LA
MASONERÍA
¿ES INSTRUMENTO DEL
JUDAÍSMO?*
Mons.
José María Caro
Cardenal Arzobispo de Santiago de Chile
Cuestión moderna importantísimaÉsta
es una de las cuestiones más importantes que se ofrecen al que estudia la
masonería. No es mi ánimo, ni puede serlo, el despertar odios contra una raza
que está destinada a unirse un día con los cristianos en el conocimiento y
amor de nuestro Señor Jesucristo, y de la cual brotó para la Tierra entera la
fuente de todas las bendiciones que la civilización cristiana ha aportado al
mundo, a pesar de todos los esfuerzos que se ha hecho por estorbar su acción. No
es ese mi ánimo; pero sí el de llamar la atención a los lectores a un asunto
en el cual vale la pena fijarse, tanto por el lado religioso, como por el económico
y político. Desde
mi juventud han resonado juntos en mis oídos los nombres de la masonería y del
judaísmo, de masones y hebreos, en los ataques contra la Iglesia católica. ¿Era
simple coincidencia o es que en realidad hay una unión efectiva y tal vez subordinación
entre esas dos entidades? Últimamente
se ha escrito y se siguen escribiendo libros para manifestar que la masonería no
es mas que una máscara con que el judaísmo encubre ente las naciones sus manejos
anticristianos y de universal dominación política y económica. Según esos
autores, la masonería no es mas que un pobre instrumento, inconsciente por lo
general, de una suprema dirección judía. Copin-Albacelli ha dedicado un libro
a probarlo (La Conjuration Juice Contre le Monde Chrétien). Sus razones hacen
pensar ciertamente. En la imposibilidad de dar muchos detalles, voy a indicar
las líneas generales que manifiestan la estrecha relación y subordinación de las
logias con el judaísmo. Este
está, por una parte, en la condición de raza vencida, religiosa y civilmente,
dispersada y despreciada o perseguida, no sólo por sus tradiciones religiosas,
sino por la sórdida avaricia que la hizo adueñarse de las riquezas de los
pueblos entre los cuales ha vivido; y por otra parte, vive esa raza sostenida
tenazmente por un ideal que jamás ha abandonado, el de la dominación universal
por medio de su Mesías, personal o simbólico. En su perpetua contradicción con
la sociedad en la que vive, el pueblo judío con el gobierno central que conserva
su unidad nacional, no ha podido menos que conspirar perpetuamente contra el
pueblo cristiano, y valerse, por lo tanto, de las sociedades secretas para
realizar sus fines. Esta
es una consideración hecha a priori, en vista de la condición de los judíos. ¿corresponde
a ella la realidad de los hechos?. Luego lo veremos. En
el mismo sentido que Copin-Albancelli escribe el autor de "The cause of the world
unrest", distinguiendo entre los judíos una fracción tranquila, patriótica
y fiel
a la nación que la ha acogido y otra que sigue el sueño de la dominación universal de su raza y, para conseguirlo, procura la
revolución universal, como
lo está haciendo en Rusia y desde ahí trabaja por realizarlo en el mundo entero. Otro
tanto hace Webster en su obra, observando que, donde la masonería es más
subversiva, el elemento judío lo es menos y donde la masonería no existe o es
menos subversiva, allí lo es más el elemento judío, llega a este dilema: "o
la masonería es el velo bajo el cual los judíos, como los iluminados, prefieren
trabajar, de modo que donde no se pueda aprovechar el velo se ven obligados a
salir más a la luz, o la masonería del Gran Oriente es el poder dirigente que
emplea a los judíos como sus agentes en aquellos países en que ella no puede
trabajar por su propia cuenta"(1). Mons.
Jouin, fustigador incansable del Judaísmo y de la Masonería manifiesta la misma
convicción que Copin-Albancelli, en sus estudios sobre "Los Protocolos de los
Sabios
de Sion"(2). Consideración masónica por los judíos En
la Masonería se ha visto siempre una grande y especialísima consideración por
los judíos: cuando se habla de supersticiones, jamás se menciona la religión judía. Cuando
estalló la Revolución Francesa, se pidió con instancia la ciudadanía francesa
para los judíos; rechazada una vez, se insistió en pedirla, y
fue concedida. El lector recordara que en esos días se perseguía a muerte a los
católicos(3).
La
Masonería ha mirado con horror el antisemitismo, a tal punto, que un hermano
antisemita, que creía de buena fe en la tolerancia de las opiniones políticas de
la Masonería, se presentó en Francia como candidato a diputado una vez y salió
elegido y cuando se trato de la reelección, si dieron ordenes expresas a las
logias para que se le hiciera la guerra, ordenes que no se ven casi nunca en las
logias y tuvieron que ser cumplidas. Preponderancia judaica en las logias En
1862, un masón de Berlín, dándose cuenta de la preponderancia judía en las
logias, escribía en una hoja de Munich: "hay en Alemania una sociedad
secreta, de formas masónicas, que está sujeta a jefes desconocidos. Los
miembros de esta asociación son en su mayor parte israelitas...". En
Londres, donde se encuentra, como se sabe, el foco de la revolución, bajo el Gran
Maestre Palmerston, hay dos logias judías que no vieron jamás a cristianos
pasar por sus umbrales. Allí es donde se juntan todos los hilos de los
elementos revolucionarios que anidan en las Logias Cristianas. "En
Roma, otra logia, enteramente compuesta de judíos, donde se reúnen
todos los
hilos de las tramas urdidas en las Logias Cristianas, es el Supremo
Tribunal de
la Revolución. Desde
allí son dirigidas las otras logias como por jefes secretos, de modo que la
mayor parte de los revolucionarios cristianos no son más que muñecos puestos en
movimiento por judíos, mediante el misterio. En
Leipzig, con ocasión de la feria que hace acudir a esa ciudad una parte de los
altos negociantes judíos y cristianos de la Europa entera, la Logia Judía Secreta es
permanente, y jamás, un masón cristiano ha sido recibido en
ella. He aquí lo que hace abrir los ojos a mas de uno de nosotros... No hay sino
emisarios que tienen acceso a las logias judías de Hamburgo y de Francfort." Cougenor
de Mosseaux refiere este hecho que confirma lo anterior: "Desde
la recrudescencia revolucionaria de 1848 me encontraba en relación con un judío
que, por vanidad traicionaba el secreto de las sociedades secretas en las
cuales estaba asociado y que me advertía con ocho o diez días de anticipación
todas las revoluciones que iban a estallar en un punto cualquiera de Europa. Le
debo la inquebrantable convicción de que todos esos grandes movimientos de los
pueblos oprimidos, etc., son combinados por una media docena de individuos que
dan sus órdenes a las sociedades secretas de toda Europa. El suelo esta
enteramente minado bajo nuestros pies y los judíos suministran un gran
contingente a esos minadores". En
1870, de Camille escribía a le monde, que en una gira por Italia había encontrado a uno de sus antiguos conocidos,
masón, y habiéndole preguntado como
estaba la Orden, le respondió: "he dejado mi Logia de la Orden
definitivamente, porque he adquirido mi convicción profunda de que no éramos sino los instrumentos de los
judíos que nos empujaban a la destrucción total del
cristianismo". Como
confirmación de lo anterior, voy a transcribir una información que se encuentra
en la Revue de Sociétés Secrètes. "Según
la Tribuna Rusa, que aparece en Munich en lengua rusa, el judaísmo
militante mantendría sobre diferentes planes las organizaciones siguientes de combate, mas
o menos disfrazadas, pero todas con el fin de preparar el triunfo de la 3ª
Internacional. 1°-
La Internacional dorada (plutocracia y alta finanza internacional) a cuya cabeza
se encuentran:
2°-
La Internacional roja, o Unión internacional de la democracia social obrera.
Esta comprende:
A
esta hidra de tres cabezas, que para más comodidad obran separadamente, se
agrega el Profintern (Oficina Internacional de las asociaciones profesionales)
que tiene su sede en Ámsterdam y dicta la palabra judaica a los sindicatos no
afiliados aun al bolcheviquismo. 3°-
La Internacional negra o Unión del Judaísmo de combate. El principal papel es
desempeñado en ella por la organización universal de los Sionistas (Londres);
por la Alianza Israelita Universal, fundada en Paris por el judío Crémieux; por
la Orden judía de los B'nai-Moishe (hijos de Moisés) y las sociedades judías "Henolustz", "Hitajdvte", "Tarbut",
"Keren-Hässode", y otras ciento, más o menos enmascaradas, en todos
los países del viejo y del nuevo mundo. 4°-
La Internacional azul, o Masonería Internacional, que reúne por medio de
"la Logia Reunida de la Gran Bretaña", por medio de la "Gran Logia
de Francia" y por medio de los Grandes Orientes de Francia, Bélgica,
Italia, Turquía y de los demás países, a todos los
masones del universo (el centro activo de esta agrupación, como lo saben los
lectores, es la Gran Logia "Alpina"). "La
Orden Judío-Masónica de los "B'nai-B'rith", que, contra los
estatutos de las logias masónicas, no acepta sino judíos, y que cuenta en el
mundo más de 426 logias puramente judías, sirve de lazo entre todas las
internacionales enumeradas más arriba. Los
dirigentes de la "B'nai-B'rith" son los judíos: Morgenthau, antiguo
embajador de los Estados Unidos en Constantinopla; Brandeis, juez supremo de los
Estados Unidos; Mack, sionista; Warbug (Félix), banquero; Elkuss; Krauss
(Alfred), su primer presidente; Schiff, muerto ya, que ha subvencionado el
movimiento de emancipación de los judíos en Rusia; Marchall (Luis),
sionista". Sabemos
de cierto (dice Webster) que los cinco poderes a que nos hemos referido (la Masonería del
Gran Oriente, la Teosofía, el Pan-Germanismo, la Finanza Internacional y la Revolución
Social) tienen una existencia muy real y ejercen
una influencia muy definida en los negocios del mundo. En esto no tratamos de
hipótesis sino de hechos basados sobre evidencia documentada... Unificado
o no el poder Judío, los judíos se encuentran cooperando con todos los cinco
poderes cuya existencia es conocida, si no dirigiéndolos. Así, lo judíos por
mucho tiempo han desempeñado la parte dirigente en la masonería del gran
oriente y predominan en los grados superiores(4). La acción judía y masónica frente al Catolicismo Es
indudable que la acción de la Masonería contra la Iglesia Católica no es más que
la continuación de la guerra a Cristo practicada por el Judaísmo desde hace 1900
años, eso sí que acomodada, mediante el secreto, el engaño y la hipocresía, a
las circunstancias del mundo cristiano en que tiene que hacerla. Léase
el evangelio y se verá, en el espionaje judío, en sus preguntas capciosas, en
sus ataques hipócritas, encubiertos con el velo de la pretendida piedad de los
fariseos; en las asechanzas; en los esfuerzos por hacer odioso ante el pueblo a
Aquel que era su mayor gloria y su gran Bienhechor; en el empleo del oro para
corromper a un apóstol, en la formación de la opinión publica contra Cristo; en
la preferencia de Barrabás, en el furor y saña con que trataron de hundir la
memoria de Cristo en la infamia; en la constante oposición, sangrienta muchas
veces, contra la predicación de los Apóstoles, etc.; en todo eso se verá, digo,
lo mismo que hoy practica la Masonería, a veces en forma más solapada, a veces
en forma más violenta. El judaísmo fue el anticristianismo, y la
Masonería, al
servicio de ese mismo judaísmo, es todavía el anticristianismo: el mismo odio,
la misma hipocresía, las mismas violencias, el mismo estorbo a la acción de la
Iglesia de Cristo, para acusarla, después de haberle impedido hacer el bien que
podría haber hecho, por no haberlo hecho. "No
olvidemos que el Judaísmo rabínico es el declarado e implacable enemigo del Cristianismo
-dice Webster-. El odio al Cristiaanismo y a la persona de Cristo no
es cosa de historia remota ni puede mirarse como el resultado de persecución;
forma una parte íntegra de la tradición rabínica originada antes de que tuviera
lugar cualquier persecución de los judíos por los cristianos y ha continuado en
nuestro país mucho después que esa persecución ha terminado". Mas
abajo hace notar el mismo autor que, después de tres siglos de paz que llevan en
Inglaterra, en los cuales se les ha permitido entrar a todos los empleos del
estado, a las logias masónicas, etc., no han hecho nada para moderar el odio al
Cristianismo inculcado en nueve siglos por la enseñanza rabínica. Por
su parte, "The British Guardian" (13 de marzo de 1925), hace esta afirmación, que para los que estamos acostumbrados a
oír hablar del espíritu de
tolerancia que domina en los países anglo-sajones es toda una revelación:
"la Iglesia Cristiana es atacada hoy como no lo ha sido jamás durante
siglos, y este ataque es casi exclusivamente la obra de los judíos". Por
lo demás, las relaciones de la Masonería o del Judaísmo perseguidor de la Iglesia
Católica y, según los casos, de todo el Cristianismo, con el Bolchevismo
y Comunismo, en México, en Rusia, en Hungría y con la amenaza de hacerlo en todas
partes, es cosa pública, como lo es la relación del Judaísmo con la Masonería.
El que desee datos y documentos puede leerlos en las obras inglesas citadas y en
Mons. Jouin. Los Protocolos de los Sabios (o ancianos) de Sión Una
palabra sobre este documento no estará de más. Se ha discutido mucho su
autenticidad, y por eso no haré mucho hincapié en él. Pero cualquiera que los
lea y sepa algo de su historia no podrá menos de admirarse de la realización del
plan ideado por los verdaderos o supuestos sabios de Sión, del empeño que ha
hecho la judería por sepultar en el olvido los protocolos, primero, quemando una
edición entera en Rusia, después mintiendo sobre la existencia de un ejemplar en
la biblioteca de Londres, y haciendo grandes esfuerzos para que no se publicara
en Estados Unidos una edición, a tal punto que no se consiguió que ningún diario
de Nueva York publicara avisos para hacerle reclamo. Esos
protocolos contienen un plan propuesto por los judíos, o por un ponente, como se
dice, para realizar el ideal de la dominación universal sobre todo el mundo,
bajo un gobierno judío, mediante la corrupción de costumbres, el empobrecimiento
de los pueblos en favor de los judíos y las continuas agitaciones y el continuo
descontento que haría que los pueblos se entregaran en brazos de los judíos para
salvarse de la anarquía y de la miseria, para ser tratados en seguida por ellos
tal como han sido tratados en Rusia, bajo el soviet, cuyos jefes son casi todos judíos. He
leído una refutación de la autenticidad de los Protocolos, escrita por un
jesuita en un diario belga. Parece que los judíos se han preocupado mucho en
relegarlos al catalogo de los plagios, haciendo ver que han sido copiados en
gran parte del libro de Joly(5). Webster da el siguiente resumen de sus
estudios sobre esta materia: "Los
protocolos o son meramente un plagio de la obra de Mauricio Joly, en cuyo caso
los pasajes proféticos agregados por Nilus o por otro quedan sin explicación o
son una edición revisada del plan comunicado a Joly en 1864, traída a la fecha y
suplementada en forma de adaptarse a las condiciones por los continuadores del
complot". "Si
en este caso los autores de los protocolos fueron judíos o si las partes judías
han sido interpoladas por gente en cuyas manos cayeron, es otra cuestión. En
esto hemos de admitir la falta de toda evidencia directa. Un Círculo Internacional de revolucionarios mundiales que trabajen con los mismos planes de
los iluminados, cuya existencia ya ha sido indicada, ofrece una alternativa
perfectamente posible a los "Sabios Ancianos de Sion", sería más fácil, sin embargo, absolver a los
judíos de toda sospecha de complicidad si
ellos y sus amigos hubiesen adoptado un camino más recto desde el tiempo en que
aparecieron los Protocolos. Cuando hace un par de años se dirigió contra los
jesuitas una obra del mismo género, conteniendo lo que se daba como un
"plan secreto" de revolución, muy parecido a los Protocolos, los
jesuitas no se entregaron a invectivas, ni ordenaron que el libro fuera quemado
por un verdugo común, ni se entregaron a fantásticas explicaciones, sino que
tranquilamente dijeron que el cargo era una invención. Y así termino el asunto. "Pero
desde el momento en que fueron publicados lo Protocolos, los judíos y sus amigos
ha recurrido a todo método tortuoso de defensa, llevaron la presión sobre los
editores (consiguieron de hecho detener temporalmente las ventas), acudieron al
Secretario del Interior para que ordenara suspenderlas, confeccionaron una tras
otra refutaciones sin réplica que se excluían mutuamente de modo que en el
tiempo en que aparecía una solución tenida actualmente como la correcta, habíamos
sido ya certificados doce veces de que los Protocolos habían sido
completa y definitivamente refutados. Y cuando al último había sido descubierta
una explicación real plausible, ¿por qué no ha sido presentada en una forma
convincente? Todo lo que se necesitaba era establecer que el origen de los Protocolos se
había hallado en la obra de Maurice Joly, dando los lugares
paralelos en apoyo de esa afirmación. ¿Qué necesidad de embrollar una buena
causa en una telaraña de evidente fábula? ¿A qué ese alarde de fuentes
confidenciales de información, la pretensión de que el libro de Joly era tan
raro que casi no se lo podía encontrar, cuando una búsqueda en las librerías habría
de probar lo contrario? ¿A qué esa alusión a Constantinopla como el
lugar para "encontrar la llave de oscuros secretos", al misterioso Mr.
X, que no desea que su nombre real sea conocido, y al anónimo ex-oficial de Ojrana, quien por casualidad le
compró el mismo ejemplar de los Diálogos, usado
para la fabricación de los Protocolos, por el mismo Ojrana, aunque este hecho
fue ignorado por el oficial en cuestión? Además, ¿por qué si Mr. X era un
propietario ruso de religión ortodoxa y un monárquico constitucional, iba a
tener tanta ansiedad de desacreditar a sus correligionarios monárquicos,
haciendo la afrentosa afirmación de que "la única organización masónica
oculta, tal como la de que hablan los Protocolos" (es decir un sistema
maquiavélico de abominable especie) que él había podido descubrir en la Rusia
del sur "era una monárquica"? Es evidente entonces que aun no se ha dicho la historia completa de los Protocolos y que aun queda mucho por descubrir tocante a ese misterio asunto"(6). Al
que le interese esta cuestión le daría especialmente mucha luz la obra de Henry
Ford(7), que, con muy buen razonamiento y con muchos datos sostiene su
autenticidad judaica. |
VOLVER A ÍDICE SOBRE MASONERÍA
|