Decreto conciliar sobre las religiones no cristianas
§ 2 «Desde la antigüedad hasta el presente, ha
existido entre los diversos pueblos una cierta percepción de esa fuerza
oculta que permanece en el curso de las cosas y en los eventos de la
vida humana; en ocasiones, es cierto, puede hallarse hasta el
reconocimiento de una Divinidad y Padre Supremos. Tal percepción y
reconocimiento infunde sus vidas con un profundo sentimiento religioso.
Las religiones ligadas al avance cultural se han esforzardo por
responder a estas mismas cuestiones con ideas más refinadas y con un
lenguaje más desarrollado.
«Así, en el hinduismo los hombres contemplan el misterio divino y
lo expresan por medio de una inexhausta fecundidad de mitos y de una
diligente indagación filosófica; y buscan la liberación de las
angustias de nuestra condición a través de las prácticas ascéticas,
con la meditación profunda, o en un retiro amoroso y confiado en Dios.
«En el budismo, según sus variadas formas, se reconoce la radical
insuficiencia de este mundo cambiante y se enseña el camino por el cual
los hombres, en espíritu devoto y confiado, y por sus propios esfuerzos
o con la asistencia divina, pueden alcanzar el estado de perfecta
libertad o adquirir la suprema iluminación.
«La Iglesia Católica no rechaza nada de lo que en estas religiones
hay de santo y verdaero. ...La Iglesia, por tanto, tiene esta exhortación
para sus hijos: que prudente y amorosamente, a través del diálogo y la
colaboración con los seguidores de otras religiones, y en testimonio de
la vida y fe cristianas, reconozcan, preserven y promuevan los bienes
morales y espirituales, así como los valores sociales y culturales que
se hallen en ellos».
§ 3 «La Iglesia también mira con estima a los
musulmanes, que adoran al Dios único, viviente e imperecedero,
misericordioso y todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra que a
los hombres habló... Consecuentemente, valoran la vida moral y honran a
Dios sobre todo con la oración, las limosnas y el ayuno».
§ 4 «Al mismo tiempo que este Sagrado Sínodo
investiga el misterio de la Iglesia, recuerda los lazos espirituales que
unen al pueblo del Nuevo Pacto con los descendientes de Abrahán.
«Ya que el patrimonio espiritual común a cristianos y judíos es
tan grande, este Sagrado Sínodo desea fomentar y recomendar aquel
entendimiento y respeto mutuo que es fruto, sobre todo, de los estudios
bíblicos y teológicos y de los diálogos fraternales.
«Y aunque la Iglesia es el nuevo pueblo de Dios, no se ha de
presentar a los judíos como repudiados o malditos por Dios, como si
tales conclusiones se tomaran de las Sagradas Escrituras».
(De hecho, estas opiniones sí se deducen de las Sagradas Escrituras,
como lo señala S. Bruno en la columna de la derecha. ¿Qué mayor
maldición podría caer sobre un pueblo que transmite de generación a
generación una religión y una tradición basadas en el rechazo del
verdadero Mesías?).
Los Padres del Concilio también trataron de añadir la frase «o
culpables de deicidio» inmediatamente después de las palabras «no se
ha de presentar a los judíos como repudiados o malditos por Dios»,
pero encontraron mucha oposición. En su lugar, decidieron eliminar la
palabra deicidio del diccionario cristiano.
En oposición al «patrimonio espiritual» que, según el decreto
conciliar, debieran tener en común los cristianos con los judíos, están
las siguientes citas del Talmud, el «libro sagrado» de los judíos:
«Y sépase que los cristianos seguidores de Jesús, aunque sus enseñanzas
varíen, son todos idólatras» (Perusch, 78c).
«En los palacios del cuarto cielo hállanse quienes lamentaron sobre
Sión y sobre Jerusalén y todos los que destruyeron naciones idólatras...
y aquellos que mataron idólatras están vestidos en púrpura para
reconocimiento y honra» (Zohar I, 38B y 39a).
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Decretos eclesiales sobre las religiones no cristianas
El hinduísmo, el budismo y muchas otras religiones orientales son
panteístas por naturaleza. En oposición a las alabanzas que les
concedió el decreto conciliar están estos cánones del Primer Concilio
Vaticano (primer capítulo de la Constitución Dogmática sobre la Fe
Católica):
«1.º Si alguno negare que hay un solo y verdadero Dios, creador y
señor de las cosas visibles e invisibles: sea anatema.
«2.º Si alguno osare afirmar que nada existe, excepto la materia:
sea anatema.
«3.º Si alguno dijere que Dios y todas las cosas poseen una y la
misma substancia o esencia: sea anatema.
«4.º Si alguno dijere que las cosas finitas, corpóreas y
espirituales, o por lo menos espirituales, emanaron de la substancia
divina; o que la esencia divina, por manifestación o evolución de sí
misma, se convierte en todas las cosas; o, finalmente, que Dios es un
ser universal e indefinido que, determinándose a sí mismo, constituye
el universo, el cual se diversifica en géneros, especies e individuos:
sea anatema».
Cabe mencionar que de ninguna manera puede decirse que los seguidores
de estas religiones buscan «un retiro amoroso y confiado en Dios»,
pues los dioses que adoran son deidades panteístas — en realidad,
demonios — y, en último término, ellos mismos. ¿Puede haber mayor
insulto para Dios que el culto del hombre, el fin último de las prácticas
del hinduísmo y otras religiones orientales?
Las siguientes referencias son del Syllabus de errores [o Índice de
errores], con el cual el Papa Pío IX condenó y proscribió las
siguientes proposiciones:
«15.º Todo hombre es libre para abrazar y profesar la religión
que, guiado por la luz de la razón, considerare como verdadera.
«16.º Los hombres pueden hallar el camino de la eterna salvación,
y conseguir la salvación, en cualquier forma de culto religioso.
«17.º Cuando menos, deben tenerse buenas esperanzas de la salvación
eterna de todos los que no pertenecen en manera alguna a la verdadera
Iglesia de Cristo».
Debe mencionarse también que los musulmanes o mahometanos que, según
el decreto del Vaticano II, «valoran la vida moral», han sido notorios
por su costumbre de matar cristianos a través de la historia. Las
siguientes citas muestran la enseñanza de la Iglesia en lo concerniente
a los judíos:
« ...las siguientes proposiciones... están condenadas y proscritas:
«Error n.º 60. La doctrina cristiana fue, originalmente, judaica;
pero a través de evoluciones sucesivas se hizo primero paulina, luego
juanina y finalmente helénica y universal» (Lamentabili Sane,
del Papa San Pío X).
«Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares
secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de
donde salí. ...Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con
esta generación, y la condenarán; porque a la predicación de Jonás
se arrepintieron, y he aquí más que Jonás en este lugar» (Lucas
11:24;32). El Señor nos habló de esta similitud para enseñarnos que
la perversa y adúltera generación de los judíos, a causa de sus
corazones duros e impenitentes, sería condenada no sólo por los
ninivitas, sino justamente también por los otros gentiles. Y ya que
esta impía generación no conoció el arrepentimiento, sino que creció
día con día en la malicia, su estado último fue peor que el primero.
Esto lo insinuaron ellos mismos cuando dijeron de nuestro Salvador:
“Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos” (Mt. 27:25).
De igual modo será con esta inicua generación que con el hombre poseído
del espíritu inmundo» (San Bruno, Comentario de Lucas II ).
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