COMENTARIO A LA OBRA "SU SANTIDAD"
(Juan Pablo II y la Historia Oculta de Nuestro Tiempo)
de Carl Bernstein y Marco Politi - 05
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO IV UN CONCILIO PARA KAROL WOJTYLA «¿Lo que se prepara en la Iglesia Universal? No es unareforma; es, no me atrevo a decir una revolución. ya que el vocablo sonaría mal y no sería exacto, sino una evolución...» «Yo creo que el culto divino, tal como lo regulan la Liturgia, el Ceremonial, los Ritos y los Preceptos de la Iglesia Romana, sufrirán próximamente en un Concilio Ecuménico una tal transformación, que al mismo tiempo que le devolverá la sencillez de la edad de oro apostólica, la pondrá en armonía con el estado nuevo de la conciencia y de la civilización moderna»[58]. ...«Y esa nueva Iglesia, aunque tal vez no deba conservar nada de la disciplina escolástica y de la forma rudimentaria de la Iglesia antigua, recibirá, sin embargo, de Roma, la Consagración y la jurisdicción canónica. ..»[59]. Las anteriores frases, escritas por el Abate Roca, sacerdote apóstata que se convirtió en difusor de las ideas y programas masónicos, conjugadas con numerosos testimonios más, nos ofrecen la evidencia, que no permite ninguna duda acerca de la existencia de la conjura judeo-masónica para actuar, a través de la infiltración en la Iglesia, a favor de la ejecución de bien trazados planes. La nefasta tarea se ha desarrollado con mayor intensidad particularmente en la última década del siglo pasado. No podíamos menos que citar estas palabras significativas de uno de los más famosos exponentes de la conjura porque ellas son como el resumen concreto de lo tramado en los conventículos de los enemigos de la Iglesia, y manifiestan cómo es verdad que éstos esperaban consumar los cambios tanto doctrinales como cultuales, "a través de un concilio". El Vaticano II constituyó la revolución anunciada. "El segundo Concilio -Vaticano II- fue una revolución". Afirman los biógrafos de Juan Paulo II[60]. Y para que se enteren los que lo ignoraban, y lo confirmen los que lo esperaban, explican qué clase de revolución. Así dicen: "Estar un obispo católico en Roma en ese momento, (se refieren a la inauguración del Concilio) era como ser un francés en la inauguración de los Estados Generales de 1897"[61]. Nada puede ser más significativo que estas palabras. Sabemos que la Revolución Francesa, de origen judeo-masónico, a cuyo triunfo se refieren con la declaración de los Estados Generales, constituyó la máxima embestida antes del marxismo contra la Iglesia Católica, habiéndose perseguido por los revolucionarios al clero y los católicos fieles incluso en forma armada, haciendo correr ríos de sangre a través de tortura y muerte. La exportación de las ideas masónicas a otros países produjo a su vez revoluciones anticatólicas también sangrientas. Ahora bien, esto de comparar un concilio que se hace aparecer como de la Iglesia con la revolución francesa enemiga de ella, suena tan discordante e irracional como aquello de "los judíos festejando a Cristo en el año dos mil", como lo anuncia Juan Paulo II. Karol Wojtyla participó, como veremos, en el "concilio" romo sujeto convencido de los ideales masónicos, v posteriormente "Papa" no dejaría pasar ocasión demostrarse partidario del lema revolucionario "Libertad, Igual Fraternidad", cuyos falsos conceptos habían sido condenados por los Papas católicos. De paso, del modo como fueron abordados dichos conceptos en el Vaticano II ponían aparentemente a "papas contra papas", haciendo aparecer a la Iglesia Católica en una situación de contradicción doctrinal, contradicción que no existió, ya que los seudo papas del Vaticano II no tenían ninguna autoridad y no podía tampoco ningún Papa decretar nada contra la doctrina de los anteriores en materia de las premisas revolucionarias. Por otra parte la santa Iglesia enseña que si se descubre que uno que ocupa la silla de Pedro ha sido hereje, antes de su elección, su jurisdicción es inválida, y no hay que obedecer a dicho sujeto sino resistirse a sus mandatos. Esto vale también para uno que válidamente electo enseñe algo contra la fe Católica lo que podría hacer COMO DOCTOR PRIVADO. La infalibilidad se da únicamente cuando el Papa define sobre dogmas de fe o de costumbres, como de verdades contenidas en la Revelación, hablando Ex Cathedra. EL PRETEXTO DE "MANDATO DEL PAPA" Y LA DOCTRINA DE LOS PAPAS HEREJES No podemos dejar pasar la ocasión de insertar aquí un breve comentario a la cuestión de los Papas inválidamente electos, -que en este caso son llamados Antipapas-, y también sobre la posibilidad de que el Papa caiga en la herejía hablando o enseñando como DOCTOR PRIVADO. El pretexto de la "obediencia porque el Papa lo manda" es esgrimido por toda la Jerarquía postconciliar (y claudicante ante conciliar) para tener apresados en las redes de la apostasía a favor del Judaísmo a los católicos engañados. Pero lo que los católicos deben saber -y recordar si ya lo saben- es que la Santa Iglesia enseña no sólo a través de los Doctores como San Roberto Belarmino y otros eminentes que recogen el Derecho Canónico desde los primeros siglos sino también a través de los Papas, la posibilidad de que existan individuos usurpadores de la Sede Romana y con ellos, de todas las Jerarquías que le siguen. No pudiendo aquí en el espacio con que contamos hacer una exposición más detallada de la cuestión baste con citar a San Roberto Belarmino en el párrafo en que compendia la doctrina do la Iglesia sobre el Papa posiblemente herético: "El Romano Pontífice, si cayere en herejía notoria y públicamente divulgada, por el mismo hecho y aún antes de cualquier sentencia declaratoria de la Iglesia, queda privado de su potestad de Jurisdicción... Esta es la sentencia más común y cierta". Esto lo dice, repetimos, el Doctor de la Iglesia y santo mencionado, en su obra «De Romano, Pontífice», I, II, cap. 30. Pero existe además de muchos testimonios de enseñanzas de los mismos Papas en el mismo sentido, un documento dado a perpetuidad por el Sumo Pontífice Paulo IV, (1555-59) titulado Bula Cum ex Apostolatus officio, donde el Papa expone la doctrina de la Iglesia sobre la cuestión de la posibilidad de Papas heréticos, renovando todas las excomuniones y censuras dado el caso, aún "para los tiempos futuros". Habla Paulo IV con la potestad de su cargo y Magisterio, queriendo prevenir a toda la Iglesia de su tiempo y en el futuro "contra las zorras que intentan destruir la viña del Señor, y rechazar los lobos"... "Que son aquéllos, -dice- que se levantan contra la disciplina de la fe de un modo realmente perverso, y trastornan con recursos malévolos y totalmente inadecuados la inteligencia de las Sagradas Escrituras, con el propósito de escindir la unidad do la Iglesia Católica y la túnica inconsútil del Señor, para que no prosigan con la enseñanza del error los que desdeñan ser discípulos de la verdad"... "Nos queremos y renovamos con toda nuestra Autoridad apostólica, todas y cada una de las sentencias, censuras y excomuniones... o de cualquier otra categoría, decretadas de cualquier modo contra los herejes y cismáticos, por cualquier Pontífice antecesor nuestro... O por los Sacros Concilios de la Iglesia de Dios, estatutos y cánones... Y queremos y decretarnos que dichas censuras y castigos deben observarse perpetuamente, y deben ser restituidas a su prístina vigencia"... Para esto, ha manifestado el Papa que "ha deliberado profundamente sobre estos problemas con los Cardenales de la Santa Iglesia, con el consejo y asentimiento de todos ellos". Ahora bien, tras de haber mencionado a los lobos que actúan dentro de la Iglesia del Señor, y sus métodos para escindir la unidad -uno de los cuales es tergiversar las Esccrituras-, ¿sobre quiénes recaen las sanciones a los herejes y cismáticos a que se ha referido Paulo IV? Aquí deseábamos llegar, precisamente; a la mención de los posibles Papas herejes. Dice en su Bula: «Considerando la gravedad particular de esta situación y sus peligros, AL PUNTO QUE EL ROMANO PONTÍFICE QUE EN LA TIERRA ES VICARIO DE DIOS Y DE NUESTRO SEÑOR, Y QUE HA RECIBIDO PLENA POTESTAD SOBRE PUEBLOS Y REINOS, Y A TODOS JUZGA Y NO PUEDE SER JUZGADO POR NADIE, SI FUESE SORPRENDIDO EN LA DESVIACIÓN DE LA FE PODRÍA SER ACUSADO; y dado que donde surge un peligro mayor, ahí es preciso resolver con mayor diligencia, para que los falsos profetas y otros personajes que detentan las jurisdicciones seculares no tiendan lamentables lazos a las almas simples, y arrastren consigo a la perdición eterna a pueblos innumerables sometidos a su cuidado, y para que no acontezca algún día que nosotros veamos en el lugar Santo la abominación de la desolación, predicha por el profeta Daniel»... Y aquí es donde queda incluido el Papa posiblemente hereje o cismático dentro de las censuras, excomunión y pérdida de la jurisdicción, o declaración do su invalidez, que aplica el Papa a toda clase de jerarcas heréticos y también a los laicos que les secunden. Pero expone en su Bula, Paulo IV, también lo referente a aquéllos que por haber llegado, siendo anteriormente herejes, a ocupar la Sede Romana, no tienen ninguna jurisdicción válida, y hay que resistir a sus mandatos. Dice: «Los prelados y Papas que resulten haberse desviado de la Fe Católica antes de su promoción, están absolutamente privados de toda autoridad y oficio, y su promoción es inválida, y no puede ser revalidada. Debe en este caso permitirse a los súbditos desistirse de la obediencia y fidelidad, impunemente. LOS QUE NO DESISTAN DE LA LEALTAD Y OBEDIENCIA A ESTOS HEREJES DE ESTE MODO PROMOVIDOS E INSTALADOS, ACTÚAN, POR DECIR ASÍ, COMO DESGARRADORES DE LA TÚNICA DEL SEÑOR, y serán sujetos a penas y castigos»... Y aquí prevé el Papa una situación de Sede Vacante en tanto dure el usurpador como Papa; situación que comprende también la vacancia de sedes episcopales y demás, a causa de estar acordes con el seudo papa hereje os sujetos. ¿Qué deben hacer los fíeles católicos en tanto perdura la vacancia? He aquí lo que expresa el Pontífice: "Los súbditos no obstante (católicos fieles que estén en resistencia a la herejía) permanecen unidos por la lealtad y obediencia a futuros obispos, arzobispos, patriarcas y primados, Y AL FUTURO ROMANO PONTÍFICE QUE ATIENDA SU MINISTERIO DE UNA MANERA CANÓNICAMENTE CORRECTA" [62]. ¿No parece este documento pontificio escrito precisamente para nuestro tiempo? Los "jefes de la Cristiandad" que elaboraron y ejecutaron los programas judeo-masónicos del conciliábulo Vaticano II aparecen como retratados y descritos ahí, «con su trastorno con recursos malévolos de la Sagrada Escritura». También se refleja como en un espejo la muchedumbre de los miembros, de todas las inválidas jerarquías, seguidos de las incautas gentes. ¿Tiene la Santa Iglesia recursos para dar solución a esta situación, la más terrible de todos los siglos? Efectivamente. Lo saben los estudiosos en la materia, y no es aquí el objetivo promover actividades que de todos modos tarde o temprano tendrán lugar, con la ayuda de Dios. Mas era preciso recordar ciertas verdades para ayudar a salir a los católicos de la trampa del "mandato del Papa", sofisma para la sujeción de las almas en la herejía. Pero volviendo al tema de Wojtyla en el concilio, él afirmó ahí entre otras cosas, la "libertad de conciencia" que adoptada por el Vaticano II según las teorías masónicas, ha desembocado en el favorecimiento de la Gran Sinarquía, o reunión en igualdad de todas las religiones. Tan partidario de dicha libertad y su fruto la Sinarquía (camino del Judaísmo) es Juan Paulo II, que en el total indiferentismo que profesa y predica, ha llegado a anunciar hasta la canonización de los herejes, bajo el postulado del "Ecumenismo de los Santos", de lo que habla en el contexto del Jubileo del Año 2000[63]. Pero vale la pena -aunque el tema podría ser muy extenso- resumir por último el pensamiento masónico expresado por Juan Paulo II -y mencionamos sólo una ocasión - a través de un discurso publicado en el semanario órgano del Vaticano L'Osservatore Romano [64]. Bajo un título redactado todo en mayúsculas que dice: "Cultivar incesantemente los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad ", se publican estas significativas frases de Juan Paulo II contenidas en el discurso de despedida que dirigió al primer ministro de Francia en Reims, después del "viaje apostólico" que hizo el "papa" a ese país: "Señor primer ministro, por medio de usted saludo a todos los franceses y les formulo mis mejores deseos de felicidad en un entendimiento fraterno. Que vuestra nación siga siendo acogedora, que siga compartiendo su cultura, y contribuya a hacer progresar incesantemente los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, que ha sabido presentar al mundo". Está de más decir que dicho discurso no tiene nada que indique haber sido pronunciado por un Papa católico, esas palabras son propias de cualquier personaje, convencido masón. El lema revolucionario que alaba Karol Wojtyla fue formulado por el masón Saint Martin, miembro de las Sociedades Secretas de Francia, y fue el que sirvió de bandera y consigna durante la historia llamada "la era del terror", por la sangre católica que los revolucionarios franceses hicieron correr. Juan Paulo II como su antecesor Paulo VI ha ido también de visita a la masónica ONU. WOJTYLA, MIEMBRO DE LA CONJURA Continuando con el relato de los biógrafos, éstos nos hablan sobre el estado de ánimo del entonces obispo de Cracovia, Karol Wojtyla, al dirigirse al concilio: (por lo visto se saben palabra por palabra de lo dicho por este señor ¿la "biografía" es una autobiografía?) "Me dirijo allá con profunda emoción, con una gran agitación en mi corazón", dicen que manifestó[65]. El entusiasmo de Wojtyla tenía sus razones. Si hemos puesto a esta parte de nuestro opúsculo el subtítulo "un concilio para Wojtyla" es porque en realidad, no se necesita mucho para descubrir que él asistía poseyendo ya la mentalidad y el conocimiento de los programas a realizarse ahí. "El once de octubre, -dicen los biógrafos-, él entraba a la basílica de San Pedro como un obispo cualquiera, como uno más[66]. Cabe decir que como uno más si habla de los más de dos mil obispos y otros asistentes al seudo concilio, de este modo sí se puede hablar de él como de un sujeto anónimo. Pero él sí sabía lo que iba a encontrar; no fue como dicen "a mostrarse hasta aterrado por las discusiones entre el cardenal Ottaviam y el cardenal Frings"[67]. En todo caso, aterrado estaría de que ganara la discusión Ottaviani. Wojtyla llevaba ya su bagaje y hay que decir un poco sobre este antecedente. Antes del concilio se envió a todos los obispos del mundo un cuestionario para que lo estudiaran y enviaran sus respuestas al organismo correspondiente. Esta respuesta llevaba el nombre de "Memorándum". Wojtyla lo recibió y sus biógrafos nos dan cuenta del contenido de su respuesta. (Estas respuestas eran confidenciales y fueron archivadas en el Vaticano; ¿como obtuvieron el documento los biógrafos? ¿Tal veza través de la inefable señora Tymieniecka, custodio de toda la documentación de la oculta historia, en Harvard bajo llave?). EL caso es que la respuesta de Wojlyla es un exponente de su filosofía relativista, y de su pensamiento Modernista, opuesto fundamentalmente a la doctrina católica. (Actualmente el título de Modernismo dado al conjunto de herejías que condenaron los Pontífices, no sirve ya para clasificar las novedades doctrinales venidas de las sectas esotéricas masónicas que constituyen muchas de las nuevas doctrinas postconciliares). Veamos lo que transcriben del Memorándum los enterados biógrafos: En su opinión -consignan- el propósito del concilio debería ser emitir una declaración sobre la importancia de la trascendencia de la persona humana ante el creciente materialismo de la era moderna. Habría que escribir un libro sobre lo que hay detrás de esta frase. Wojtyla se muestra como en "Persona y Acción", enamorado de la Persona Humana cuya trascendencia sola -¿en relación con cualquier concepto de Dios?- puede ser enfrentada con éxito al materialismo, etc. Claro que el concilio constituyó una exaltación de la "Persona" pero rebasando la autoridad divina. Lo que sigue suena un tanto frívolo y fuera del con texto de un "concilio". Desde luego, no es nada "escolástico". Dice:... "Además, otros temas que deseaba que se discutieran era la utilidad pastoral de las actividades atléticas y teatrales..." (Lo de la utilidad pastoral de las actividades teatrales lo ha hecho ver Wojtyla sobradamente con sus actuaciones a favor de su causa). Por último propone: "El diálogo ecuménico, y la reforma del breviario y la liturgia"[68]. Todo esto último particularmente, se le concedió. Proponer estas cuestiones significaba estar al día sobre las doctrinas anticatólicas en que se iba a basar la reforma. Proponerlas en un "concilio" era saber que no se iba a estar solo, sino que el grupo ganador que conduciría a la mayoría con la complacencia de Paulo VI, contaba ya desde antes con amplias garantías. Wojtyla no proponía ningunas novedades. Los ensayos de todas clases habían comenzado mucho tiempo antes, y las doctrinas heréticas condenadas por León XIII, San Pío X, Pío XII, circulaban pese a todo en los seminarios y círculos intelectuales, a través de grupos laicales novedosos, y "plantas piloto" de "Iglesias de la reconciliación" aprobadas después por Paulo VI como la de Taizé, de protestantes que ayudarían a la reforma de la Misa. Polonia parecería todo lo alejada que se quisiera a causa de las guerra, del comunismo, etc., pero el poder oculto se encargaría de la buena formación de sus candidatos. Karol Wojtyla fue enviado por Sapieha a Roma "a estudiar a Santo Tomás" en 1945, cuando estar en Roma era estar en el centro de las disputas católico-modernistas; la etapa de Pío XII con sus Encíclicas -que Wojtyla echaría al cesto, pero quizá en verdad lo mandaron para que supiera bien lo que iba a tirar-. UN PARÉNTESIS NECESARIO: LA INFLUENCIA DE MARITAIN EN KAROL WOJTYLA Y SUS ANTECESORES Si halamos aunque sea someramente sobre el pensamiento anticatólico de Karol Wojtyla, es necesario mencionar a manera de una rápida ojeada la influencia manifiesta del judóo converso Jacques Maritain, en los juanes y paulos y en el mismo Vaticano II. Hay un detalle importante que resaltar, aún pareciendo pecar de suspicaces: en 1945 Maritain estuvo en Roma como embajador de Francia. El mismo año Karol Wojtyla estuvo ahí, enviado a "estudiar a Santo Tomás y los místicos españoles". La coincidencia parecería no tener importancia sino fuera porque las grandes directrices del concilio, parecen dictadas por Maritain; sino fuera porque el mismo Paulo VI le mencionó como "su maestro", y sino fuera, por último, porque en forma refinada las teorías anticatólicas de Maritain aparecen como doctrinas fundamentales de Juan Paulo II. Cabe pues, preguntarse, ¿fue enviado Wojtyla a Roma en ese entonces a especializarse en Santo Tomás -del cual renegaría como de toda la Iglesia-, por el arzobispo Sapieha, o fue enviado a encontrarse con Maritain, para perfeccionarse en las líneas directrices de lo que serían el Vaticano II y los "pontificados" como el suyo?.. Hubiera sido desaprovechar mucho, ciertamente, la oportunidad, de verse con el "maestro" ya famoso entre la intelectualidad católica, "por haber puesto al día a Santo Tomás", profesando por debajo de las "Sumas" las creencias sincréticas y esotéricas de las "escuelas" masónicas. Los mismos títulos de las obras de Maritain: "Humanismo Integral" y "Supremacía de lo Espiritual", aparecen en la terminología masónica. Ahora bien, de Jaques Maritain se dice que es un judío converso al catolicismo. Es fácil comprobar que aún cuando se hubiera realmente convertido, por sus doctrinas es evidente que no le duró la conversión, y que adoptó para difundirlas entre los intelectuales católicos las teorías más anticatólicas. ¿Las adoptó o las tuvo desde siempre?.. Tal giro de pensamiento en poco tiempo no es fácil de concebir. Lo cierto es que la Iglesia estaba tan infiltrada de maritainismo -suma antiteológica de corrientes esotérico-modernistas- que, publicándose la segunda edición de "Humanismo Integral" en Roma en 1945, sólo quince años después, -a pesar de Pascendi, Hurnanum Genus, Myistici Corporis, Humani Generis y Mediator Dei, tenía lugar un "concilio" en el Vaticano que imponía el pensamiento de Jaques Maritain sobre siglos de Magisterio. Y no hablamos de más. Se pueden cotejar los textos del Vaticano II con las teorías maritainianas, y también los textos de Maritain con el "pensamiento" nada original de Juan Paulo II. Maritain merece un estudio aparte, pero era imposible dejar pasar la ocasión, -y era además necesario- de hablar sobre la influencia de este judío, -¿que estaba en el oculto plan?- Paulo VI iba a convertirle en cardenal, pero el "Maestro" murió antes. Terminado el concilio en 1964, Maritain publica en 1966 su obra titulada "El Campesino del Garona"[69], (el título, para despistar, parece de novela barata) y en él se explaya en acciones de gracias por el concilio; ¡claro! ¡Si en su mayor parte fue obra de su pensamiento!.. y la "intelectualidad" cristiano católica recibe la obra con aplausos. Él da gracias ahí, repetidamente y hasta de rodillas y con exclamaciones de entusiasmo por todos los liberalismos antes condenados y ahora glorificados por la "Iglesia"; los ecumenismos y el cristianismo anónimo de los ateos, y va más allá: anuncia la canonización, -ya no de los protestantes, como sugiere Juan Paulo que hará en el ceremonial del año dos mil- ¡sino también de los paganos!..[70]. Para comprender aunque sea someramente la trama que hay detrás del "viraje" dado por la Iglesia, (¿la Iglesia Católica? ¡No ha sido Ella!) hasta llegar a sostener como doctrina lo que antes condenó, hay que conocer siquiera un poco a los personajes de los entretelones, la "oculta historia". Para hablar del concilio y de Wojtyla hemos tenido que tratar de Maritain. Baste con mencionar algunas -las fundamentales- doctrinas profesadas por Juan Paulo II que enseñó el judío Maritain: las teorías del rechazo a la Cristiandad suplantada por la "civilización del amor", la "encarnarnación redentora", "el mundo asumido en la encarnación", la "vida plenamente humana sin Cristo", la "bondad natural de las creaturas", la "Nueva edad del mundo" en una "cristiandad" de nuevo cuño, "sin regla de fe", los derechos de la herejía, el "cristianismo anónimo" que "constituye principalmente la Iglesia, humanidad-pueblo de Dios"... Todo esto lo encontramos en "Humanismo Integral", "Supremacía de lo Espiritual", y "El Campesino del Garona" particularmente. He aquí los maestros que han sustituido a Santo Tomás, a los Pontífices... a Jesucristo. Los fetiches del "fuego nuevo". De Maritain se puede decir que es el prototipo del judío infiltrado en la Iglesia. Con su caballo de Troya de "tomista" se introdujo en los círculos intelectuales católicos, y tuvo por discípulo cuando éste era seminarista, a Ives Congar[71] quien más tarde sustentaría las teorías del "cristianismo anónimo" (todo hombre es cristiano sin saberlo) y la "humanidad-iglesia". Congar fue elevado posteriormente al cardenalato en premio a su labor teológica por Juan Paulo II. Pero fue en los "Círculos de estudios tomistas" y en los "retiros" espirituales en torno a ellos, -donde Maritain llegó a reunir hasta trescientas personas[72]- donde el maestro de Paulo VI difundió sus ideas, -o por mejor decir, las de los liberales masones y de las sectas esotéricas-. Si tomamos en cuenta que dichos Círculos funcionaron de 1919 a 1939, nos percataremos de la magnitud de la labor de Maritain, que extendía sus tentáculos a otros países, debajo del disfraz del "tomismo", aspecto en el cual era tomado en serio por algunos filósofos católicos. No como formador de escuela, sino como comentarista y experto en "poner al día" a Santo Tomás. A los que puso al día en el pensamiento liberal y esotérico y la manera de embestir contra la doctrina de la Iglesia, fue a multitud de gentes sobre todo jóvenes que desgraciadamente cayeron en la trampa de los famosos "círculos". El historiador de filosofía Michele Federico Sciacca da un lugar secundario a Maritain en su Historia de la Filosofía. Le menciona simplemente en la corriente tomista, "pero de espíritu abierto a los problemas del mundo contemporáneo". Añade que "ha hecho del pensamiento filosçofico tradicional graves aplicaciones a los problemas prácticos y sociales"[73]. El historiador, de gran prestigio en materia filosófica, no da, pues, lugar prominente a Maritain, y da la impresión con su comentario de seis líneas, de querer evadir lo referente al pensamiento religioso de éste. Cautelosamente dice Sciacca: «Nos limitamos a recordar la figura de Jaques Maritain». No tiene, entonces, un lugar reconocido en el verdadero ambiente intelectual católico. Cualquiera que haya leído "Humanismo Integral", (la primera edición fue en 1936), se dará cuenta de la oposición entre catolicismo y "maritainismo". Esto es, entre otras cosas, lo que hay detrás de la nueva iglesia presentada como la Católica después del Vaticano II. Este es el tipo de hombres que han dictado las nuevas doctrinas opuestas a las inmutables del magisterio. ¡Y pensar que esta tomadura de pelo, la mayor de todos los siglos, ha sido perpetrada a millares de buenas gentes que han creído seguir a la Iglesia Católica aceptando lo que es su contradicción!.. Siguiendo la bandera de la Masonería, -que es la de la Estrella judaica- creen seguir la de la verdadera Iglesia Católica. |
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