TODOS ESTABAN ALLÍ
PARA RENDIR
HOMENAJE
A UNO DE LOS SUYOS
TRES PRESIDENTES NORTEAMERICANOS DE RODILLAS DELANTE DE JUAN PABLO II. GEORGE W. BUSH Y SU ESPOSA LAURA, GEORGE BUSH Y BILLCLINTON, SE ARRODILLARON UNOS INSTANTES ANTE LOS DESPOJOS MORTALES DE JP II |
¡Cómo no temblar recordando la terrible profecía
de Nuestro Señor: «¡Ay cuando dijeren bien de vosotros
todos los hombres, porque así fue como vuestros padres hicieron con los falsos
profetas!»
(Luc, vi, 26). ¡Qué lejos
nos encontramos de la línea divisoria, que nos permite saber quién es quién,
del precepto enseñado por Nuestro Señor y transmitido por los tres
evangelistas sinópticos: «Seréis aborrecidos por todos a causa de mi
nombre» (Mat., X, 22; Mc., XIII,
13; Luc, XXI, 17). ¡Los fieles del Vaticano de ellos, olvidando
los principios básicos, pierden la cabeza y, esclavos de los medios,
reclaman una "canonización inmediata"! Era previsible y estaba
previsto, pero tal ceguera es un terrible castigo. ¿No terminó por enseñar, en Mayence, el 17 de noviembre de 1982, esa apostasía suprema de que la Alianza con Israel jamás fue revocada[1]? Esa declaración demuestra que Juan Pablo II no creía que Cristo fue el Mesías. En 1997 hablará de «interpretaciones erróneas e injustas del Nuevo Testamento relativas al pueblo judío» (es en esos términos que calificará de error, la antigua enseñanza). ¿Y en el año 2000, no debía coronar su apostasía yendo al Monte Sinaí a preparar la nueva religión universal? ¡Cómo olvidar la blasfemia contra el primer mandamiento! ¡Desde Asís, vemos por todos lados sacrilegios! Ningún "cardenal", ningún "obispo" (hablamos de los "conciliares") ha gritado ¡escándalo! ¡Todos comulgan con la misma apostasía! ¡Y todavía hay algunos que dudan de que este "papa" sea hereje! ¡Hasta un Padre Belmont teme decirlo, limitándose a hablar de "falsos principios", de "proposiciones que arruinan la Fe", sin utilizar jamás la palabra "hereje"! Su ceguera los convierte a ellos mismos en herejes. ¡Qué castigo! Sus fieles están pervertidos hasta tal punto que pierden todo sentido crítico y no ven que ya no queda nada de la Fe católica, que son miembros de la fe masónica mundialista. ¡Cuantos han perdido la cabeza y se la hacen perder a los otros! El último Aletheia, (n° 73) de Yves Chiron, es un llamativo ejemplo. ¡¡¡Yves Chiron llega a escribir que Juan Pablo II fue un "papa intransigente dentro de la línea de Pío IX y Pío XI", "profundamente antiliberal y antimoderno"!!! ¡Qué delirio! ¡Y habla un historiador! ¡Un profesor de historia que se dice católico! ¡Asombroso! ¡Se ha caído bien bajo! Y no hablemos del abbé Aulagnier o de Présent! ¡Todos pierden la cabeza! he descubierto que nadie entre los que se sienten defensores de la Fe o que se dicen la sal de la tierra, ha recordado estos evidentes principios. Se creen "justos" tratando de bosquejar un cuadro en
dos columnas, una positiva y otra negativa. Se olvida el estrago universal y
profundo hecho en las almas; se resignan a aceptar la perversión, irreversible
para muchos, de las nociones del bien y del mal, de verdadero y de falso; se
soporta que verdades conocidas sean abandonadas o
adulteradas, cometiendo así el irremisible pecado contra el Espíritu Santo; se
omite recordar las blasfemias contra el primer mandamiento, el plan de instalar
la religión noáquida[2];
¿Quién vive en estado de gracia? y finalmente y sobre todo no se denuncia
que esta secta conciliar no es católica, que no puede ser la Iglesia Católica, que
jamás amalgama error con verdad.
Desde hace cuarenta años son obstinadamente
ignorados estos textos que condenan a la secta conciliar, a Juan Pablo II y a
sus predecesores desde el "buen papa" Juan XXIII: «Quien no renaciere de agua y de Espíritu no puede
entrar en el reino de los cielos» (Juan, III, 5); «El que crea y se bautice, será salvo; el que no crea,
se condenará» (Marc, xvi,
16); «Cuando vuelva el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe
sobre la tierra?» (Luc, xviii,
8); «Uno no se burla de Dios» (Gal., VI,
7);
«Habrá un sólo rebaño y un solo pastor» (Juan X, 16);
«Todos los dioses de los paganos son demonios» (Ps.,
XVIC, 5);«Muchos son los
llamados mas pocos los escogidos» (Mat., xxii,
14) etc, etc. ¡Por algo Juan Pablo II mereció el
calificativo de "anticristo" ! Todo su pontificado lo prueba. Papa de
la secta conciliar, fue la referencia y el representante del pensamiento masónico-gnóstico-mundialista. Confusión por doquier: ¡vemos hasta al sucesor
de Monseñor Lefebvre imponer una misa de Réquiem
para aquel al que su fundador trató de anticristo. ¡¡¡Una misa de Réquiem
para un anticristo!!! ¡¡¡Qué abominación!!! Lo que sigue no tiene retroceso. Por haberse
rehusado a estudiar a fondo el nuevo ritual de la consagración episcopal
impuesta por Pablo VI que hacen de todos esos cardenales, obispos anglicanos
[3],
(denunciados por León XIII, como no obispos), vamos a tener el primer
cónclave de laicos disfrazados de cardenales católicos, que elegirán un papa
conciliar, apóstata, laico disfrazado de papa católico. Es evidente que una de las condiciones para elegir un papa católico, es decir, al
Vicario de Nuestro Señor Jesucristo no puede cumplirse porque esos
"cardenales" son apóstatas.
En el colmo de los absurdos, se hace creer a los
sacerdotes y fieles de la Tradición que con algunas oraciones, Dios podrá
permitir la elección de un Papa católico que pondrá la Iglesia en orden. Van
a descubrir algo peor: un sucesor que, auroleado por la "canonización"
de su predecesor, va a imponer la última parte del plan noáquida[2]. No se
puede esperar nada de ese cónclave de enemigos de Jesucristo que, amigos de
Belial, confunden al fiel con el infiel, introducen los ídolos en el templo de
Dios (II Cor., vi, 15). ¡Los
Bush no estaban allí más que para apoyar con su presencia la última parte del
plan Pike! Es lastimoso ver a la Fraternidad Sacerdotal san
Pío X encerrarse en su error fundamental que es creer que esta secta conciliar
es la Iglesia católica y que por lo tanto, de esa reunión de falsos hermanos
puede salir un papa católico. Desgraciadamente la sanción es evidente: todos
deberán elegir, pues ellos han tenido todos los elementos, todo el tiempo para
estudiar y elegir. El comunicado del Sábado de Pascua de Monseñor Felay no
sorprende, pero es inquietante. Al anuncio del sucesor, para todos será la última
chance para no llamar verdad a lo que es falso, ni bien a lo que es mal[4]. Oremos para que la Santísima Virgen evite la
temible apostasía. Nosotros permanezcamos firmes en la Fe. Sabiendo
que la Iglesia Católica no puede engañarse ni engañarnos, creyendo y haciendo
todo lo que siempre se ha creído y hecho, rechazando toda esa secta conciliar
no podremos equivocarnos. Recemos los unos por los otros. TEMAS RELACIONADOS:
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NOTAS
[1] Lo que contradice Jeremías XXXI, 31, explicado en la Epístola a los Hebreos, VIII. En cada Misa, en el momento de la Consagración, los cristianos saben que la sangre de Nuestro Señor es la sangre de la Alianza nueva y eterna, como lo enseñó Nuestro Señor en la Última Cena (Mat. XXVI, 28; Marc: XIV 24; Luc. XXII, 20), habéndose cerrado la antigua alianza en el momento en que se rasgó el velo del templo en el momento de la muerte de Nuestro Señor. Claude-Françoise Jullien, en un artículo del Nouvel Observateur relatando el simposio del 30 de octubre al 1º de noviembre de 2000 en Roma, escribe: Los historiadores venidos de todo el mundo para participar en el simposio escucharon a los expertos en relaciones judeo-cristianas. Todos reafirmaron los orígenes judíos del cristianismo y calificaron de aberración teológica lde la sustitución de la antigua alianza de Abrahán y de Moisés por la nueva Alianza de Cristo. «ES UN PUNTO ESENCIAL, ADMITIDO DESDE VATICANO II, PERO DIFÍCIL DE HACERLO ACEPTAR POR LAS BASES», dijo un participante. Todos los participantes al simposio romano recibieron la obra de Luigi Accatioli: «Cuando el papa pide perdón» (Albin Michel). El autor enumera allí 94 confesiones de faltas históricas reconocidas por Juan Pablo II.
[2] La ley noáquida es aquella que Dios dio a Noé después del Diluvio. El plan en cuestión, fue revelado por Elías Benamozegh en su obra Israel y la humanidad (1884). Jacob Kaplan, gran rabino de París, declaraba al respecto en 1966: “Según nuestra doctrina, la religión judía no es la única que asegura la salvación. Se pueden salvar quienes no siendo judíos, creen en un Dios supremo y observan una regla moral, obedeciendo las leyes que el Creador ha prescripto a Noé (...) Por eso los rabinos enseñan que los justos de todas las naciones tienen derecho a la salvación eterna. Al margen de las leyes noáquidas, las reglas de la Torá y la ley de Moisés sólo cuentan para los judíos, porque tienen su razón de ser en el divino proyecto de formar un pueblo destinado a cumplir una acción religiosa en el mundo. La esperanza de Israel no es, pues, la conversión del género humano al judaísmo, sino al monoteísmo. En cuanto a las religiones bíblicas, son confesiones cuyo cometido es preparar junto a Israel la llegada de la era mesiánica anunciada por los profetas. De esta suerte, podremos acelerar la era mesiánica, que será la era del amor, la justicia, la paz” (Jacobo Kaplan, Diálogo con el padre Daniélou S.J. el 1 de febrero de 1966 en el teatro de los embajadores en París, París, 1966).
[3] Un profundo estudio de los nuevos rituales, pronto disponible en rústica, demuestra que todos esos cardenales, todos consagrados bajo el nuevo rito, no son obispos. Es espantoso constatarlo, pero ese nuevo ritual es el de las consagraciones anglicanas, ritual condenado por León XIII en Apostolicæ curæ. Monseñor Tissier de Mallerais se vio obligado a admitirlo. Lamentamos que ese trabajo, que debería haber sido hecho por eclesiásticos, llegue tan tarde. ¿Pero no es la voluntad de Dios? ¿Y por qué?
[4] El comunicado de Monseñor Felay relativo a la elección de Ratzinger, es lamentable (ver: http://www.oocities.org/ar/catolicos_denuncian/2005/fraternidad.html) y ni hablar de la última entrevista publicada en el último número de DICI: http://www.dici.org/actualite_read.php?id=607&loc=US