sospecha de que ha leído el libro,
porque es un hombre muy interesado en la figura de Judas.
Pero es posible que no le haya gustado».