NOTICIAS DE LA IGLESIA
CONCILIAR
Madrid:
El arzobispado cierra una iglesia 'roja' en
Vallecas
- Es la parroquia de San Carlos Borromeo, abierta hace casi 30
años.
- La dirigen tres párrocos pertenecientes a la Teología de la
Liberación.
- Rouco les acusa de no ajustarse a la doctrina oficial sobre la
liturgia.
- Dan misa en vaqueros, aceptan ateos y musulmanes y reparten
rosquillas en vez de hostias.
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DOS NIÑOS
PINTAN UNA PANCARTA CON UN LEMA DE RESISTENCIA |
INTERIOR
DE LA "IGLESIA" (TÍPICO TEMPLO CONCILIAR) |
La
parroquia de San Carlos Borromeo, en el distrito madrileño de Entrevías, ha
saltado a la luz pública esta semana a cuenta de la negativa de sacerdotes y
feligresía a acatar la decisión tomada por el Arzobispado de Madrid de «cerrar
al culto» la iglesia y destinar sus instalaciones a un centro de acción social
dirigido por Cáritas. La toma de postura de la diócesis dirigida por el cardenal
Antonio María Rouco fue oficializada el pasado lunes mediante una nota, en la
que se recordaba que la citada parroquia «según las decisiones tomadas en 1985
por el Arzobispado de Madrid», que ahora «toman forma jurídica», fue «eximida de
las responsabilidades pastorales en relación a los fieles del territorio».
Las causas, según los párrocos, es que la
jerarquía eclesiástica de Madrid, encabezada por el cardenal Rouco
Varela, entiende que ni la liturgia ni la catequesis que ofrecen
en la parroquia se ajusta a la doctrina oficial de la Iglesia. La decisión
se la notificaron el pasado martes.
Sede del cura rojo
Uno de los tres párrocos que lleva la iglesia es
Enrique de Castro, conocido como el cura rojo,
que lleva 26 años en San Carlos Borromeo.
Graves faltas a la Eucaristía
En concreto, los sacerdotes habían sido
acusados de realizar la Eucaristía sin los ornamentos propios del
sacerdote (alba y estola, entre ellos), no respetar los tiempos y la forma
en la liturgia y, sobre todo, algunos aspectos «especialmente graves»,
como el hecho de consagrar y repartir rosquillas y bizcochos a los jóvenes
en lugar de hostias, lo cual, afirmaron a este diario fuentes del
Arzobispado, «resulta sumamente grave».
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