El satanismo y los
juegos de Satán

Satanismo propiamente dicho(1)

   Aparte de este satanismo-religión, que es, o ateísmo marxista o animismo anticuado, existe un satanismo refinado y malsano, mucho menos extendido, mucho más oculto y difícil de descubrir y que es una adoración voluntaria y razonada de Lucifer. No pretendemos tener datos precisos sobre este satanismo en nuestros días. Todo cuanto podemos decir es que se trata del satanismo de los ritos sacrílegos, de las blasfemias conscientes, de las adoraciones monstruosas, de las "misas negras", por ejemplo, es decir de las profanaciones sistemáticas y calculadas que "parodian" los homenajes rendidos a Dios por los creyentes más esclarecidos y más sinceros, para rendirle a Lucifer otros semejantes.

   Tendremos una idea del satanismo de esta clase, releyendo una nota publicada en el Satán de los Estudios carmelitanos (pág. 639).

   "No podemos explayamos -dice esta nota -sobre todos los satanistas o seudosatanisstas de nuestros días. La prensa inglesa del 2 de diciembre de 1947, anunció la muerte de "Sir" Aleister Crowley, el personaje «más inmundo y más perverso de Gran Bretaña» como lo calificó «Mr. Justice»."

   Interrogado sobre su identidad, Crowley respondió: ¡ Antes que Hitler fuera, YO SOY!" -Se advertirá esta "payasada" de las palabras del Evangelio-. Antes de dejar este mundo, dicho brujo septuagenario maldijo a su médico que le rehusaba, con mucha razón, la morfina, porque él la distribuía entre los jóvenes: "Puesto que debo morir sin morfina por causa suya, usted morirá en seguida después de mí." Lo cual ocurrió. El Daily Express del 2 de abril de 1948, anunció que los funerales del mago negro Crowley habían provocado las protestas del Consejo Municipal de Brighton. El Consejero, señor J. C. Sherrot, dijo: "El informe afirma que sobre su tumba fue practicado todo un rito de magia negra." Sobre la tumba, efectivamente, sus discípulos habían entonado cantos dibólicos: el "Himno a Pan" del mismo Crowley, el "Himno a Satán" de Carducci y las Colectas para la "misa gnóstica" compuestas por Crowley para su templo satánico de Londres.

  Igualmente la prensa inglesa el 30 de marzo de 1948, dedicó cronologías importantes al famoso metapsíquico Harry Price, especialista en demonología. En un informe ratificado por la Universidad de Londres, Price declaró: "En todas las zonas de Londres, centenares de hombres y mujeres, de excelente formación intelectual y de condición social elevada, adoran al Diablo y le rinden un culto permanente. La magia negra, la brujería, la evocación diabólica, estas tres formas de «supersticiones medievales» son practicadas hoy en Londres en una escala y con una libertad de movimiento desconocidas en la Edad Media." Price fue el fundador y secretario a perpetuidad del Consejo para Investigaciones Psiquiátricas, de la Universidad de Londres.

   "A. Frank-Duquesne nos señala, también, entre las curiosidades «demoníacas» actuales, el informe del profesor Paul Kosok, de la Universidad de Long-Island, publicado en los Anales del Museo Norteamericano de Historia Natural, referente a una exploración realizada en el Perú, en 1946. Los exploradores descubrieron, sobre quinientos kilómetros de tierra arenosa y desértica, una doble serie de dibujos, representando unos los signos del zodíaco, otros los pájaros, plantas, y sobre todo, serpientes policéfalas. En el centro del dibujo de la Serpiente, se halla una fosa inmensa que contiene esqueletos de hombres y animales, visiblemente sacrificados. Se calcula a todo este conjunto dos mil años de existencia".

   Si hemos reproducido esta importante nota por entero, es sobre todo en razón de las dos primeras paráfrasis y de lo que ellas nos han revelado de los "círculos satánicos" muy frecuentados en Londres, dirigidos por "satanistas" notorios tales como Crowley y Price. Pero, con toda evidencia, esto no nos da más que una vislumbre muy tenue del satanismo-religión luciferiano de nuestros días. No es solamente cuestión de Londres. Es probable que encontraríamos grupos análogos en todas las grandes ciudades del mundo.

   De hecho, se nos asegura que en París existen actualmente más de diez mil personas -hombres y mujeres- que rinden un culto religioso y regular a Satán. Pero está en la naturaleza de las re1igines de esta clase huir de toda luz, revestir el carácter más oculto, y desafiar toda estadística.

   Pero los satanistas de los cuales acabamos de hablar no son solamente los jefes del culto luciferiano, también son calificados de magos o de brujos, y esto nos lleva a un examen sumario de la brujería de nuestra época.

El satanismo-magia actual

   Aparte de los grandes magos-luciferianos que acabamos de nombrar y de los que podemos sospechar como ejerciendo su acción solapada en nuestras sociedades modernas, existen además en nuestras campiñas, en cantidad imposible de determinar, pero que tal vez sea mayor de lo que pensamos, "brujos" rurales, cuyos libros de cabecera son Los secretas del Gran Alberto, Los secretos del Pequeña Alberto, El Dragón Rojo. Los dos primeros de estos libros ocultos han recibido -cosa curiosa- su nombre de la reputación de San Alberto el Grande a quien se le atribuía el conocimiento de todos los secretos de la naturaleza. Hacer pasar abominables fórmulas mágicas bajo el patrocinio de un santo venerado es un ardid bien diabólico. Pero sabemos que más de un brujo de nuestros días, ya lo hemos subrayado, abusa de imágenes piadosas para realizar su fructífero oficio de engañador de multitudes.

   Es curioso observar que, en nuestros capítulos anteriores, dedicados a los exorcismos más recientes, hemos encontrado casos de posesión debidos a sortilegios de brujería. Si creemos a los demonios conminados a hablar por nuestros exorcistas, han sido obligados por algún brujo a entrar en tal o cual persona. Estos mismos brujos, por medio de sortilegios repetidos, les impedían ceder a las órdenes formales del exorcismo o los forzaban a volver dentro de la persona a quien las oraciones del Ritual habían liberado por un tiempo.

   Todo esto, a decir verdad, permanece muy oscuro para nosotros. Pero los exorcistas más calificados son categóricos sobre este punto.

   Ocurre a veces que los tribunales mismos tengan que echar un vistazo furtivo sobre estas prácticas supersticiosas como en el caso de esa pobre mujer que, hace muy poco, mató a su marido porque lo creía hechizado o hechicero.

   Pero la justicia humana, evidentemente, no tiene fuerzas para luchar contra esta clase de atentados, porque escapan, en general. a los testimonios humanos y es imposible administrarles la prueba jurídica.

   Lo que parece indudable es que existen hombres y tal vez mujeres, que creen, obedeciendo a libros de magia increíbles, ponerse en contacto con Satán, concertar un pacto con él y obtener a este precio poderes excepcionales que les permitan ejercer un oficio lucrativo, La brujería forma parte de lo que podemos llamar el lado nocturno de la vida humana. Siempre existieron, para emplear el vocabulario de San Juan, las tinieblas frente a la luz, La magia habita en las tinieblas, se oculta, huye de las miradas, no ignora que causa en cualquier ser normal una repugnancia invencible, Pero está orgullosa de lo que cree saber y sobre todo ¡de lo que cree poder!

Los juegos de Satán

   Aparte del satanismo-religión y del satanismo-magia, existen todavía los "juegos de Satán".

   En un discurso ardiente y célebre, San Pedro Crisólogo dijo un día a sus diocesanos de Ravena: "¡El que haya jugado con el Diablo, no podrá reinar con Cristo!"

   Hablaba a cristianos, pero a los cuales "el juego con el Diablo" -en este caso los espectáculos inmorales del circo- tentaba a veces.

   En nuestros días, como en el siglo V, un cristiano debe saber que no se debe jugar con el Diablo si no se quiere estar expuesto a "no reinar con Cristo".

   Pero los juegos del Diablo no son seguramente los mismos, en conjunto, que los que denunciaba Pedro Crisólogo, o, si son los mismos, ofrecen en nuestros días aspectos completamente nuevos.

   Hemos hablado ya del cinematógrafo y no volveremos a tocar el tema. Tampoco hablaremos más del inmenso abuso de la novela, que es, para cantidad de nuestros contemporáneos, la lectura preferida, y cuyo poder de atracción parece estar en razón directa de la basura que se expone en ella.

   Ningún cristiano puede poner en duda que la novela tal cual se escribe y triunfa ante nuestros ojos, con su "realismo" malsano y perverso, sea con demasiada frecuencia "satánica". ¿No es acaso una razón para repetir las palabras proféticas de San Pablo a su discípulo Timoteo?

   "Llegará una época en que los hombres no soportarán la sana doctrina, sino, por el contrario, al capricho de sus pasiones y picándoles los oídos, se darán amos en cantidad y volverán el oído de la verdad para inclinarse hacia las fábulas".

   ¡Ad fabulas convertentur! Sabemos que la palabra latina con la cual se designa a la novela es precisamente ésa: fábula. ¡fábulas!

   ¡Cuántos de nuestros contemporáneos no buscan su filosofía, su manera de comprender la vida más que en las novelas que leen y enloquecen a menudo sus imaginaciones y sus sentidos!

Otros juegos

  Hemos dicho lo que el santo cura de Ars pensaba y decía del espiritismo.

  Mucho más cerca de nosotros, exactamente el 26 de noviembre de 1955, el padre Berger-Berges, el exorcista ya nombrado por nosotros, hacía a una posesa las cuatro preguntas siguientes:

   1º ¿El espiritismo es una ciencia o una mistificación? ¿Eres tú quien está en el espiritismo?
 Respuesta: por un ademán indica lentamente con la mano ¡que es él!
   2º ¿Las mesas giratorias? ¿Eres tú quien las hace girar?
   Respuesta: sí, pero no estoy completamente solo; ¡son necesarias las personas alrededor de la mesa! ¡Estamos juntos! .
   3º En el espiritismo hay escritos firmados Marco Aurelio. ¿Quién firma Marco Aurelio? ¿Eres tú o alguno de los tuyos?.. (Insisto firmemente, dice el padre Berger... No contesta, no quiere contestar, me dice, y finalmente me declara que no tiene permiso para contestar. Después de haber, sin embargo, esbozado un pequeño ademán que me pareció descubrir y que lo señalaba a él mismo, hace como alguien que contesta a escondidas ¡para que Dios no vea nada!..)
   4º ¿Y las que leen las cartas? Quid?
   Satán contesta: "¡Y bien! ¡Es necesario que las gentes se ganen la vida!" Y deja entender que los naipes también son uno de los medios por los cuales él halaga la estupidez humana.

   Y esto nos invita a echar una rápida ojeada sobre este aspecto extraño de nuestro tiempo; recurrir a la adivinación, que nos retro trae a las modalidades más infantiles de los paganismos antiguos.

La adivinación: cosa satánica

   Es increíble la expansión actual de la práctica de la adivinación po pular, bajo las formas más diversas. Se dan las cifras siguientes para los faquires, cartománticos, quirománticas, adivinas: seis mil declaradas a la policía en París solamente y sesenta mil en toda Francia, con una "cifra de negocios" evaluada en sesenta mil millones por lo me nos. Sin duda los procedimientos antiguos, el examen de las entrañas de las víctimas, del vuelo de los pájaros, del murmullo del viento en los bosques o de los dibujos que trazan las aguas bullentes en una fuente, han desaparecido para siempre. Pero están los naipes, o el estudio de las líneas de la mano, la interpretación del residuo de las heces de café y otros muchos procedimientos, tan válidos los unos como los otros. Y está, como en la antigüedad, la astrología, que se considera la forma más erudita de discernir los destinos humanos. Existen todavía en nuestros días astrólogos. Y aseguran -no sin imprudencia- que tienen pruebas perentorias del valor de sus predicciones.

   La verdad es que todas estas pretensiones son, no solamente vanas, sino rigurosamente absurdas. Son seguramente formas de la "mentira" de la cual el demonio tiene la secular especialidad. A los astrólogos, que podemos considerar como los más distinguidos de los adivinos, nos bastará oponer las palabras de un maestro de la astronomía cien tífica, G. de Vaucouleurs. Hablando, al final de su gran obra La Astronomía, que es de 1948, de las influencias cósmicas sobre los seres vivientes. escribe: "No por cierto las ilusorias, a las cuales los astrólogos intentan colgar sus divagaciones seudocientíficas". Y un poco más lejos comprueba que la astronomía, en el pasado, ha que dado "estrechamente asociada a las supersticiones astrológicas hasta los comienzos de los tiempos modernos (y aún, ¡ay!, actualmente en muchos espiritus subevolucionados) ", y con estos términos de des precio indica bastante la posición de la ciencia de los astros frente a la adivinación astrológica, en la cual se distinguió otrora un Nostradamus, que conserva admiradores fanáticos hasta en nuestros días.

   Si esto ocurre con la astrología ¿quién, pues, dará importancia ya, con respecto al porvenir humano, a los encuentros fortuitos de los naipes o a los lineamientos más o menos extraños de las heces del café?

   Para un creyente, lo que torna evidente la "mentira" de la adivinación es la certidumbre de que sólo Dios conoce el porvenir. ¿Có mo lo conoce?' ¿Cómo lo que todavía no es, puede ser objeto de conocimiento para Dios, cuando la libertad humana está en juego? ¿Y cómo esta preciencia divina es compatible con nuestra libertad? Todo el mundo sabe que esto constituye uno de los problemas más difíciles de la metafísca general. Digamos con pocas palabras lo que nos parece la única solución pensable. Nuestro mundo no es el único posible. Existen infinidad de mundos posibles, todos diferentes unos a otros. Pero su posibilidad misma viene de que están llevados desde toda eternidad en la Mente del Creador. Y en esta Mente, es decir en el Verbo Divino, estos mundos se desarrollan idealmente al natural, con sus leyes y también con el juego eventual de las libertades creadas. Cuando Dios decreta que tal mundo será existente, es decir, será creado por Él, con preferencia a otros, las condiciones de ese mundo no son cambiadas por eso, si no no sería el mundo deseado y visto por Dios. Los actos libres serán en él libres, y sin embargo Dios los habrá visto y los ve en el momento en que se producen. Es en este sentido que Dios conoce el porvenir. Pero como es el único que lleva eternamente los mundos en su mente, Él es evidentemente el único que conoce el porvenir. Querer predecir el porvenir, fuera de los casos milagrosos de profecías divinas, es pues necesariamente diabólico en el sentido en que es una usurpación a Dios. Se deduce que ningún poder de adivinación ha sido depositado en el juego de naipes, en las heces del café, en las líneas de la mano, en las líneas trazadas por la sal sobre la clara de huevo, como tampoco en las "conjunciones" de los planetas y las estrellas en el momento del nacimiento de un ser humano. Lo que se llama en astrología un fatum, y que antaño se llamaba un horóscopo, es pues superchería o superstición.

   No sostendremos, ciertamente, que los miles de adivinos y adivinas que ejercen el oficio pretendidamente lucrativo de predecir el porvenir, en París y en todas las grandes ciudades de Francia, sean brujos o brujas vendidos a Satán.

   Parecería que la mayor parte de ellos sólo piensan en practicar un oficio que da beneficios, sin pensar que ese oficio es inmoral y probablemente diabólico. Pero no por ello dejamos de tener el derecho de pensar que el demonio saca su provecho de estas aberraciones y que la adivinación bajo sus formas contemporáneas, como asimismo bajo sus formas antiguas, no es más que uno de los "juegos de Satán" en el seno de la humanidad. y es pues una de las formas actuales del satanismo-magia, en lo que tiene de distinto del satanismo-religión.

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  • (1) El satanismo hoy en día no se circunscribe al ámbito de pequeñas sectas. Muchos videos de rock son muestras descaradas de culto a Satanás, en los que no faltan la simbología, la liturgia y los rituales propios de la brujería. Millones de jóvenes han caído bajo su perversa influencia. ¡Estos sonidos terroríficos atormentan a la gente joven, arrastrándola a la demencia, a la toxicomanía, al suicidio, a perversiones de todo tipo y a la perdición! Poco a poco «espíritus engañadores» han hecho presa en el mundo. Los videoclips de vanguardia demuestran que los actos más desvergonzados de blasfemia y profanación son hoy socialmente aceptados. En el Apocalipsis, el Apóstol Juan vislumbró que en los postreros días el mundo se apartaría de Dios para rendir culto a Satanás. Semejante profecía habría parecido inverosímil a las generaciones anteriores. Hoy en día ya no... Se ha dicho que el satanismo puro y duro constituye «la subcultura de mayor difusión entre los adolescentes de muchos países», y la brujería y el ocultismo, ¡una de las religiones de más rápido crecimiento en el mundo!