65 puntos doctrinales erróneos que sostienen
los modernistas acerca de la Iglesia, la revelación, Cristo y los sacramentos.
Estas proposiciones están condenadas como errores incompatibles con la
Fe católica en el decreto del Santo Oficio Lamentabili, 3 de julio de 1907,
bajo reinado de San Pío X y figuran como proposiciones de Fe. (Ver Dz
2001/2065)
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D-2001
1. La ley eclesiástica que manda someter a previa censura los libros que
tratan de las Escrituras divinas, no se extiende a los cultivadores de la crítica
o exégesis científica de los Libros Sagrados del Antiguo y del Nuevo
Testamento.
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D-2002
2. La interpretación que la Iglesia hace de los Libros Sagrados no debe
ciertamente, despreciarse ; pero está sujeta al más exacto juicio y
corrección de los exegetas.
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D-2003
3. De los juicios y censuras eclesiásticas dadas contra la exégesis libre
y más elevada, puede colegirse que la fe propuesta por la Iglesia
contradice a la historia, y que los dogmas católicos no pueden realmente
conciliarse con los más verídicos orígenes de la religión cristiana.
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D-2004
4. El magisterio de la Iglesia no puede determinar el genuino sentido de las
Sagradas Escrituras, ni siquiera por medio de definiciones dogmáticas.
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D-2005
5. Como quiera que en el depósito de la fe sólo se contienen las verdades
reveladas, no toca a la Iglesia bajo ningún respeto dar juicio sobre las
aserciones de las disciplinas humanas.
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D-2006
6. En la definición de las verdades de tal modo colaboran la Iglesia
discente y la docente, que sólo le queda a la docente sancionar las
opiniones comunes de la discente.
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D-2007
7. Al proscribir los errores, la Iglesia no puede exigir a los fieles
asentimiento interno alguno, con que abracen los juicios por ella
pronunciados.
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D-2008
8. Deben considerarse inmunes de toda culpa los que no estiman en nada las
reprobaciones de la Sagrada Congregación del Indice y demás Congregaciones
romanas.
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D-2009
9. Excesiva simplicidad o ignorancia manifiestan los que creen que Dios es
verdaderamente autor de la Sagrada Escritura.
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D-2010
10. La inspiración de los libros del Antiguo Testamento consiste en que los
escritores israelitas enseñaron las doctrinas religiosas bajo un peculiar
aspecto poco conocido o ignorado por los gentiles.
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D-2011
11. La inspiración divina no se extiende a toda la Sagrada Escritura, de
modo que preserve de todo error a todas y cada una de sus partes.
-
D-2012
12. Si el exegeta quiere dedicarse con provecho a los estudios bíblicos
debe ante todo dar de mano a toda opinión preconcebida sobre el origen
sobrenatural de la Escritura e interpretarla no de otro modo que los demás
documentos puramente humanos.
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D-2013
13. Las parábolas evangélicas, las compusieron artificiosamente los mismos
evangelistas y los cristianos de la segunda y tercera generación, y de este
modo dieron, razón del escaso fruto de la predicación de Cristo entre los
judíos.
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D-2014
14. En muchas narraciones, los evangelistas no tanto refirieron lo que es
verdad, cuanto lo que creyeron más provechoso para los lectores, aunque
fuera falso.
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D-2015
15. Los evangelios fueron aumentados con adiciones y correcciones continuas
hasta llegar a un canon definitivo y constituído; en ellos, por ende, no
quedó sino un tenue e incierto vestigio de la doctrina de Cristo.
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D-2016
16. Las narraciones de Juan no son propiamente historia, sino una
contemplación mística del Evangelio; los discursos contenidos en su
Evangelio son meditaciones teológicas, acerca del misterio de la salud,
destituidas de verdad histórica.
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D-2017
17. El cuarto Evangelio exageró los milagros, no sólo para que aparecieran
más extraordinarios, sino también para que resultaran más aptos para
significar la obra y la gloria del Verbo Encarnado.
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D-2018
18. Juan vindica para sí el carácter de testigo de Cristo; pero en
realidad no es sino testigo eximio de la vida cristiana, o sea, de la vida
de Cristo en la Iglesia al final del siglo I.
-
D-2019
19. Los exegetas heterodoxos han expresado el verdadero sentido de las
Escrituras con más fidelidad que los exegetas católicos.
D-2020
20. La revelación no pudo ser otra cosa que la conciencia adquirida por el
hombre de su relación para con Dios.D-2021
21. La revelación que constituye el objeto de la fe católica, no quedó
completa con los Apóstoles.D-2022
22. Los dogmas que la Iglesia presenta como revelados, no son verdades
bajadas del cielo, sino una interpretación de hechos religiosos que la
mente humana se elaboró con trabajoso esfuerzo.D-2023
23. Puede existir y de hecho existe oposición entre los hechos que se
cuentan en la Sagrada Escritura y los dogmas de la Iglesia que en ellos se
apoyan; de suerte que el crítico puede rechazar, como falsos, hechos que la
Iglesia cree verdaderísimos y certísimos.D-2024
24. No se debe desaprobar al exegeta que establece premisas de las que se
sigue que los dogmas son históricamente falsos o dudosos, con tal que
directamente no niegue los dogmas mismos.D-2025
25. El asentimiento de la fe estriba en último término en una suma de
probabilidades.D-2026
26. Los dogmas de fe deben retenerse solamente según el sentido práctico,
esto es, como norma preceptiva del obrar, mas no como norma de fe.D-2027
27. La divinidad de Jesucristo no se prueba por los Evangelios; sino que es
un dogma que la conciencia cristiana dedujo de la noción de Mesías.D-2028
28. Al ejercer su ministerio, Jesús no hablaba con el fin de enseñar que
El era el Mesías, ni sus milagros se enderezaban a demostrarlo.D-2029
29. Es lícito conceder que el Cristo que presenta la Historia es muy
inferior al Cristo que es objeto de la fe.D-2030
30. En todos los textos del Evangelio, el nombre de Hijo de Dios equivale
solamente al nombre de Mesías ; pero en modo alguno significa que Cristo
sea verdadero y natural hijo de Dios.D-2031
31. La doctrina sobre Cristo que enseñan Pablo, Juan y los Concilios de
Nicea, Efeso y Calcedonia, no es la que Jesús enseñó, sino la que sobre
Jesús concibió la conciencia cristiana.D-2032
32. El sentido natural de los textos evangélicos no puede conciliarse con
lo que nuestros teólogos enseñan sobre la conciencia y ciencia infalible
de Jesucristo.D-2033
33. Es evidente para cualquiera que no se deje llevar de opiniones
preconcebidas que o Jesús profesó el error sobre el próximo advenimiento
mesiánico o que mayor parte de su doctrina contenida en los evangelios sinópticos
carece de autenticidad.D-2034
34. El crítico no puede conceder a Cristo una ciencia no circunscrita por límite
alguno, si no es sentando la hipótesis, que no puede concebirse históricamente
y que repugna al sentido moral, de que Cristo como hombre tuvo la ciencia de
Dios y que, sin embargo, no quiso comunicar con sus discípulos ni con la
posteridad el conocimiento de tantas cosas.D-2035
35. Cristo no tuvo siempre conciencia de su dignidad mesiánica.D-2036
36. La resurrección del Salvador no es propiamente un hecho de orden histórico,
sino un hecho de orden meramente sobrenatural, ni demostrado ni demostrable,
que la conciencia cristiana derivó paulatinamente de otros hechos.D-2037
37. La fe en la resurrección de Cristo no versó al principio tanto sobre
el hecho mismo de la resurrección, cuanto sobre la vida inmortal de Cristo
en Dios.D-2038
38. La doctrina sobre la muerte expiatoria de Cristo no es evangélica, sino
solamente paulina.D-2039
39. Las opiniones sobre el origen de los sacramentos de que estaban imbuídos
los Padres de Trento y que tuvieron sin duda influjo sobre sus cánones dogmáticos,
distan mucho de las que ahora dominan con razón entre quienes investigan
históricamente el cristianismo.D-2040
40. Los sacramentos tuvieron su origen del hecho de que los Apóstoles y sus
sucesores, por persuadirles y moverles las circunstancias y acontecimientos,
interpretaron cierta idea e intención de Cristo.D-2041
41. Los sacramentos no tienen otro fin que evocar en el alma del hombre la
presencia siempre benéfica del Creador.D-2042
42. La comunidad cristiana introdujo la necesidad del bautismo, adoptándolo
como rito necesario y ligando a él las obligaciones de la profesión
cristiana.D-2043
43. La costumbre de conferir el bautismo a los niños fué una evolución
disciplinar y constituyó una de las causas por que este sacramento se
dividió en dos: el bautismo y la penitencia.D-2044
44. Nada prueba que el rito del sacramento de la confirmación fuera usado
por los Apóstoles, y la distinción formal de dos sacramentos: bautismo y
confirmación, nada tiene que ver con la historia del cristianismo
primitivo.D-2045
45. No todo lo que Pablo cuenta sobre la institución de la Eucaristía [1
Cor. 11, 23-25], ha de tomarse históricamente.D-2046
46. En la primitiva Iglesia no existió el concepto del cristiano pecador
reconciliado por autoridad de la Iglesia, sino que la Iglesia sólo muy
lentamente se fué acostumbrando a este concepto; es más, aún después que
la penitencia fué reconocida como institución de la Iglesia, no se llamaba
con el nombre de sacramento, porque era tenida por sacramento
ignominioso.D-2047
47. Las palabras de Cristo: Recibid el Espíritu Santo; a quienes
perdonareis los pecados, les son perdonados y a quienes se los retuviereis
le son retenidos [Ioh. 2, 22-23] no se refieren al sacramento de la
penitencia, sea lo que fuere de lo que plugo afirmar a los Padres del
Tridentino.D-2048
48. Santiago, en su carta [Iac. 5, 14 ss] no intenta promulgar sacramento
alguno de Cristo, sino recomendar alguna piadosa costumbre, y si en esta
costumbre ve tal vez algún medio de gracia, no lo toma con aquel rigor con
que lo tomaron los teólogos que establecieron la noción y el número de
los sacramentos,D-2049
49. Cuando la cena cristiana fué tomando poco a poco carácter de acción
litúrgica, los que acostumbraban presidir la cena, adquirieron carácter
sacerdotal.D-2050
50. Los ancianos que en las reuniones de los cristianos desempeñaban el
cargo de vigilar, fueron instituidos por los Apóstoles presbíteros u
obispos para atender a la necesaria organización de las crecientes
comunidades, pero no propiamente para perpetuar la misión y potestad apostólica.D-2051
51. En la Iglesia, el matrimonio no pudo convertirse en sacramento de la
nueva ley, sino muy tardíamente. Efectivamente, para que el matrimonio
fuera tenido por sacramento, era necesario que precediera la plena explicación
teológica de la doctrina de los sacramentos y de la gracia.D-2052
52. Fué ajeno a la mente de Cristo constituir la Iglesia como sociedad que
había de durar por una larga serie de siglos sobre la tierra; más bien, en
la mente de Cristo, el reino del cielo estaba a punto de llegar juntamente
con el fin del mundo.D-2053
53. La constitución orgánica de la Iglesia no es inmutable, sino que la
sociedad cristiana, lo mismo que la sociedad humana, está sujeta a perpetua
evolución.D-2054
54. Los dogmas, los sacramentos y la jerarquía, tanto en su nocióncomo en
su realidad, no son sino interpretaciones y desenvolvimientos de la
inteligencia cristiana que por externos acrecentamientos aumentaron y
perfeccionaron el exiguo germen oculto en el Evangelio.D-2055
55. Simón Pedro ni sospechó siquiera jamás que le hubiera sidoencomendado
por Cristo el primado de la Iglesia.D-2056
56. La Iglesia Romana se convirtió en cabeza de todas las Iglesias no por
ordenación de la divina Providencia, sino por circunstancias meramente políticas.D-2057
57. La Iglesia se muestra hostil al progreso de las ciencias naturales y
teológicas.D-2058
58. La verdad no es más inmutable que el hombre mismo, pues se desenvuelve
con él, en él y por él.D-2059
59. Cristo no enseñó un cuerpo determinado de doctrina aplicable a todos
los tiempos y a todos los hombres, sino que inició más bien cierto
movimiento religioso, adaptado o para adaptar a los diversos tiempos y
lugares.D-2060
60. La doctrina cristiana fué en sus comienzos judaica, y por sucesivos
desenvolvimientos se hizo primero paulina, luego joánica y finalmente helénica:
y universal.D-2061
61. Puede decirse sin paradoja que ningún capítulo de la Escritura, desde
el primero del Génesis, hasta el último del Apocalipsis, contiene doctrina
totalmente idéntica a la que sobre el mismo punto enseña la Iglesia; y por
ende ningún capítulo de la Escritura tiene el mismo sentido para el crítico
que para el teólogo.D-2062
62. Los principales artículos del Símbolo Apostólico no tenían para los
cristianos de los primeros tiempos la misma significación que tienen para
los cristianos de nuestro tiempo.D-2063
63. La Iglesia se muestra incapaz de defender eficazmente la moral evangélica,
pues obstinadamente se apega a doctrinas inmutables que no pueden
conciliarse con los progresos modernos.D-2064
64. El progreso de las ciencias demanda que se reformen los conceptos de la
doctrina cristiana sobre Dios, la creación, la revelación, la persona del
Verbo Encarnado y la redención.D-2065
65. El catolicismo actual no puede conciliarse con la verdadera ciencia, si
no se transforma en un cristianismo no dogmático, es decir, en
protestantismo amplio y liberal.D-2065a Censura: «Su Santidad aprobó y
confirmó el decreto de los Eminentísimos Padres y mandó que todas y cada
una de las proposiciones arriba enumeradas fueran por todos tenidas como
reprobadas y proscritas» (v. 2114).
D-2019
19. Los exegetas heterodoxos han expresado el verdadero sentido de las
Escrituras con más fidelidad que los exegetas católicos.D-2020
20. La revelación no pudo ser otra cosa que la conciencia adquirida por el
hombre de su relación para con Dios.D-2021
21. La revelación que constituye el objeto de la fe católica, no quedó
completa con los Apóstoles.D-2022
22. Los dogmas que la Iglesia presenta como revelados, no son verdades
bajadas del cielo, sino una interpretación de hechos religiosos que la
mente humana se elaboró con trabajoso esfuerzo.D-2023
23. Puede existir y de hecho existe oposición entre los hechos que se
cuentan en la Sagrada Escritura y los dogmas de la Iglesia que en ellos se
apoyan; de suerte que el crítico puede rechazar, como falsos, hechos que la
Iglesia cree verdaderísimos y certísimos.D-2024
24. No se debe desaprobar al exegeta que establece premisas de las que se
sigue que los dogmas son históricamente falsos o dudosos, con tal que
directamente no niegue los dogmas mismos.D-2025
25. El asentimiento de la fe estriba en último término en una suma de
probabilidades.D-2026
26. Los dogmas de fe deben retenerse solamente según el sentido práctico,
esto es, como norma preceptiva del obrar, mas no como norma de fe.D-2027
27. La divinidad de Jesucristo no se prueba por los Evangelios; sino que es
un dogma que la conciencia cristiana dedujo de la noción de Mesías.D-2028
28. Al ejercer su ministerio, Jesús no hablaba con el fin de enseñar que
El era el Mesías, ni sus milagros se enderezaban a demostrarlo.D-2029
29. Es lícito conceder que el Cristo que presenta la Historia es muy
inferior al Cristo que es objeto de la fe.D-2030
30. En todos los textos del Evangelio, el nombre de Hijo de Dios equivale
solamente al nombre de Mesías ; pero en modo alguno significa que Cristo
sea verdadero y natural hijo de Dios.D-2031
31. La doctrina sobre Cristo que enseñan Pablo, Juan y los Concilios de
Nicea, Efeso y Calcedonia, no es la que Jesús enseñó, sino la que sobre
Jesús concibió la conciencia cristiana.D-2032
32. El sentido natural de los textos evangélicos no puede conciliarse con
lo que nuestros teólogos enseñan sobre la conciencia y ciencia infalible
de Jesucristo.D-2033
33. Es evidente para cualquiera que no se deje llevar de opiniones
preconcebidas que o Jesús profesó el error sobre el próximo advenimiento
mesiánico o que mayor parte de su doctrina contenida en los evangelios sinópticos
carece de autenticidad.D-2034
34. El crítico no puede conceder a Cristo una ciencia no circunscrita por límite
alguno, si no es sentando la hipótesis, que no puede concebirse históricamente
y que repugna al sentido moral, de que Cristo como hombre tuvo la ciencia de
Dios y que, sin embargo, no quiso comunicar con sus discípulos ni con la
posteridad el conocimiento de tantas cosas.D-2035
35. Cristo no tuvo siempre conciencia de su dignidad mesiánica.D-2036
36. La resurrección del Salvador no es propiamente un hecho de orden histórico,
sino un hecho de orden meramente sobrenatural, ni demostrado ni demostrable,
que la conciencia cristiana derivó paulatinamente de otros hechos.D-2037
37. La fe en la resurrección de Cristo no versó al principio tanto sobre
el hecho mismo de la resurrección, cuanto sobre la vida inmortal de Cristo
en Dios.D-2038
38. La doctrina sobre la muerte expiatoria de Cristo no es evangélica, sino
solamente paulina.D-2039
39. Las opiniones sobre el origen de los sacramentos de que estaban imbuídos
los Padres de Trento y que tuvieron sin duda influjo sobre sus cánones dogmáticos,
distan mucho de las que ahora dominan con razón entre quienes investigan
históricamente el cristianismo.D-2040
40. Los sacramentos tuvieron su origen del hecho de que los Apóstoles y sus
sucesores, por persuadirles y moverles las circunstancias y acontecimientos,
interpretaron cierta idea e intención de Cristo.D-2041
41. Los sacramentos no tienen otro fin que evocar en el alma del hombre la
presencia siempre benéfica del Creador.D-2042
42. La comunidad cristiana introdujo la necesidad del bautismo, adoptándolo
como rito necesario y ligando a él las obligaciones de la profesión
cristiana.D-2043
43. La costumbre de conferir el bautismo a los niños fué una evolución
disciplinar y constituyó una de las causas por que este sacramento se
dividió en dos: el bautismo y la penitencia.D-2044
44. Nada prueba que el rito del sacramento de la confirmación fuera usado
por los Apóstoles, y la distinción formal de dos sacramentos: bautismo y
confirmación, nada tiene que ver con la historia del cristianismo
primitivo.D-2045
45. No todo lo que Pablo cuenta sobre la institución de la Eucaristía [1
Cor. 11, 23-25], ha de tomarse históricamente.D-2046
46. En la primitiva Iglesia no existió el concepto del cristiano pecador
reconciliado por autoridad de la Iglesia, sino que la Iglesia sólo muy
lentamente se fué acostumbrando a este concepto; es más, aún después que
la penitencia fué reconocida como institución de la Iglesia, no se llamaba
con el nombre de sacramento, porque era tenida por sacramento
ignominioso.D-2047
47. Las palabras de Cristo: Recibid el Espíritu Santo; a quienes
perdonareis los pecados, les son perdonados y a quienes se los retuviereis
le son retenidos [Ioh. 2, 22-23] no se refieren al sacramento de la
penitencia, sea lo que fuere de lo que plugo afirmar a los Padres del
Tridentino.D-2048
48. Santiago, en su carta [Iac. 5, 14 ss] no intenta promulgar sacramento
alguno de Cristo, sino recomendar alguna piadosa costumbre, y si en esta
costumbre ve tal vez algún medio de gracia, no lo toma con aquel rigor con
que lo tomaron los teólogos que establecieron la noción y el número de
los sacramentos,D-2049
49. Cuando la cena cristiana fué tomando poco a poco carácter de acción
litúrgica, los que acostumbraban presidir la cena, adquirieron carácter
sacerdotal.D-2050
50. Los ancianos que en las reuniones de los cristianos desempeñaban el
cargo de vigilar, fueron instituidos por los Apóstoles presbíteros u
obispos para atender a la necesaria organización de las crecientes
comunidades, pero no propiamente para perpetuar la misión y potestad apostólica.D-2051
51. En la Iglesia, el matrimonio no pudo convertirse en sacramento de la
nueva ley, sino muy tardíamente. Efectivamente, para que el matrimonio
fuera tenido por sacramento, era necesario que precediera la plena explicación
teológica de la doctrina de los sacramentos y de la gracia.D-2052
52. Fué ajeno a la mente de Cristo constituir la Iglesia como sociedad que
había de durar por una larga serie de siglos sobre la tierra; más bien, en
la mente de Cristo, el reino del cielo estaba a punto de llegar juntamente
con el fin del mundo.D-2053
53. La constitución orgánica de la Iglesia no es inmutable, sino que la
sociedad cristiana, lo mismo que la sociedad humana, está sujeta a perpetua
evolución.D-2054
54. Los dogmas, los sacramentos y la jerarquía, tanto en su nocióncomo en
su realidad, no son sino interpretaciones y desenvolvimientos de la
inteligencia cristiana que por externos acrecentamientos aumentaron y
perfeccionaron el exiguo germen oculto en el Evangelio.D-2055
55. Simón Pedro ni sospechó siquiera jamás que le hubiera sidoencomendado
por Cristo el primado de la Iglesia.D-2056
56. La Iglesia Romana se convirtió en cabeza de todas las Iglesias no por
ordenación de la divina Providencia, sino por circunstancias meramente políticas.D-2057
57. La Iglesia se muestra hostil al progreso de las ciencias naturales y
teológicas.D-2058
58. La verdad no es más inmutable que el hombre mismo, pues se desenvuelve
con él, en él y por él.D-2059
59. Cristo no enseñó un cuerpo determinado de doctrina aplicable a todos
los tiempos y a todos los hombres, sino que inició más bien cierto
movimiento religioso, adaptado o para adaptar a los diversos tiempos y
lugares.D-2060
60. La doctrina cristiana fué en sus comienzos judaica, y por sucesivos
desenvolvimientos se hizo primero paulina, luego joánica y finalmente helénica:
y universal.D-2061
61. Puede decirse sin paradoja que ningún capítulo de la Escritura, desde
el primero del Génesis, hasta el último del Apocalipsis, contiene doctrina
totalmente idéntica a la que sobre el mismo punto enseña la Iglesia; y por
ende ningún capítulo de la Escritura tiene el mismo sentido para el crítico
que para el teólogo.D-2062
62. Los principales artículos del Símbolo Apostólico no tenían para los
cristianos de los primeros tiempos la misma significación que tienen para
los cristianos de nuestro tiempo.D-2063
63. La Iglesia se muestra incapaz de defender eficazmente la moral evangélica,
pues obstinadamente se apega a doctrinas inmutables que no pueden
conciliarse con los progresos modernos.D-2064
64. El progreso de las ciencias demanda que se reformen los conceptos de la
doctrina cristiana sobre Dios, la creación, la revelación, la persona del
Verbo Encarnado y la redención.D-2065
65. El catolicismo actual no puede conciliarse con la verdadera ciencia, si
no se transforma en un cristianismo no dogmático, es decir, en
protestantismo amplio y liberal.D-2065a Censura: «Su Santidad aprobó y
confirmó el decreto de los Eminentísimos Padres y mandó que todas y cada
una de las proposiciones arriba enumeradas fueran por todos tenidas como
reprobadas y proscritas» (v. 2114).
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