Dios nos lo demande

"Rogate ergo Dominum messis, ut
mittat operarios in messen suam"
(Mt. 9, 38).

"Rogad, pues, al Señor de la mies para que envíe operarios a su mies"

A

   Sólo aquellos que quisieran cerrar sus ojos podrían decir que no se nota una crisis en nuestra civilización, hasta ayer cristiana, y en el seno mismo de la Iglesia. Baste para ello considerar la disminución de las vocaciones en todo el mundo y la defección numerosa de sacerdotes que una vez ordenados abandonan el sacerdocio...

   La sociedad cristiana comenzará a mejorar desde el momento en que la Santa Iglesia Católica encare la reforma del clero por medio del regreso a la Tradición y a la Misa de siempre. Un pueblo es lo que son sus sacerdotes por eso es que si los pueblos están alejados de Dios y en plena decadencia espiritual y moral se deba principalmente a la tibieza, frialdad y degradación de un clero ocupado en intereses puramente mundanos cuando no bajos. Por ello es necesario una pléyade de sacerdotes santos, espirituales y profundos, interesados en amar a Dios por sobre todas las cosas y en enseñar a las gentes el amor de Dios Nuestro Señor y de su Ssma. Madre la Virgen María; y la práctica de la Fe y de la Moral católicas, como tantos otros sacerdotes lo hicieron durante el decurso de la historia de la Iglesia Católica.

   Para tener esos sacerdotes abnegados es preciso formarlos en Seminarios como siempre los ha querido la Santa Iglesia y como ella misma los ha concebido, particularmente a partir del Concilio de Trento. Eso es lo que quereremos hacer en nuestros Seminarios de todo el mundo, nuestros fieles pueden estar seguros de ello y confiar en que los sacerdotes que saldrán de ellos les darán el pan de la verdadera doctrina y un ejemplo de vida santa.

   Sin embargo, por el peso de las cosas naturales, un Seminario no puede sostenerse con el aire ni tampoco se apoya en los poderosos de esta tierra, que justamente están ocupados en otros intereses más mezquinos, y, muchas veces opuestos a los de Nuestro Señor Jesucristo, a la Fe en El y a su Moral. Son los fieles cristianos, los católicos que aún se precian de serlo quienes deben con su esfuerzo, generoso en la medida de sus posibilidades, sostener la obra de la formación de buenos y santos sacerdotes para la preservación del Santo Sacrificio de la Misa y del Sacerdocio Católico como lo concibiera Nuestro Señor.

   Es mentira que los fieles tengan Fe o que sean católicos si no son capaces de un mínimo esfuerzo o de una privación, aunque algunas veces cueste, para sostener la obra del Seminario. No pedimos ayuda económica para vivir en el lujo y la holganza, sino para tener lo indispensable para formar bien a un sacerdote que en pocos años volverá al mundo para dar la vida por aquellos fieles que lo han ayudado a formarse según Dios.

   Quiera Dios que comprendan este pedido, que sepan que no es nuestro sino de Dios. Que cada uno dé lo que pueda, nosotros daremos por Uds. nuestras vidas consumidas en el servicio de las almas y nuestra sangre si es preciso para que vean que por Dios morimos y sepan así que nuestros pedidos son sinceros. Cada uno sabe en conciencia cuánto puede dar para Dios y cuánto, en consecuencia le exigirá Dios el día de su juicio.  

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 P. Andrés Morello

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