Durante su viaje a Israel, el papa Benedicto XVI ha visitado el
monumento, Yad Vashem, a las víctimas del Holocausto. Allí el Pontífice
depositó una corona de flores y declaró que el sufrimiento de las
víctimas "nunca debe ser negado, olvidado o rebajado". A
principios de este año, Benedicto XVI se vio envuelto en un polémico
asunto al no haberse distanciado suficientemente de la opinión del
obispo británico, Richard Williamson, quien declaró no tener
pruebas de la existencia de las cámaras de gas nazis. Los israelíes
se encuentran divididos acerca de la visita del Papa, entre otras
razones, por el asunto Williamson. En comparación, el predecesor
del actual Pontífice, Juan Pablo II tuvo una cálida relación con
el pueblo judío. Además, Israel también manifestó sus reservas
ante la posible canonización del papa Pío XII, quien durante la
Segunda Guerra Mundial tuvo un comportamiento pasivo frente a la
persecución de los judíos.
Benedicto XVI ha honrado hoy a las víctimas del Holocausto en el Memorial
«Yad Vashem» de Jerusalén, donde ha abogado por que "nunca más un
horror similar pueda deshonrar a la humanidad".«¡Que los nombres de estas
víctimas jamás se olviden, que sus sufrimientos jamás sean negados, olvidados
o rebajados. Que todas las personas de buena voluntad vigilen para erradicar del
corazón humano cualquier cosa que lleve a tragedias similares a esta!», ha
clamado el Papa.
En el interior del Memorial, donde descansan las cenizas de los judíos
asesinados durante el nazismo y están escritos sus nombres, Benedicto XVI ha
homenajeado a las víctimas de dos maneras: ha reavivado la «llama de la
memoria» y ha depositado una corona de flores en las lápidas.
Durante el acto,
Ratzinger ha estado acompañado
por el presidente israelí, Simon Peres, el titular del Parlamento israelí (Knesset), Reuven
Rivlin, y el rabino del Memorial.
Anexo al Yad Vashem también hay un Museo en el que se exhibe una foto del
papa Pío XII bajo un polémico epígrafe en el que se le acusa de haber callado
mientras millones de judíos eran conducidos a los campos de exterminio[1]. Aunque
altos dirigentes vaticanos expresaron su malestar y pidieron que fuera retirada
la foto, al considerar que son falsas las acusaciones contra Pío XII, ésta
permanece por lo que hoy Benedicto XVI no visitó el museo.
De hecho, desde que aterrizó en Israel, la visita está teniendo un
carácter muy familiar. Antes del acto de Yad Vashem, el Papa ha visitado a
Peres en el palacio presidencial, donde han degustado unas frutas. El presidente
israelí ha obsequiado al Pontífice con un ramo de espigas de trigo, mientras
que Benedicto XVI le ha regalado un esmalte que reproduce un candelabro de siete
brazos (Menorah), realizado en los Museos Vaticanos. Además, ambos jefes de
Estado han plantado juntos un pequeño olivo en el jardín de la casa
presidencial.