OPINIONES DE PROTESTANTES
SOBRE LA NUEVA "MISA"

   En La Croix del 30 de mayo de 1969, Max Thurian, de la comunidad de Taizé, escribe que el nuevo Ordo Missae "es un ejemplo de esa fecunda preocupación por la unidad abierta y la fidelidad dinámica, por la verdadera catolicidad: uno de sus frutos será tal vez que comunidades no católicas podrán celebrar la Santa Cena con las mismas oraciones que la Iglesia Católica. Teológicamente es posible". Pero no lo era con el rito tradicional.

   En Le Monde del 22 de noviembre de 1969 pueden leerse extractos de una carta enviada al obispo de Estrasburgo por el Sr. Siegvalt, profesor de dogma de la Facultad protestante de dicha ciudad. Siegvalt asevera que "nada hay en la misa ahora renovada que pueda molestar verdaderamente al cristiano evangélico". 

   En La Croix del 10 de diciembre de 1969, Jean Guitton reproduce una observación que leyó en una de las más importantes revistas protestantes: "Las nuevas oraciones eucarísticas han eliminado la falsa perspectiva de un sacrificio ofrecido a Dios"

   En el número de enero de 1974 de L'Eglise en Alsace, publicación mensual de la Oficina diocesana de información, se puede leer un documento muy interesante originado en el Consistorio superior de la Confesión de Ausburgo y Lorena, llamada Iglesia "evangélica" o sea, protestante ( de fecha 8 de diciembre de 1973). el documento se publica íntegramente. Los siguientes párrafos han sido extractados del mismo:

   "Dadas las formas actuales de la celebración eucarística de la Iglesia católica y en razón de las convergencias teológicas presentes, muchos obstáculos que hubieran podido impedir a un protestante participar en su celebración eucarística parece hallarse en vías de desaparición. Hoy en día debería serle posible a un protestante reconocer en la celebración eucarística católica la cena instituida por el Señor (...)

   ...Nos atenemos al uso de las nuevas oraciones eucarísticas en las cuales volvemos a encontrarnos y que tienen la ventaja de matizar la teología del sacrifico que teníamos el hábito de atribuir al catolicismo. Esas plegarias nos invitan a volver a encontrar una teología evangélica del sacrificio (...)

   Estos textos, a los que podrían agregarse muchos más, son perfectamente claros. Establecen, sin lugar a dudas, que lo menos que puede decirse de la nueva "Misa" es que es equívoca.

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